jueves, 30 de junio de 2016

La carta - Capítulo 2 - Volver a vivir


Arrancó el coche y salió de la urbanización, sin volver la vista atrás, para ver por última vez la que fuera su hogar junto a James.  Sentía un nudo en la garganta, pero no lloró.  Sacó fuerzas de donde no las tenía, pero seguiría adelante.  Iba detrás del camión de mudanzas.  En el chalet habían quedado algunos muebles. No le cabían todos en el apartamento,  que desde ese mismo día era su nueva vivienda.

El piso,  era lo suficientemente amplio para que convivieran con holgura Lisabetta, , la sirvienta,  y ella.  No necesitaba más, no quería más.  Durante tres o cuatro días tuvieron mucho trabajo, hasta tener todo ubicado, teniendo en cuenta que la compañía de mudanzas habían acoplado los muebles y los enseres,  en su lugar.  Pero ella quería ordenar a su gusto los objetos más personales.

Los primeros días estaba desubicada y nerviosa, pero poco a poco se iba normalizando. Su cama de matrimonio había sido reemplazada por otra más pequeña. El lujoso comedor, ahora era un salón más funcional anexo a una sala en la que recibiría las visitas, si es que alguna acudía a saludarla.

Todas las mañanas bajaba hasta la cercana plaza, y allí sentada en una cafetería, leía durante un rato.  Unas veces tomaba un aperitivo,  cuando la hora era cercana al almuerzo.   Otras en cambio sólo un café
.

No estaba del todo satisfecha.  Por edad, no la correspondía ese tipo de vida tan sedentaria.  " Debes acudir a algún teatro, o al cine.  Echarte nuevas amigas, solteras o viudas como tú, pero jóvenes...,  de tu edad ".  Era el consejo que le había dado su cuñado, pero ella desorientada no sabía cómo y dónde podía entablar amistad con otras personas.

Llegó el verano y las vacaciones.  Lisabetta  iría a visitar a su familia que vivían fuera .  Ella organizó un viaje en  grupo y recorrería algunas capitales europeas, que ya conocía, pero se le ocurrió que era una posibilidad de encontrar a alguien en su misma situación.

El grupo compuesto por quince personas, fueron reunidas en la terminal del aeropuerto, y allí mismo hizo lo posible por integrarse .   La mayoría de ellos eran parejas, tan sólo  otra chica algo mayor que ella y un varón de mediana edad,  que junto con ella iban en solitario, y   que desde un principio se fijó en ella.  En primer lugar visitarían Londres, Edimburgo, París, Praga y vuelta a casa.

- ¡ Hola ! me llamo Louis y parece que vamos a ser compañeros de viaje.
- Mucho gusto - contestó Meredith -, y así parece.  Creo que tendremos un viaje agradable.



 Trataba de ser amable, pero no terminaba de convencerla que hubiera sido Louis, , a quién acababa de conocer, quién se acercara a ella.  Por afinidad hubiera preferido que fuese la chica, pero confiaba que en el transcurso del viaje estuvieran los tres juntos.

Aún no estaba preparada para ningún tipo de relación.  Tenía la impresión de que faltaba a la memoria de Jimmy, pero también retumbaron en sus oídos las palabras de Tom, su cuñado mayor y más liberal en su forma de pensar

- Trata por todos los medios de volver a tener pareja.  No has cumplido los treinta años, eres demasiado joven para condenarte a vivir de un recuerdo.  Piensa que se trata de mi hermano, que le echo de menos, pero estoy seguro que él lo querría así

 Miraba de soslayo a Louis.  Era mayor que ella, pasaba de los cuarenta y pico, de muy buen ver.  tenía buen porte, de facciones correctas,  de exquisitos modales y educación.  Vivía de sus rentas, según le había confesado tratando de intimar con ella.

-Al ser soltero, he cedido mis negocios a un sobrino, hijo de una hermana separada.  Pienso  dedicarme a "vivir " la vida.

 Ella  le escuchaba demostrando interés, aunque no lo tuviera en lo más mínimo.  Se daba cuenta de que gustaba a su compañero, y mientras él narraba el estilo de vida que llevaba, ella pensaba :

- Y a mi ¿ qué demonios me importa ?  Claro, es aventurar mucho, igual simplemente quiere ser amable. ¡Estoy loca...!  ¿ Qué me hace pensar que quiere ligar?  Seguramente será un alma solitaria.... Vamos a ser compañeros de viaje durante varios días.  Eso suele pasar en este tipo de tournée- Como un susurro lejano, él,  continuaba con su charla.  Esbozó una sonrisa fingiendo complacencia.  No se imaginaba una relación con él a pesar de ser atractivo.

- Me estoy precipitando- pensó-, acabamos de conocernos, pero sólo se dirige a mi. Anda tonta, estás haciendo una montaña de un grano de arena.  Simplemente quiere integrarse

Pero en el fondo sabía que le atraía.  Nadie hubiera contado su vida en el momento de conocer a otra persona.  En el fondo se sentía halagada, pero inmediatamente desechó esa absurda idea.  Se sentía nerviosa.  Era su primera salida después de enviudar y, casi se diría que había perdido la costumbre de hacerlo.  Acomodados en el avión, en el asiento contiguo,  iría la otra chica que viajaba sola.  Al otro lado del pasillo se sentaba  él.  Quedó aliviada por ello; no se imaginaba todo un trayecto de algunas horas escuchando los relatos del hombre.

- Me llamo Susan - dijo su vecina de asiento
- Yo Meredith.  Encantada ¿ Viajas sola?
- Si, hija mía, más sola que la una.  Acabo de terminar  una relación y he decidido que debía dar un giro a mi vida. Aún soy joven, y quién sabe, igual encuentro a alguien que me guste.





Ambas rieron y, Meredith se sintió obligada a contarle que llevaba varios años de viudedad y éste viaje era su primera escapada

- ¡ Ay, Señor ! Lo siento. ¡ Eres tan joven !...  pero... esas cosas ocurren a diario... No importa la edad...    Nos ayudaremos mutuamente ¿ te parece ?
- Me encanta.  Cuando perdí a mi marido, me fui alejando de mis amistades.  Todos estaban casados y, yo francamente, no tenía ganas de alternar con ellos.  Poco a poco se fueron alejando.  No era una compañía muy divertida y, así me quedé sin amigos, sin ningún amigo
- Bueno, pues ya has encontrado  una - sonrió Susan

 Se sorprendía de que ella hiciera lo mismo que había criticado a Louis:  contaba su historia a una total desconocida.  Pero Susan,  le infundía confianza, ó quizá fuese que tenía necesidad de encontrar una amistad en quién confiar sus pensamientos

- Vamos a estar varios días conviviendo.  En este tiempo veré si es cierto que vamos a ser amigas. ¡ Sería estupendo tener a alguien con quién salir !- fue lo que pensó en silencio

 Giró la cabeza para atender a la azafata que venía a ofrecer alguna revista y bebidas.  Solicitó un zumo y su mirada se cruzó con la de Louis que la sonreía amablemente.  Susan, al ver que miraba a otro lado, volvió también su cabeza en la misma dirección , comprobando que  Louis miraba y sonreía a Meredith

- Le gustas - fue el comentario que hizo en voz baja
- ¡ Qué dices !, acabamos de conocernos
- Créeme, le gustas.  Soy unos años mayor que tú y, algo entiendo de eso. ¡ Huy ! es un bombonazo - dijo riendo mientras guiñaba un ojo a su amiga- Aunque mayor para ti
- Estás loca.  Aún recuerdo a mi marido.  No estoy preparada, no deseo amistades masculinas
- Pero ¿ cuántos años hace que enviudaste?
- Cinco años y poco más
- Ya has guardado tu duelo.  Eres bonita y joven.  Debes vivir la vida, que ya ves, te sorprende cuando menos te lo esperas.  Tu marido ¿ te amaba ?
- Si, y mucho
- Pues entonces desde arriba te verá y deseará que seas feliz nuevamente.  Mientras vivió le amaste, pero él ya no está y no puedes hacer nada por evitarlo

Guardó silencio, e instintivamente recordó las palabras de su cuñado: " tienes que volver a vivir".  Echó el asiento hacia atrás, y ambas se dispusieron a ver la película que proyectaban " Memorias de Africa".  Recordó haberla visto cuando la estrenaron,  con Jimmy,  y que a la salida del cine  la iban comentando.  Ella se sintió,  entonces,  enamorada de Robert Redford



- Eres una romántica empedernida - había comentado su esposo- Voy a sentir celos de él.  No puedo competir, es mucho más guapo que yo.-.  Él  la besó en la mejilla y ella tomó el brazo de su marido con ambas manos, al tiempo que decía

- No seas tonto.  Estoy segura que todas las mujeres del mundo están enamoradas de él. Es otra cosa, algo distinto.  Mi amor por ti, es real.

La miró con cariño mientras  sonreía.  La amaba profundamente y estaba seguro que ella también le quería  Aquella noche hicieron el amor.  Unos días después a Jim le diagnosticaron su enfermedad.  Esa fue la última vez que habían tenido relaciones sexuales.  Después los tratamientos, la enfermedad, y el comprobar que  se iba, hicieron imposible una nueva intimidad.  Había cerrado los ojos, y sin darse cuenta, había hecho un gesto que había llamado la atención de su compañera de asiento..

