sábado, 14 de enero de 2017

Matrimonio por contrato - Capítulo 8 - El escritor negro

Los hemanos de Steve fueron desapareciendo. Unos por fallecimiento y otros retirados de los negocios.  Sus hijos no querían ni oir hablar de meterse en una oficina. Tomaron caminos diferentes e incluso se fueron a vivir a otros paises.  Sólo quedaban los tres hijos del matrimonio de  Steve y Phoebe, y de ellos, en junta general familiar, se decidió que fuera el mayor  Richard, quién llevara el timón de la compañía.  Richard había heredado la apostura de su padre, pero también la ambición de la familia paterna, y celebró su nombramiento por todo lo alto. Sería alguien importante en la reducida sociedad de Bibury. Era el padre de .Patrick, el nieto peferido del abuelo Steve, con el que vivió desde muy pequeño.  Su padre tenía grandes planes para él, pero lo que menos podía imaginar el sucesor, es que su hijo no tenía ni la mínima intención de quedarse a vivir en esa ciudad, y mucho menos hacerse cago del negocio familiar.

Deseaba vivir su vida, como él decidiera, y no otros. La historia de sus abuelos no se repetiría en él. Planteó la situación a su padre, lo que constituyó un serio disgusto. Londres era su meta, y la literatura su ilusión.  Y así una mañana, tomó su coche y emprendió la gran aventura capitalina.  lejos de cualquier influencia familiar.  No volvería a ellos aunque tuviese que pedir limosna.


Había dejado el manuscrito en una pequeña editorial, y en breve recibiría la respuesta de si su obra interesaba o no.  Pero no abandonaría su proyecto.  Se lo debía a Phoebe y Steve,y no pararía hasta conseguirlo.  Se ganaría la vida en lo que fuese, todo antes que pedir dinero a su padre.  Le conocía muy bien, y sabía que si lo hacía no pararía nunca de reprocharle el haber querido vivir como quisiese, pero que él había sufragado sus gastos.

Y conoció a un escritor que comenzaba a despuntar y consiguió un trabajo como su negro, es decir, Patrick escribiría el libro, pero sería el otro quién firmara su autoría  No le gustaba mucho la idea, pero era el único medio, de momento, de poderse ganar la vida.  Mientras tanto, él  aprendería la técnica para ser un buen escritor.

Pero los ingresos como "negro", no eran suficientes para poder mantener una vida digna, por eso aceptó un trabajo como dependiente en una pizzería.  Tendría un horario flexible, lo que le permitiría seguir con el escritor durante la noche.  Allí conoció a Melissa, una chica escocesa con el cabello color de fuego, genio vivo y fuerte carácter. No era su ideal femenino, pero había de reconocer que era bastante atractiva. Ocultaba su procedencia de una familia tan adinerada como insensible creía que el conocer su origen, alejaría a la gente de él, pensando que le movía el dinero, probablemente, porque desde que nació se vio rodeado de él, pero también conocía las bajas pasiones que el vil metal había desatado en su familia.

Melissa era inteligente, y de haber podido recibir estudios, hubiera sido un talento para cualquier cosa que se propusiera.  Pero, muy al contrario que Patrick, ella no había tenido oportunidades, poca asistencia a un colegio y muchas horas de trabajo para ayudar en casa.  Quizá por eso, era avispada para la vida, y las veía venir antes de que llegaran.  En un par de ocasiones, habían salido juntos.  Estaban a gusto: él la comentaba sus planes y ella le daba consejos, no siempre bien recibidos, pero el tiempo siempre le daba la razón, y por ese motivo, él fue aceptando poco a poco los consejos que ella le daba


- Tienes que arriesgarte, de lo contrario siempre serás un escritor oculto y otros se llevarán tu trabajo y tu dinero.
- Pero necesito hacer lo que estoy haciendo, me da una estabilidad económica, y mientras voy aprendiendo el oficio

 Y Melissa se fue enamorando de él y Patrick de ella, y terminaron por vivir juntos en el apartamento que Patrick había arrendado en Nothing Hill, barrio popular y con gentes de muy variado pelaje, bohemia, culta y cosmopolita.  Ella poco a poco le fue convenciendo de que trabajara menos y escribiera más,. pero con su propio nombre. Necesitaban el trabajo para sufragar todos los gastos y para ello, Melissa incrementó su horario,  aumentando los ingresos. El se dedicaría casi completamente a escribir.  Tenía mucha fe en él y tarde o temprano le llegaría el reconocimiento.

Su manuscrito le fue devuelto con algunas correcciones, y fue entonces cundo ella conoció el verdadero origen de su novio.  Les valió una fuerte discusión, al haberle ocultado la verdad , pero esa noche al acostarse repasaron juntos las correcciones. Era un buen libro con una curiosa historia de amor y bajas pasiones.

Y por fin, pasados unos meses, el libro se vería en los escaparates de las librerías. Patrick había cumplido su sueño, pero también le acometieron muchas dudas: tenia el argumento, sólo tuvo que plasmarlo en unos folios, pero  ¿qué pasaría en el futuro .    ¿Sobre qué escribiría ? Pero fue Melissa su inspiración.  Sería una novela de amor, de su propio amor. 

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