- ¿ Te ocurre algo ?- la preguntó
- No, no. Estoy bien. He recordado cuando vi la película con mi marido
- ¡ Ah, ya !, pues no la veas si esto te va a doler
- No, no pasa nada -.  Trató de dormirse, no deseaba seguir viendo las aventuras de Robert y Meryl con un amor desventurado.

´Para distraerse de la película, comenzó a divagar.  Se imaginó saliendo a cenar o al cine con Louis

- Quita, quita... ¡ Pero si es muy mayor !  A lo mejor,  sólo quiere ser amable - se dijo

 Y algo de eso debía pensar él. A pesar de la  diferencia de edad, le atraía enormemente la carita dulce de la joven.. No sabía  nada de su vida, no le importaba.   Tan sólo...   ¡Acaso estuviera casada!  Ni siquiera imaginaba que con su edad, hiciera más de cinco años que se había quedado viuda.  Ella no desveló esta circunstancia.  Quizá pensara que era separada,   era la situación más normal.

La primera escala fue Londres y allí estuvieron tres días, lo que permitió mayor intimidad con la muchacha que iba sola,  junto a Meredith , y que atendía al nombre de Susan. En la cafetería del hotel, las dos nuevas amigas,  ante un Bayleys,comentaban las incidencias del día.   Las visitas que habían realizado al Museo Británico, a Harrods, al Museo de Madame Tussauds ...  .  Nada fuera de los programas turísticos de siempre

A medida que el viaje avanzaba, Louis se sentía más atraído hacia ella, y sin embargo se acercaba a Susan,   buscando la amistad con la joven viuda, que por fin,  había divulgado su estado civil.   Ya  no había  impedimento para acercarse a la chica,  pero el azar es caprichoso, y no siempre somos correspondidos de la forma que nosotros quisiéramos.  No obstante, sabedora la amiga,  de que  no tenía el más mínimo interés por él, no perdió las esperanzas de que al fin  se fijara en ella.  Ambas mujeres, cuando estaban juntas y hacían sus confidencias, se reían de la circunstancia que las hacía fueran rivales, sin siquiera quererlo.



 Edimburgo, París, Praga... y regreso a casa.   No había conseguido intimar con la viuda , y rendido,  se aproximó a Susan,  en los últimos días del periplo.  Buscaba compañía femenina.  Quería dejar atrás la soledad de los solterones ya maduros, y en Susan  encontró su complemento, a pesar de sacarla algún año de edad.  Cuando llegaron a casa, se dieron un abrazo en la despedida y las chicas quedaron en verse todas las semanas.  Comerían juntas, irían de tiendas, al teatro, etc. etc.

- Suponiendo que no salgas con Louis - dijo  Meredith  a su amiga
- No creo que me llame ni una sola vez, y bien que lo siento, porque me gusta muchísimo.  Pero eres tú quién  le gustas - dijo riendo al tiempo que abrazaba a su amiga-.  Louis , se despidió de ellas cariñosamente

- Nos llamamos ¿ de acuerdo? - dijo a las dos -, saldremos por ahí



Meredith  llegó a su casa con el ánimo más renovado.  Lisabetta,  terminaría el mes de vacaciones, por lo que viviría sola durante unos días.


miércoles, 29 de junio de 2016

La carta -Capítulo 1 - Mi vida en solitario

Cuando salió de la iglesia tras el funeral, todos se acercaron a besarla y a expresarla sus condolencias y apoyo, pero en realidad eran palabras huecas, de compromiso.  Estaba sola frente a su realidad y,  ni la familia ni los amigos, podían sacarla de su tristeza y vacío,  que sentía en lo más profundo.  Sus padres deseaban que se fuera con ellos durante unos días, al menos hasta haber asimilado la pérdida sufrida.  Igualmente le dijeron sus cuñados, excepto , el hermano mayor de su marido,   Tommy, que tomándola del brazo,  en un aparte, la dijo:

- Eres dueña de tu vida y debes sentir tu duelo como mejor quieras. Si te apetece estar en tu casa, permanece en ella. Sabes que si deseas otra cosa, todos estaremos encantados de que vengas a vivir con cualquiera de nosotros.  Pero mi consejo es: quédate en casa, porque en algún momento habrás de volver a ella y si lo haces pasado un tiempo, te será más doloroso.  Debes empezar de cero, tú sola y, cuanto antes,  será más fácil.  Debes superar su pérdida y retomar tu vida, debes seguir adelante.  No te dejes influenciar por nadie; lo hacen con la mejor intención, pero debes rodearte de lo que hasta ahora ha sido tu vida, recordarle allí, en tu hogar, , con sus objetos, su ropa, su olor.  Llorarás mucho, muchísimo, seguirás desesperada, pero el tiempo poco a poco irá suavizandolo todo.  Hasta que asimiles que ya no está, que no volverá, y sólo entonces el dolor se irá atenuando.  Siempre serás nuestra cuñada, y siempre podrás recurrir a nosotros si nos necesitas, pero ahora debes estar sola.  No te encierres en casa.  Busca algo en lo que puedas emplear tu tiempo, eso te ayudará; ocupa tu mente en algo:  algún trabajo, aunque económicamente no lo necesites.  Cuando pasen unos días viaja...  a dónde quieras...  Sigue mi consejo... eres muy joven y deberás, más tarde, cuando el tiempo haya pasado, volver a la vida, a la que te corresponde por tu edad.




La besó en la frente, la abrazó y se separó de ella reuniéndose con sus padres que estaban desolados.  Meredith,  se despidió de sus suegros, de sus padres, de sus amigos, de todos y, el chófer la condujo hacia su domicilio.  Seguiría los consejos de Tom, por mucho que la costara.

Los días pasaban y su tristeza no disminuía.  Se abrazaba a la ropa de él,  que aún permanecía en el armario y,  en el baño sus cosas de aseo.  No salía de su habitación y la recorría incansable, acariciando, sus camisas, sus trajes, sus zapatillas. Olía todo como si James permaneciera en la habitación. Iba al baño, cogía su máquina de afeitar, su masaje facial, su peine, que aún conservaba algún cabello de la última vez que lo usó..

Había dado orden expresa de que no se tocara absolutamente nada de aquella habitación, ni del resto de la casa.  Se sentaba en la sala, a frente su sillón, en el que había prohibido se sentara nadie.  Quería conservar el rastro de la última vez que lo hizo su marido.  Dormía en la misma cama y, en el lado en que lo hiciera Jimmy, como si recibiera el calor del cuerpo del ausente. Las noches eran largas  e insomnes.  No paraba de dar vueltas y refugiaba su cara en la almohada de , calmando el llanto.  Así pasaron los días   ,  y los meses.

Las amigas la llamaban por teléfono para que saliera a comer con ellas y, siempre su respuesta era negativa, hasta que dejaron de hacerlo.   Definitivamente se había quedado sola.  De vez en cuando iba a comer con sus padres  ó con alguno de sus cuñados, principalmente con Tommy , ó a casa de sus suegros.  Cada vez que veía a los padres de James , la madre,  rompía en llanto desconsoladamente, por lo que fue espaciando sus visitas para no atormentarla.

El primer año fue muy duro para ella.  Era el primer año,  sin él.. La primera Navidad, el primer cumpleaños,  del aniversario de boda, de todo...   Sus escasas salidas eran para dar una vuelta dentro de la urbanización en la que vivía.  Tomaba el aire, daba paseos,  y poco más.  Al cabo de una hora retornaba a casa y ya no salía.  En el tercer aniversario, se decidió a vaciar el armario  y empaquetar en una caja su peine, su afeitadora, su masaje facial, en fin todo lo más íntimo de su marido.  La ropa la donó a un refugio de gentes sin hogar y, a medida que lo iba guardando en el embalaje, el llanto se hacía más intenso.  Acariciaba, por última vez, la ropa de Jimmy.  Se quedó con los libros y con sus gafas,   que guardó en la mesita de noche de su habitación.  Miró su fotografía como cada noche al dormir y al despertar, y con su dedo índice le dio un beso.  Se acurrucó en su lado de la cama como hacía siempre y, se dispuso a tratar de conciliar el sueño una vez más.

Aquella noche tuvo un sueño extraño, en el que se mezclaban imágenes de James, del funeral, de su boda... Era un sueño inquietante, en el que sólo le satisfacía el ver el rostro de su esposo.  " Vale la pena soñar... al menos le veo...", se decía cuando se despertaba. Intentaba volver a dormir y volver a soñar con él, pero no siempre lo conseguía.  Aquella noche, sin duda influenciada por embalar la ropa , sí lo consiguió y tuvo, entre nebulosas, una conversación con él.  Él la sonreía, la acariciaba y movía los labios, pero ella no podía entender lo que le decía, salvo en un instante,  en que una corta frase,  si entendió:  " sigue adelante con tu vida, sal de casa, empieza a vivir de nuevo, amor".

Y él seguía hablando, pero nuevamente volvían las muecas, no le entendía.  Se despertó cuando a penas amanecía, pero ya no intentó dormir.  Quería recordar lo que había soñado, quería grabarlo en su memoria.  Eran las palabras de él...

- ¡ Dios mío ! Debo estar volviéndome loca.. No existe, no está y no vendrá jamás. Pero era ¡ tan dulce su mirada!, eran ¡ tan dulces sus palabras !"... Quiero volver a dormir, deseo volver a verle.  Vuelve amor, vuelve de nuevo... Aunque sea en sueños tengo que volver a verte, tengo que escucharte otra vez.  El llanto cubría nuevamente su cara.

  Y siguieron pasando los días, pero no olvidó aquel sueño, aunque no volvió a repetirse. Hacían ya cinco años que le  había perdido .  El dolor se había atenuado, que no marchado, pero veía las cosas más serenamente.  Miró en torno suyo el domicilio que había compartido con él y, se le antojó demasiado grande .  Recordó los consejos de Tom  y decidió que era hora de dar un giro a su vida

- Joseph - llamó al chófer -, llévame por favor al centro.  He de visitar una inmobiliaria.
- Cuando diga la señora- respondió

En menos de media hora estaba frente a una afamada inmobiliaria.  Quería poner en venta el chalet y comprar un apartamento, pequeño, más céntrico.  Un apartamento en el que no tuviera recuerdos, en el que comenzar una nueva vida, aunque siguiese sola. Miró algunas fotografías de apartamentos, y quedó con el agente en que al día siguiente la visitaría en el chalet, para ver in situ la ubicación y la capacidad del mismo.    Tenía una economía muy holgada, por la herencia de su marido, y su propio dinero personal facilitado de soltera por sus padres.  No tenía prisa en venderlo, ni tampoco interés en su precio;  lo dejaría al buen criterio del agente.

Las gestiones se realizaron de conformidad y organizaron el traslado para una semana después.  En el plazo previsto, los empleados de la compañía de mudanzas, procedieron al embalaje de los enseres de su casa, excepto un mueble personal de su habitación, en el que guardaba sus recuerdos más queridos.  Eso lo quería hacer ella y, se puso a la tarea sentada en su cama. A sus pies una caja en la que depositaría todos los recuerdos acumulados durante esos años.

No eran buenos días para ella.  El remover toda la casa, la producía un gran dolor.  Allí había sido feliz, y profundamente desgraciada. Atrás quedaría una parte importante de su vida.  Debía seguir adelante, debía empezar de nuevo.  Se había tornado más reflexiva y desde que quedara viuda, sus prioridades habían cambiado.  Percibía la vida de otra manera.  Seguía siendo muy joven, pero había madurado a fuerza de pasarlo mal, muy mal.

Vaciaba el contenido de los cajones de la cómoda, lentamente, rememorando el momento en que guardó aquellos pequeños objetos que formaban parte de su vida.  Encontró entre ellos su diario de cuando estaba haciendo los últimos años de bachillerato.   Después iría a la Universidad..   Repasó algunas páginas y de ellas saltaron viejos recuerdos que creía ya olvidados.  Sonrió al ver su letra juvenil, los sueños y proyectos que en sus páginas había reflejado en los primeros años de adolescencia. Su primer amor... ´

Al llegar aquí, levantó la cabeza del diario y con una sonrisa, un rostro vino a su memoria.  ¡ Jack !  ¿ Qué habrá sido de él?  Recordaba perfectamente su rostro, un poco pillo, y una sonrisa picarona cada vez que la veía.  Guardó el libro mientras sonreía.  Había pasado el tiempo y muchas cosas en su vida.
Siguió con su tarea;  unos pendientes de cuando hizo la Primera Comunión, su primer reloj de pulsera, un collar que llevó la primera vez que salió hasta las 11 de la noche,  una fotografía de cuando terminó el bachillerato con sus amigas, un rosario..  Todos estos recuerdos hicieron que se olvidara momentáneamente de lo que estaba haciendo.

 Ya estaba finalizando, cuando un sobre apareció ante sus ojos. De trazos firmes y seguros,  un nombre y una letra sobradamente conocidos,  resaltaba ante ella :  " Meredith  ".  Había olvidado por completo la existencia de aquella carta, pero no hacía falta leer su remite, era de Jack, el chico de la que estaba enamorada antes de casarse con Jimmy.  La sacó lentamente, como para dilatar el momento ,  que se le antojaba,  iba a  traerle recuerdos no muy lejanos, pero que  le producían nostalgia del pasado.  Y despacio, muy despacio, comenzó a leer aquella carta que cambió el rumbo de su vida



A mi cariño de siempre

" Hoy  escribo esta carta sabiendo que cuando se halle en tu poder, yo estaré lejos, muy lejos.  Nos conocemos desde el instituto, entramos juntos en la adolescencia, y sin darnos cuenta  el amor ha dejado huella en nosotros. pero nuestro amor es imposible, somos incompatibles, somos polos opuestos: tú, ordenada, perfeccionista.  Yo, un absoluto desastre.
La discusión que hemos tenido, me da la dimensión exacta de nuestra relación, y he llegado a la conclusión de que debemos olvidar nuestro amor.  Jimmy bebe los vientos por ti, y debes fijar tu mirada en él.  Es un buen chico y muy a fin a tu carácter.
Cuando leas la carta, ya estaré en Canadá.  Allí completaré mi carrera, y para cuando regrese, tú ya estarás casada, posiblemente, y tendrás  un par de hijos.
Quiero que sepas que no olvido lo que vivimos juntos. ¡ Cómo olvidar que fui yo quién te convirtió en mujer !  Pero por el amor que te tengo, es por lo que he decidido poner tierra de por medio.  Somos jóvenes, quizá demasiado, para pensar en unir nuestras vidas; primero hemos de forjarnos un porvenir, y para ello aún queda bastante.  No creo que tengas paciencia para esperar, , por la distancia, que nuestro amor permanezca intacto.  Eso no es posible,  ni lógico.  Tu futuro está junto a James, aunque sea unos años mayor que tú, serás muy feliz a su lado.  Me será difícil olvidarte, y siempre tendrás un lugar en mi corazón, pues eres una parte importante de mi vida..  JACK "


Al concluir su lectura, dos lagrimones resbalaban por sus mejillas.  Levantó la cabeza mirando al techo y, ante sus ojos volvieron a tomar cuerpo los momentos vividos con él.  Recordó aquel día en que tomándola de la mano, la condujo hasta su pequeño apartamento.  Recordó la impresión que había tenido al entrar en él; todo por el medio, la cama sin hacer, y el cuarto de baño con un montón de ropa sin lavar.  Lo miraba todo atónita:  nunca había visto tamaño desastre...   Pero los brazos de Jack la rodearon, y sus labios besaron los suyos.  Las caricias se sucedieron, y  aquella cama desordenada, fue el testigo del amor desaforado de los jóvenes. Y allí, aquel día, perdió su virginidad, junto al hombre que amaba desde siempre, desde que recordara.

Cuando salieron a la calle, para Meredith , todo tenía otro color, era más brillante, los árboles más verdes, las flores tenían un color más intenso y sentía un amor más profundo por el chico que rodeando su cintura la atraía hacia él, besándola en las mejillas.  Habían consumado un sincero y adolescente amor.

Movió su cabeza como para despejar sus pensamientos, y volviendo a meter la carta en el sobre, la guardó cuidadosamente en su bolso.  Deseaba tenerla a mano, deseaba volverla a leer.  Esa fue la última noticia que tuvo de él.  , Nunca más habían vuelto a verse.

Se preguntaba por qué había ocurrido todo. ¿ Por qué habían regañado ?  Las cosas suceden en un momento determinado, y  a menudo, provocan algo que nos cambia.  En aquella ocasión ¿ fue orgullo, cabezonería ?, ó quizá no supieron medir las consecuencias de la intimidad que tuvieron.  La discusión se inició a los pocos días de haber estado por primera vez en casa de Jack. Querían volverlo a repetir, pero ella,  le reprochó el desorden habitual en él.  Esa fue la excusa, pero en realidad era que ese día estaba de mal humor, estaba preocupada por el retraso que tenía en su organismo, pensando que había ocurrido el "gran desastre":  estaba encinta ...   Pero no fue así, fue solamente eso, un retraso.  Pero para cuando lo averiguó, , ya había tenido lugar  una fuerte discusión y Meredith había reprochado a Jack,  no hubiese tenido más cuidado y él,,  dando un portazo,  se había marchado.



Aquella noche,  no pudo dormir.  Amaba a esa muchacha, pero sabía que su relación era complicada, por lo que tomó la decisión de irse de Estados Unidos, y quizás en la lejanía consiguiera olvidarla.

Sentado en la mesa de la cocina, tomó papel y pluma y escribió una carta para despedirse de ella, aquella carta, que ella recibió bastantes días después de su partida, cuando ya era imposible una reconciliación.

Fue una gran decepción para Meredith y la costó tiempo olvidar,aunque no lo consiguió,  , aquellos momentos vividos   Tiempo después, ,  ella volvió su mirada hacia Jimmy,   y unieron sus vidas como ya sabemos.

martes, 28 de junio de 2016

La carta - Prólogo

La casa revuelta, todo metido en cajas, las estancias medio vacías.  El traslado comenzaba a producirse.  Meredith,   nerviosa,  daba las últimas instrucciones a los operarios que iniciaban su labor.  Se trasladaría desde el chalet,  que hasta ahora había sido su hogar, hasta un apartamento más pequeño en uno de los barrios más céntricos de la capital.

Le había costado mucho tiempo y esfuerzo decidirse a dar ese paso.  Atrás dejaba añoranzas y recuerdos de una época no muy lejana, placentera,  y también de incertidumbres y preocupaciones. . Hacía cinco años que se había quedado viuda, tras menos de tres de un tranquilo matrimonio.  No había tenido hijos, no les había dado tiempo para ello.  El infortunio se había cebado en aquella pareja.

No se había casado enamorada, y los primeros meses habían sido difíciles.  James  era algunos años mayor que ella.  Era el tercer hermano de una familia muy acomodada. Era guapo, correcto, educado y estaba loco por Meredith desde hacía mucho tiempo.

Ella andaba en amoríos con Jack, conocido también de James , ya que los tres pertenecían a la misma pandilla de amigos.   Nunca se  había insinuado, respetaba el noviazgo de Meredith y Jack, pero tras su ruptura, se decidió a pedir en matrimonio a la chica.

Por despecho, más que por amor, ella,  consintió en unirse a él y un día de primavera se convirtieron en marido y mujer.  Su noche de bodas, fue amarga para ella, ya que seguía enamorada de Jack, pero no dijo nada a su ya marido y,  éste rendido de amor por su esposa no lo advirtió, al menos ella, no percibió que  notara su decepción.

Él se ganó el respeto y cariño de su mujer.  Decidieron que harían una larga luna de miel, y después de los tres primeros años de matrimonio, pensarían en buscar el hijo que él  deseaba y ella, ...,  no tanto.

James había tomado las riendas del floreciente negocio familiar que junto con sus hermanos habían ampliado aún más, una vez que su padre se había retirado.  A su modo,  Meredith era feliz junto a su marido.  Tenían respeto mutuo y su convivencia era tranquila, sin sobresaltos, aunque con alguna discusión de vez en cuando, como era natural,   por otra parte.

Hacía un tiempo que él no  se encontraba bien.    : " Será el estrés", comentaba a su mujer. Pero ella no se quedaba tranquila.   Hasta que una mañana él la comentó que había orinado sangre.  Acudieron inmediatamente a un urólogo y tras unas pruebas, llegó el diagnóstico: cáncer de vejiga,  fulminante.

Meredith  no podía creerse lo que acababa de escuchar, no era posible. A penas hacía dos años que se habían casado.  Pero era real y James  empeoraba por días.   Hasta que finalmente falleció cuando faltaban tres meses para cumplir su tercer aniversario de bodas.

 Después del entierro de su marido, se encerró en su casa, sola, y permaneció en ella, sin ver a nadie, durante varios días.  Estaba angustiada, rabiosa, furiosa contra el mundo entero... No era justo.  había sido  un hombre bueno que no merecía ese final y, ella interpretó que había sido castigada por Dios, por no estar enamorada de él, por no haber querido tener hijos  y ... por todo...,  y contra todos.

 No paraba de llorar, y la señora de servicio que la acompañaba, estaba preocupada por ella... así se lo comunicaba a las familias que no sabían qué hacer.

Fue el hermano mayor de su marido el que les aconsejó que la dejaran sola:  " necesita desahogarse, dejadla, Ya se calmará.  No está sola, Lisabetta la cuida,   dejadla ".  Y así lo hicieron. Tardaría en salir a la calle casi un mes, y fue para acudir al funeral a la memoria de su marido.

lunes, 27 de junio de 2016

l otro lado del mundo - Capítulo 24 y último - Sidney

Bella dudaba.  Por un lado creyó a D'Tella, pero por otro, esa explicación debió dársela Alessandro, pero no lo hizo, y permaneció callado, sin decir palabra, sólo escuchando los reproches que le hizo.  Cortó sus pensamientos el anuncio de una pareja que deseaban celebrar su enlace, en el salón de bodas del complejo hotelero.  Les recibiría y después trataría de hablar con Aless.

La visita duró más del tiempo debido; los contrayentes quisieron conocer todas las instalaciuones y las posibilidades que tenían para la celebración, tal como el menú, la tarta, la música, en fin, todo.  Cuando quiso recordar ya era tarde.  Se dirigió en busca de Alessandro, pero el recepcionista le comunicó que los señores D'Tella, habían abonado su cuenta y se habían marchado.  No dejó dirección, pero Giovanni le dijo que irían a Sidney a la presentación del libro, y entonces tomó una decisión:  Contactó con la Asociación hotelera, y sin esfuerzo y al cabo de media hora, conocía las reservas de hotel y el horario de presentación de Allessandro D'Tella.  Sería para dentro de dos días.  Tenía tiempo suficiente para dejar todo organizado en Noosa  y partir hacia Sidney.


 ¿ Y si fuera cierto todo lo contado por el padre ?   No tenía porqué mentirla.  No podía dejarle ir, al menos hasta que él lo ratificara frente a ella. Bien es cierto que lo intentó, pero el resquemor  sentido fue más fuerte que el escuchar su corazón. Aless no trató de defenderse, seguramente porque le dijo lo de su novio ingles. ¡ Dios mio, lo habia olvidado !  Descolgó el teléfono y conectó con Niall; él debia esperar algo parecido, porque no le extrañó que se despidiera y fuera al encuentro del que había sido su amor desde hacía tiempo.  La deseó suerte.  Y de este modo cortó con su relación.

El viaje hasta Sidney, tan familiar para ella, se le hacía eterno en esta  ocasión.  Quería darle la sorpresa  y acudir a su presentación, oculta entre la gente, para después llevar a la firma el ejemplar que él mismo le había regalado.  Metió ambos libros en su equipaje.  Una vez instalada, dudaba en si llamarle o esperar al día siguiente para volverle a ver.

El salón estaba lleno de gente.  El marketing había funcionado, y sin exagerar, el editor había adornado mucho su presentación: " un joven valor europeo, desea conquistar al pueblo australiano", era el pié de foto que se mostraba a la entrada del salón de actos del hotel en donde se realizaría la presentación.

Y llegó el momento.  Bella se situó en la última fila de los asistentes, oculta de la mirada de él. Escuchaba muy atenta lo que Alessandro introducía en la presentación.  Algunas cosas se la escapaban absorta en la contemplación del rostro del hombre que amaba.  Había madurado, y también perdido algo de la espontaneidad y viveza de su rostro.  Ahora se le veía con seriedad.  Posiblemente ante la responsabilidad del acto que estaba realizando.


" Este nuevo libro novelado, es una continuación del anterior titulado Anna Maria.  Aunque como digo, es un relato novelado, quiero resaltar que la protagonista fue real y vivió en Australia desde su juventud, hasta su fallecimiento. Aquí retomó su vida, amó a un hombre y con él formó su familia, y  uno de sus descendientes es la protagonista de mi segundo libro : "Esa desconocida ". En este segundo relato,  narro  los sentimientos que supo inspirar a un desconocido en tierras lejanas, pero que le inspiró tan grande amor, que nunca consiguió olvidarla.  Repito es una novela, y en ella la fantasía del autor, juega con los sentimientos que pudo inspirar a ese chico,  en cuyo pais estaban   parte de las   raíces de ella ".

Bella, escuchaba emocionada, cuando a continuación de la presentación, leyó algunos pasajes de libro.  El señor D'Tella, también sentado en un lateral apoyando a su hijo, hizo un "barrido" por la estancia y descubrió que Bella estaba allí, oculta de la mirada de Aless, sonrió e hizo una levísima inclinación de cabeza y por un momento sus ojos se encontraron.  Ella correspondió igualmente..

Cuando hubo terminado con el último capítulo de la presentación, el silencio reinaba en la estancia, hasta que un sonoro aplauso de todos los asistentes, indicó a Alessandro, que había tenido éxito, mucho éxito, y que ambas novelas habían gustado a ese público expectante.  En el mostrador de la entrada había una señorita con un montón de ejemplares dispuestos para la venta.  Inmediatamente que las puertas se abrieron, se formó una fila de  personas interesadas en obtener un ejemplar, no sólo de la nueva novela, sino también de su primer libro.  Y todos tuvieron ocasión de emocionarse con la dedicatoria. A medida que adquirían su ejemplar, volvían  a entrar en el salón dispuestos a que aquel joven y guapo italiano, les dedicara los ejemplares. Aless amablemente y sonriendo, satisfecho por el éxito obtenido, firmaba sin parar dedicando la novela, hasta que de las últimas personas, estaba Bella, que aguardaba impaciente por colocarse ante él, extendiendo uno y otro libro.  Él levanto la mirada sorprendido ante su voz.  El milagro se había hecho realidad;  Bella estaba ante él, emocionada, sonriente y feliz pidiéndole una dedicatoria.

Tuvieron que esperar hasta que la última persona recibiera su dedicatoria.  Entonces, Aless se levantó y abrazándola fuertemente la decía una sola frase, porque su emoción era tan grande que no podía articular palabra,. Sólo " amjor mio, amor mio "-

Sólo pudieron vivir intensamente esa noche.  Al día siguiente partirían rumbo a Italia.  Les aguardaba un largo viaje y una revisión a Giovanni.  Ya en el aeropuerto, ambos se abrazaban mientras  el señor D'Tella, , apartado de ellos, les contemplaba sonriente y feliz.

- Volveré.  Te lo prometo, en cuanto solucione todo lo que tengo allí, volveré y con un anillo bajo el brazo. Te quiero Bella, tenlo siempre presente.  Nunca te olvidé y nunca lo haré.
- Aless.  Te aseguro que si no regresas, ité a buscarte y te arrastraré por toda Taormina

Ambos jóvenes rieron y se abrazaron y besaron por última vez antes de que tuvieran que partir rumbo al túnel que les conduciría al avión.  Ella no se movió de allí hasta que despegaron, y triste reemprendió el regreso a casa.  Había sido una sola noche, , pero intensa,  en el que los sentimientos de ambos volvieron a encontrarse , al igual que aquella, y ya lejana, primera vez.

Hablaban por teléfono a diario. El señor D'Tella acudió a las pruebas requeridas por los médicos y afortunadamente, todo salió perfecto.  Pero lo que no era tan perfecto era la relación de sus padres. Loredana vivía más en casa de su hija que en la suya propia.  Esa situación mortificaba a Alessandro; le daba pena de Giovanni, que en la recta final de su vida,  tuviera que pagar un error de juventud, del que no sólo él fue  culpable.  Comprendió que el amor que creía en sus padres, tenía los cimientos de barro, y nunca  se habían asentado firmemente.  Simplemente habían convivido lo mejor posible, por temor al que dirán.  En ese tipo de sociedades, aún se tenía en cuenta que el matrimonio era para toda la vida.

Pero por lástima que le inspiraran, debía regresar junto a Bella. No dejaría pasar esa oportunidad de ser feliz, porque había comprendido lo importante que ella era en su vida. Preparó todo para el viaje; estaba ansioso por verla de nuevo, y quizá por su propia alegría, no se daba cuenta de la tristeza de su padre.  La despedida fue sentida por parte de ambos

- Hijo, no dejes escapar ese tren. Os amáis y sois felices juntos.  No dejes que nada ni nadie, enturbie esa felicidad.  Avísame con tiempo: quiero asistir a vuestra boda.  Trataré de convencer a tu madre, pero...  tal y como están las cosas entre nosotros, no creo desee asistir.  No me perdonará nunca que amase a Anna y que quisiera visitar su tumba. Sé que no debiera decir esas cosas de ella, al fin y al cabo se trata de tu madre.  Pertenece a una rancia familia que no ha evolucionado con los tiempos.
 Pero bueno, haré cuanto esté ne mi mano. Anda, se hace tarde.


Se casaron con la asistencia solamente de don Giovanni. Ni su mujer ni su hermana, asistieron a la boda pretextando que era muy lejos. La madre, según ella, "porque no se encontraba muy bien ", y por parte de la hermana " los niños me necesitan..." Bla, bla, bla, excusas, que no quiso analizar. Toda su familia estaba allí Bella y su padre, no necesitaba a nadie más.

Fue una boda por todo lo grande.  Ese día el hotel se clausuró, exceptuando las habitaciones que estaban ocupadas; tuvieron que habilitar un comedor nuevo para seguir asistiendo a los huespedes y que no notasen nada de lo que allí se celebraba.  El periódico local, se hizo eco del acontecimiento : " El famoso escritor italiano Alessandro D'Tella, ha contraido matrimonio con nuestra querida Bella, que como todos recordamos es la nieta de la siempre recordada Anna Maria Filiberto, empresaria que hizo posible el complejo turístico Noosa Valley...."  Difundiendo a continuación  fotografías de los contrayentes.

La luna de miel fue corta. Alesandro estaba escribiendo un nuevo libro y Bella no podía faltar por mucho tiempo del negocio.  La tuvieron en la vecina Nueva Zelanda, pero su amor y felicidad todo lo colmaba. Se amaban casi a todas horas como para resarcirse del tiempo que habían estado separados. Pero el tiempo para ellos solos, tocaba a su fin, y se imponía la cruda realidad,: vuelta a la normalidad.  Y así retornaron a Noosa. Y así transcurría su vida apacible. El aprovechaba a escribir, mientras ella permanecía en el trabajo.  Las noches y los fines de semana, se lo reservaban para ellos solos. Maxim y Florence les sustituian en esas ocasiones. La armonía reinaba entre los cuatro. Incluso Aless y Bella, pensaban en aumentar la familia.   Y la aumentaron.



Meses más tarde cuando el nuevo D' Tella contaba con cuatro meses, recibieron una visita inesperada pero que a todos colmó de alegría: Guivanni D'Tella, se había separado y deseaba vivir junto a su hijo, ya que la hija,  en complicidad con la madre, habían llevado muy a mal que planteara la separación definitiva del matrimonio.  Padre e hijo se abrazaron largamente y con lágrimas en los ojos, hizo lo mismo con Bella

- Gracias, hija. Por fin estoy en un lugar en el que se respira amor y armonía, y no malas caras. Me habéis dado un nieto precioso; me siento muy contento y orgulloso de vosotros.

Giovanni vive con Aless y Bella y es feliz, incluso anda "tonteando" con una viuda de buen ver vecina de Noosa. Es feliz, aunque recuerda a su hija, que de vez en cuando le llama por teléfono o se comunica por correo con ella. De Loredana no sabe nada más que lo que le cuenta Amanda.  De momento no piensa regresar a Taormina.  En los atardeceres, se sienta en el porche, en la misma butaca que usara Anna y contempla la misma escena que ella lo hiciera años atrás. Sienta sobre sus rodillas al pequeño Alessandro que ya camina y comienza a balbucear las primeras palabras. Se ha comprado un coche pequeño, y a menudo se acerca hasta el cementerio y deposita flores en las tumbas de aquellos tres seres tan importantes en su vida.

Bella le contempla sin que él se de cuenta cuando explica a su hijo cosas de la vieja Italia, y el niño le escucha interesado en lo que el abuelo narra.  Está  embarazada nuevamente y Aless ha editado un nuevo libro con rotundo éxito.  Por la noche, en la soledad  e intimidad de su dormitorio, mientras reclina la cabeza en el pecho de su marido acariciando su rostro, Bella sonrie satisfecha y feliz

- ¿ Por qué sonries, mujer ?
- Marido, porque soy absolutamente feliz. Y porque no hubiera creído a nadie que me dijera que mi único y verdadero amor, lo encontraría al otro lado del mundo y a través del diario de mi abuela. Buenas noches, amor mio
- Buenas noches cariño. Pero aún no es hora de dormirse; tenemos algo pendiente ¿ no crees ?

Y riendo y retozando, les sorprende una noche más.


                                                        F    I    N


Autoría:  1996rosafermu
Editado:   2016
Fotografías:  Archivo 1996rosafermu
DERECHOS DE AUTOR RESERVADOS

domingo, 26 de junio de 2016

El otro lado del mundo - Capítulo 23 - Conocer la verdad

Gionanni se sentó ante Bella, en el sillón que ella le indicó.  No se esperaba aquella revelación.  Ni por lo más remoto había imaginado quen el Giovanni del diario, ahora estuviera sentdo frente a ella, y hubiera callado cuando le conoció en Taormina, sabiendo lo importante que era para ella, localizar algo de la vida de su abuela.  Se recostó en su butaca, cruzó las manos bajo su barbilla, y se dipuso a escuchar el relato del señor D'Tella.  Al concluir le tocaría a ella.  Hablaría.


"Todo comenzó  a mediados de los años cuarenta, en plena guerra, cuando aún faltaba tiempo para su final.  Nos cruzábamos todos los días.  Ambos llevábamos el mismo camino, o quizá  lo buscábamos adrede. Ella iba a ayudar a su madre en lo que podía y yo al instituto. Estaba a punto de terminar el bachillerato. Durante mucho tiempo, sólo nos sonreíamos, pero un  día me decidí a hablar con ella. Faltaban pocos días para terminar el curso y después posiblemente no volviéramos a vernos.  Yo estaba destinado a ser médico, aunque esa carrera no era del todo de mi gusto, pero la imposición familiar hizo que terminase eligiéndola.  La primera cita, fue pasear por la playa, Al fin de la  semana siguiente, la  invité al cine. Deseaba ver Tres enamoradas, aunque a mi me parecía un "pastelito ", pero quería complacerla. Y al siguiente, en un lugar oscuro y solitario, cercano a su casa, la besé por primera vez,  Lo que vino después,   puedes imaginarlo: un lugar escondido entre rocas, en la playa y...fue mía,."

"He de decirte que estaba muy enamorado de ella.  No fue una aventura de un día. Nos queríamos y deseábamos estar juntos; pero se impuso la realidad.  Era pobre y mi familia ya había trazado sus planes respecto a mi.  Peleé todo lo que pude por defender nuestro amor, pero los pocos años, la inexperiencia, la época dura que nos tocó vivir, y qué sé yo... hicieron lo demás.  Nunca pude olvidar nuestra despedida: lloraba como una criatura, me suplicaba que no la dejase, pero... tuve que dejarla.Cuando se lo comuniqué, rompió a llorar desconsolada, juraba que me quería, que no lo hiciera, pero, a pesar de que yo estaba con el corazón roto en mil pedazos, tuve que hacerlo."


 "Tenía destinada a una joven, bella y rica heredera, con lo cual el acuerdo entre las familias estaba sellado, al igual que se hacía en la edad media. Al tiempo que salía con Anna, lo hacía también con la joven rica, y también me acosté con ella. Me anunció que la había preñado, y entonces el mundo se hundió a mis pies. Se había roto una milésima de oportunidad de que mi compromiso no funcionara, pero con un bebe en camino, ya no había escapatoria.  Ignoro si fue verdad o una argucia de Loredana para que abandonase a Anna Maria.  Nos casamos y Anna emigró después de la muerte de sus padres."

- Pero nada de esto es nuevo. Ya lo sabía.  Ella lo escribió en su diario. Lo que no entiendo es el por qué ustedes negaron que la conocieran.  Ambos sabían perfectamente lo que había ocurrido, y sin embargo dejaron muy claro que no la habían visto en su vida. ¿ No le parece algo ruín, señor D'Tella ?
- Tienes razón. Pero a modo de disculpa, si es que puede haber alguna, he de decirte que mi matrimonio fue muy dificil al principio.  Yo seguia enamorado de Anna, y el motivo por el que nos casamos "resultó" ser una falsa alarma. Hemos tenido temporadas difíciles, pero por nuestros hijos decidimos seguir adelante. Yo sabía que si comentaba algo referente a ella, mi mujer se pondría por las nubes y tendríamos un serio altercado.  Por otra parte, ya no había solución; las cosas estaban como estaban y ella había muerto.

- Todo eso está muy bien. Pero sigo sin entender la actitud de Alessandro, y al cabo del tiempo que aparezca por aquí con el libro y diciendo que no me ha olvidado. Pienso que la mentira es el lema de la casa.  Lo siento señor D'Tella, pero eso es lo que pienso. No me gusta como actúan.
- Bella, aún no he terminado. Voy a explicarte el porqué de la tardanza y el motivo por el que no se puso en contacto contigo.

"Después que te marchaste, dejaste un profundo malestar en mi.  Es como si en todos esos años, hubiera enterrado el pasado,  y de golpe saliera a la superficie. Me sentí mal físicamente, aunque no dije nada. Esa noche Aless no vino a casa a dormir, creo que sabes la razón. De madrugada un fuerte dolor en el pecho y en el brazo causó mi alarma.  Desperté a mi mujer y ella alarmada, llamó a una ambulancia y fui trasladado a un hospital. Había sufrido un infarto.  Loredana trataba desesperadamente contactar con Aless, pero él había apagado su móvil.  Apareció en casa casi al amanecer y entonces se enteró de lo ocurrido.  Mientras estuve ingresado, no se separó de mi lado, y estuvo acompañando a su madre hasta que llegó mi hija, que vivia en Milán.  Cuando todo se normalizó recordó vuestra cita y de que ni siquiera te había llamado por teléfono.  Desesperado acudió al hotel y allí le dijeron que lo habías abandonado esa misma mañana. "


 "Trató de informarse de tu residencia, pero ni siquiera conocía tu apellido, de manera que fue imposible.  Estando de recuperación, ya en casa, me confesó la verdad.  Editó el primer libro de su propio bolsillo porque no tenía editor que lo hiciera. Dejó de salir con amigos y comenzó a escribir con desenfreno su segunda novela, ésta que presentará en Sifney.  Quería ahorrar dinero para difundirlo particularmente en Australia, con la esperanza de que vieras algún anuncio y así poderos reunir.  Por varias gestiones de amigos mios, lo logramos,  en parte. Él hizo las gestiones para localizar el lugar exacto de tu residencia. He de decirte que la primera idea de editarlo en Australia, la ha llevado a cabo y lo pagará de su bolsillo."

"Tenía la esperanza de que volvierais a estar juntos, pero mañana nos vamos a Sidney y trás la presentación volveremos  a nuestro pais..  Ya sabes toda la verdad. Él te quiere, Bella.  Siempre te ha querido, nunca te ha olvidado.  No sabe que he venido a verte.  Y bien, ahora me retiro. Posiblemente esté de regreso de su paseo y me estará buscando."

-Adiós .  Te deseo lo mejor
- Espere. Pero usted ... ¿ a qué ha venido ?
- Deseaba poner unas flores en la tumba de Anna María, y así lo he hecho. La he pedido perdón y ella me ha perdonado, lo sé. Créeme no he sido feliz en mi matrimonio; pagué con creces mi traición.  Me he arrepentido toda  la vida, pero el reloj no puede ir marcha atrás.  Lo dicho, Adiós Bella.

Y salió del despacho, dejando a Bella sin palabras 

sábado, 25 de junio de 2016

El otro lado del mundo - Capítulo 22 - Una cruz junto al camino

Giovanni encontró a su hijo sentado en un lugar apartado de la terraza en la cafetería del complejo turístico.  Pensativo, giraba el vaso de zumo de mango, una y otra vez, mirándole fijamente.  Algo había ocurrido que le perturbaba; siempre hacía lo mismo cuando alguna preocupación ocupaba su cabeza.  Se acercó a él.   Las cosas no habían salido todo lo bien que debieran.  No obstante decidió abordar el tema y tratar de ayudarle en lo que fuera que le preocupaba.

. Aless ¿ qué ocurre ?
- Nada, papa.  No te preocupes
-Si, si me preocupo. En lugar de verte contento por el objetivo alcanzado, te veo triste y malhumorado ¿ qué pasa ? ¿ Es que no has podido hablar con ella ?
- Si papa.  He hablado y sencillamente, no resultó. Ella se olvidó de mi al dia siguiente de salir de Taormina.  He decidido terminar las vacaciones en Sidney.  Salimos mañana mismo
- Pero si la presentación es dentro de cinco días
- No importa. Nos da igual estar aquí que en la ciudad. Así la conoceremos.  Y ahora no quiero seguir hablando de esto. En Recepción me han facilitado la dirección del lugar en donde está enterrada Anna; les he contado, en parte, una mentira, pero no me ha costado trabajo me lo dijeran.  Era muy querida entre los empleados.  Debió ser una buena mujer
- ¡ Y tanto que lo era ! - respondió Giovanni - Antes de irnos desearía visitar su tumba...
- Ya lo se. Tomaremos un taxi y nos conducirá hasta el lugar. Lo tengo todo planeado. Si lo deseas iremos ahora mismo.  No tenemos otra cosa que hacer

Y así lo hicieron.  Un Giovanni emocionado, no pudo evitar unas lágrimas ante la lápida inscrita con el nombre de Anna. Su fecha de nacimiento y el lugar. Al lado derecho la de su esposo y al contrario la de su hijo.  Todo había resultado distinto a como pensaron cuando iniciaron su relación.

 Alessandro se había apartado para que su padre pudiese expresar sus sentimientos como quisiera. Respetaba aquel amor profundo que durante toda su vida, había llevado en su interior.  Lo comprendía perfectamente; él estaba en parecidas circunstancias.  Por otro lado, le dolía la situación de su madre, aunque Loredana, fuese en parte culpable de aquel amor fallido.  Pero era absurdo culpar a nadie, porque todos lo eran excepto Anna.  ¿ Cómo hubiera sido su vida si no se hubieran separado? Probablemente ni Bella ni él existirían, o no se hubieran conocido.


Inmerso en sus pensamientos, no se dio cuenta de que Giovanni le daba un toque en el brazo

- Cuando quieras, hijo, podemos regresar.
-¿ Estás bien, papa?
- Si, Aless. Estoy bien. ¿ Sabes? Me encuentro bien. La he pedido perdón y sé que ella me ha perdonado. Me encuentro en paz conmigo mismo, pero apesadumbrado por ti.  No deseo que mi historia se repita.

De regreso al hotel pasaron por un lugar con una cruz bajo un árbol en el que había sembrados unos rosales. Al mirarlo con curiosidad, el chófer del coche que les llevaba, les explicó que en ese lugar se había matado el esposo de la dueña del complejo, que si bien ahora era regentado por su hija y su nieta, fueron la señora Anna Maria y el señor Lyan, quienes lo iniciaron.  Aless sintió pena por la nonna, que no había tenido una vida fácil y que su final se precipitó por la tristeza de perder al hombre que fue el amor de su vida, y no el que estaba sentado a su lado en el taxi.  Comprendió el padecimiento de su padre al fingir un amor a su madre, que estaba muy lejos de sentir. Pensó que el rechazo de Bella, había sido como una especie de venganza del destino por algo que ellos no tenían culpa, pero ya se sabe que es caprichoso.

Alessandro deseaba estar el menor tiempo posible en el complejo. Tenía los billetes para Sidney y antes de acostarse dejaría el equipaje listo: saldrían por la mañana temprano.  Pensó en ir hasta la playa y dar un paseo.  Seguramente, así no tendría oportunidad de coincidir con Bella.

- Voy a dar una vuelta ¿ vienes papa ?
- No hijo, prefiero dormir una siesta y ver la televisión.  Tengo emociones encontradas y deseo calmarme. Ve tú donde quieras.  Cuando me levante estaré en la cafetería,  si acaso deseas buscarme.  No tengas prisa en volver estoy bien y a gusto aquí.  Si no fuera porque todo se ha truncado, éste sería un sitio excelente para vivir.  Tranquilo, hermoso,  apacible. Si me gusta.  Éste sería un buen retiro.
-Pero adoras Taormina, y no creo que mamá estuviera muy contenta con venir a vivir aquí.
- Es un decir, hijo, es un decir.
- Bueno, pues si no vienes, te dejo tranquilo.  Nos vemos más tarde.
-Ve con Dios, Aless.  No tengas prisa.  Diviértete.

Alessandro salió aparentemente tranquilo, pero su padre sabía que no era así.  Decidió esperar un rato, por si volvía, y trazó un plan: tenía que hablar con la muchacha, y explicarle el motivo de que no recibiera noticias de su hijo con anterioridad. Y dicho y hecho.  Sabía, porque así se lo dijo Alessandro, que ella estaba en la oficia, y hacia allí dirigió sus pasos.  Haría todo lo posible por solucionar el malentendido surgido a raíz de su enfermedad. Era lo único que podía hacer, ya que sin quererlo, había sido el causante de todo el embrollo.,

Y Giovanni salió decidido a poner en claro todo lo ocurrido. A un botones solicitó le indicase la dirección de la oficina, y hacia allí se encaminó.  Una señorita muy amable, le indicó que la Directora no podía recibirle por estar con una visita

- Está bien. Aguardaré
-Le aseguro que va a tardar
- No tengo prisa.  Aquí se está muy bien
- ¿ Puede decirme el motivo de su visita? Quizá yo pueda solucionarlo
-No, no creo., Es algo personal.  De familia
- ¡ Oh !, en ese caso, veré qué puedo hacer - Dio unos golpes en la puerta y entró.

Tardó poco en volver a salir, y lo hizo algo incómoda.  Posiblemente recibiría una reprimenda de parte de su jefa por haberla interrumpido. A él no le importó. Había de solucionarlo antes de partir hacia Sidney: no había tiempo.

- Puede pasar - dijo la secretaria. Y así lo hizo
- Buenas tardes, Bella,  Espero se acuerde de mi
- ¡ Claro que me acuerdo señor D'Tella. Ignoraba que hubiera venido con Alessandro. De haberlo sabido, hubiera sido yo quién hubiese pasado a saludarle. Fueron muy amables conmigo cuando estuve en su casa. ¿ Ha venido también su señora?
- No ella no. Está algo mayor - dijo riendo y en broma
- La visita ha sido toda una sorpresa para mi. ¡ Qué casualidad que hayan venido a parar aquí !
-No, Bella. Es así como se llama  ¿no ? No es casualidad, hemos venido a propósito para verla. Aless porque quería darle una serie de explicaciones que aclararía todo este tiempo de silencio, y yo porque deseaba visitar la tumba de su abuela.  La historia es larga y compleja, pero le diré que yo soy el novio que la dejó para casarse con otra chica rica.

viernes, 24 de junio de 2016

El otro lado del mundo - Capítulo 21 - El envío

A su regreso de vacaciones Bella recibió una carta y un pequeño paquete, con el mismo destinatario y lugar de origen: Taormina.
Se quedó perpleja. No comprendía aquello, ni a qué se debía después de tanto tiempo.  No le había olvidado, guardado en su memoria. Recogió ambos envios, y después de preguntar por las incidencias del negocio en la oficina, se encamnó a su apartamento personal, un pequeño bungalow igual al de los huéspedes y anexo al de su familia.  Les saludó, y se entretuvo con ellos charlando de lo bien que lo había pasado y lo interesante que había sido la Convención.  Estaba deseosa de poder irse a su apartamento. Florence, curiosa, la preguntó por lo que llevaba en la mano, y ella respondió con toda naturalidad, como si fuera lo más común del mundo:

- ¡ Ah, esto ! es un envío de un amigo de Italia
- No me habías dicho que tenías amigos en Italia
- No tengo amigos, mamá. Es alguien a quién conocí en el viaje. Trataba de hacer un libro y me preguntaba cosas de aquí como para documentarse.  Me prometió enviarme un ejemplar y aquí está.  Eso es todo



Maxim, escuchaba atento la explicación de Bella, sabiendo perfectamente a quién se estaba refiriendo. Intercambiaron alguna que otra mirada y ella, con un mohín, le dio a entender, que debía guardar silencio, y él ni siquiera despegó los labios.  En cuanto pudo, se escabulló,  e intrigada, ya en su casa, rasgó el sobre para primero leer la carta. Quería saber lo que en ella le contaría.  Se quitó los zapatos y se tumbó en el sofá para descansar, mientras leía lo allí escrito., y que comenzaba asi:

Mi querida Bella:

Aunque hace tiempo fue publicado mi primer libro, hasta no hace mucho que, pude conseguir tu dirección. Te envio un ejemplar y en persona, te entregaré mi segundo.  Me agradará mucho volver a encontrarnos y contarte las incidencias pasadas hasta localizarte. En un espacio pequeño de tiempo volveremos a vernos, pero ésta vez lejos, muy lejos de nuestro primer encuentro.

He de decirte, que siempre te he recordado

                                                               Aless

- ¿ Y ya está ?

No esperaba recibir nada de él, No le había olvidado, pero su recuerdo se iba distanciando cada vez más, pero a pesar de todo, la carta recibida le pareció fria y protocolaría ¿ Que esperaba ? Tanto él como ella, ignoraban el terreno que estaban pisando.  Probablemente viniera con su mujer, que a buen seguro sería aquella chica con la que estaba saliendo.  Y por la misma razón, él ignoraba si ella se mantenía soltera o convivía con alguien.

  A pesar de la desilusión tenida con la carta, sonrió, recordando quizás aquel encuentro que la marcó, hasta el punto de no poder enamorarse de otra persona.  Abrió el paquete, y ante sus ojos tuvo el libro dedicado a su abuela, cuya portada era la de una muchacha con una maleta.  Todo ello era un dibujo al óleo, borroso, difícil de identificar con alguien. Lo abrió, y escrito de su puño y letra, leyó la dedicatoria que Aless puso para ella:

A Bella, esa desconocida que entró en mi vida y que nunca salió de ella.

¿ Qué significaba aquello ? ¿ Que nunca he salido de su vida ? ¿ Qué quiere decir ?  No casaban muy bien la carta con la dedicatoria.  Una pequeña luz de esperanza se abrió camino en su memoria, pero al mismo tiempo la rechazó:

-  No significa nada.  Una frase bonita de un novelista.  Bah... - Y dejándolo encima de una mesa, se dirigió a su habitación para cambiarse de ropa.  El viaje había sido ,largo y hacía bastante calor, y además con humedad alta.

Se acercaba la hora de partir.  Loredana seguía en casa de su hija; no quiso despedirse de su marido e hijo, que salían en pocas horas rumbo a Australia. Giovanni estaba desilusionado con la actitud de su mujer, pero no le importó demasiado "ya se le pasará ", pensó.  Alessandro, por el contrario, estaba eufórico, nervioso y deseando poder verse sentado en el avion, a pesar de que su encuentro con Bella estaba aún lejos de producirse.  Tenían un largo, largo camino hasta llegar a Noosa Leads.

Pero como no hay nada que cien años dure, también llegó el día de su llegada. Se hospedaron, como no podía ser menos, en el hotel regentado por Bella y su familia.  Había reservado dos habitaciones; todo normal, como cualquier otro viajero.  Preguntó por ella, pues la impaciencia le consumía.   ¿Habría cambiado mucho ? La recodaba alegre y bonita, muy bonita, pero habían pasado varios años y el tiempo a todos nos cambia.  La señorita que le atendió en Recepción le indicó la oficina donde podría encontrarla y hacia allí se dirigió.  Aguardó paciente, hasta que le dieron paso en el despacho; no había querido dar su nombre, deseaba darle una sorpresa.  Y se la dió.

Se encontraban, al fin, frente a frente. Ella seria y él lo mismo. Aless fue el primero que, avanzando hasta la mesa de despacho de Bella, extendió la mano a modo de saludo.  Ella, muy sorprendida no acertaba a corresponder, lo que hizo que Alessandro bajara la mano, porque entendió que no quería corresponder.  Ella salió de detrás del escritorio y avanzó hacia él que no dejaba de mirarla.  Al fin, ella, pudo articular palabra

-Pero... ¿ cómo...?
- ¿ Qué como he averiguado donde vivias ?  He tardado y me ha costado mucho averiguarlo, pero aquí estoy. Cumpliendo la promesa que te hice.  Por cierto ¿ Te gustó el libro ?
- Si, si mucho. Es bastante real, aunque también hay bastante de tu ingenio de escritor
- No tuve más remedio.  Te fuiste sin dejar rastro
- ¿ Que me fui sin dejar rastro? Te recuerdo que no tuve ni una llamada, ni nada que me hiciera pensar que había ocurrido algo especial. Pero si me reafirmé en que fui una conquista más en tu haber. ¿ Para qué iba a dejarte mi dirección ?  Estaba claro que lo pasamos bien, pero fue sólo eso: un pasatiempos para ti
-¡ Nooo !, estás equivocada
- Da igual - interrumpió ella - De eso hace mucho tiempo.  Te agradezco el detalle, pero creo que no has llegado hasta aquí para traerme el libro.  Como compensación te invito a comer.  Tenemos un chef de cocina muy bueno. ¿ Has venido con tu mujer ?
- ¿ Cómo dices ?- dijo él perplejo
-Si. Que si  te casaste con aquella chica con la que salías
- ¿ Te refieres a Teresa ? No no me casé con ella ni con nadie. Permanezco soltero ¿ y tú ?
- Pues tampoco, pero estoy medio comprometida a un inglés que ahora se encuentra en Londres.

Desmoralizado y triste, Alessandro quería salir de allí. El comportamiento de Bella le lastimaba. Él que había organizado el viaje con tanta ilusión, se había encontrado con una Bella soltera, pero totalmente distante.  Se había olvidado de él.  Decidió no entregarle su segundo libro; ya no merecía la pena.  Nada importaba.

jueves, 23 de junio de 2016

El otro lado del mundo - Capítulo 20 - Viaje a las Antipodas

Don Giovanni, finalmente estableció contacto con su amigo del Ministerio de Exteriores, y trás varias gestiones, y mucho tiempo, pudo arrojar una débil luz sobre la búsqueda de Alessandro.Una llamada telefónica les sorprendió cuando ya nada esperaban.

- Pregunto por don Giovanni D'Tella - dijo la voz de una señorita
- Un momento, voy a avisarle - respondió la asistenta de la familia
-Soy Giovanni D'Tella ¿ quién me llma ?,
- Señor D'Tella, le llamo del Ministerio de Exteriores, de parte de don Patricio. Voy a enviarle con un mensajero una documentación que ha sido requerida por usted.  Dentro de una hora aproximadamente la tendrá
- Muy amable, señorita. Transmita de mi parte mi agradecimiento a don Patricio, al que saludaré personalmente.  Muchas gracias por su amabilidad


Aguardó a que Alessandro llegara de la calle, para darle la noticia.  Por fin, una luz al final del túnel.  Llegó la documentación, antes que Aless.  La impaciencia consumía a Giovanni, pero aguardó a que su hijo llegase para que, juntos, ambos comprobaran que, al menos, habría alguna noticia, que por débil que fuera, sería buena. Y juntos comprobaron lo que aquel sobre contenía:

" Mi querido amigo D'Tella:
Tengo el placer de adjuntarle los datos que hemos podido conseguir de su solicitud, que tras varias y largas gestiones, hemos conseguido.  No es la directamente inteesada por Vd., sino de una persona que ha convivido con Anna Maria Filiberto Parici, desde que llegó a Austgralia, hasta el fallecimiento de la citada señora Anna Maria.  Su nombre es Celyn Alessio y en la actualidad reside en Noosa Leads junto a una hija de la difunta. 

Confio en que los datos adjuntos, les sean de utilidad.  Sin más,  reciba mi más afectuoso saludo


                                                               Patricio Bello di Monte

Alessandro releyó de nuevo la carta. Se había producido el milagro. El camino que le conduciría hasta Bella, estaba despejado. Ahora todo sería más sencillo.  Giovanni, palmoteó en la espalda a su hijo, contento también de la buena nueva.  Se alegraba por él, por el tiempo que llevaba detrás de conseguirlo, y porque pensó que el sentimiento que le conducía hacia la muchacha, no era el de simplemente disculparse con ella, sino algo más profundo que por experiencia ya vivida, reconoció como lo que en realidad sentía: amor.

Nervioso, Aless, paseaba con la carta en la mano, que leia una y otra vez. Contactó con el Ayuntamiento de Noosa Leads, e hizo nuevas indagaciones: el apellido de Florence, la constancia de que allí mismo vivían y que Celyn estaba en la misma residencia.

-¡ Si todas las indagaciones fueran como esta, no tendríamos a penas trabajo !,- fue lo que le respondió amablemente la señorita encargada del registro del Ayuntamiento- Son los propietarios del hotel turístico Noosa Valley y de la agencia de viajes del mismo nombre.  En verdad me lo ha puesto muy fácil. dijo sonriendo la empleada
- Muchas gracias, señorita. No sabe el favor tan enorme que acaba de hacerme. Adiós.

Emocionado, nervioso y expectante, Alessandro se dispuso a llamar directamente a Bella, al teléfono de la agencia de viajes, y al del hotel, en uno de los dos sitios podría localizarla.  Llamó primero al hotel, y le anunciaron que la señorita Bella no se encontraba en ese momento en Noosa.  Había tenido que viajar a Sidney para una convención hotelera.

La sonrisa se le borró del rostro ante la noticia.  Decidió escribirla, porque según le habían comunicado, permanecería en la ciudad varios días por vacaciones.  Desilusionado comenzó a redactar la carta.  Era muy difícil ¿ cómo comenzar? ¿ Pidiendo disculpas ? Era demasiado frio y protocolario.  Tampoco era oportuno iniciarla como " mi querida Bella " ¿ querida ? Su corazón le dictaba otra cosa, pero después de tanto tiempo transcurrido, no podía presentarse con una declaración de amor en toda regla. Eso lo haría cuando estuvieran frente a frente, por más que fuera lo que su corazón le dictase.  Ahora más que nunca, deseaba presentarse ante la chica como autor que empezaba a ser conocido en Italia, pero ignorado en el resto del mundo.  No le importaba.  Lo verdaderamente importante, es que al fin podría verla. ¿ Habrá cambiado ? Ha pasado tiempo, es normal; yo también he cambiado.  Pero de repente, se le vino a la cabeza que posiblemente tuviera su vida organizada con otra persona.  Lo pasado en Taormina, quizá ni siquiera lo recordara. Por otra parte, nadie le había insinuado, siquiera, que estuviera casada o comprometida. Claro que las indagaciones no fueron en ese sentido, por tanto no era lógico que nadie se lo comentara.

Mil y una preguntas se agolpaban en su cabeza.  Tomó la determinación de anunciarle su próxima visita a esa parte del mundo y estaría complacido en saludarla personalmente. Era una solicitud fría, distante, pero al mismo tiempo guardaría las formas, hasta, al menos, averiguar el estado civil de Bella. Otra vez la espera.., pero esta vez, sería más corta.

A fuerza de mucho insistir ante el editor, y de renunciar a parte de los beneficios de la publicación del ñlibro, Alessandro consiguió que hubiera una presentación en Sidney. Pero el planteamiento de Giovanni a Loredana de que viajaría con su hijo, constituyo un sonoro disgusto entre el matrimonio.  Ella sabía sobradamente porqué el empeño de viajar al otro lado del mundo, y que el decir que iba a asesorarle, era simplemente una excusa

- ¿ Acaso crees que soy tonta ?  Vas por conocer dónde vivió y dónde está enterrada. En todos estos años no la has olvidado ¿ verdad ? -. Él guardó silencio, porque en el fondo sabía que Loredana tenía razón, pero ésta vez no le apartaría de lo que se había trazado.  Ella partió de vacaciones , con su hija, y él con Aless hacia Auistralia.  Previamente, Aless, una vez conocida la dirección envió a Bella, un ejemplar de su primer libro.  No obtuvo respuesta en ningún sentido; pensó que lo había recibido, pero que posiblemente ya no quisiera saber nada de él.


miércoles, 22 de junio de 2016

El otro lado del mundo - Capítulo 19 - Sexo, pero no amor

Y terminó su segunda novela larga que le llevó un año entero. Incluía un prólogo de la primera, para que el lector entrara en situación, aunque fuera someramente. Y la llevó de nuevo a la editorial: Al menos se quedaron con el manuscrito, y tardaron muchos días en establecer contacto con él.  ¿ Eso era buena señal ? Quién sabe: podría ser por buenas o malas noticias.

Una llamada de teléfono le instaba para presentarse en las oficinas editoriales, para tener una entrevista con el editor jefe. Eso sólo podría significar una cosa: había sido aceptada.  Llamó inmediatamente a Giovanni, que seguía de cerca el trabajo de su hijo.

- ¡ Cuánto me alegro, muchacho ! ¡ Por fin vas a despegar y tus sueños se irán cumpliendo poco a poco !
- No quiero hacerme muchas ilusiones, padre. Veremos qué resulta de todo esto.


Y resultó que aceptaron su publicación, y su petición de editarla también en Australia; de momento sería Sidney, y después ya verìan si lo ampliaban a  Adelaida o incluso a Melbourne. Estaba contento, muy contento.  Era optimista y sentía que al fin sus pasos estaban encaminados hacia ella.  Ahora sólo faltaba, que las amistades de su padre dieran el fruto y pudieran comunicarle, al menos, la última residencia de Anna Mariua, y por tanto de su familia.

Pero aún había de pasar algo más de tiempo; mucho tiempo, según él lo sentía.

Y de nuevo hemos de trasladarnos hasta Noosa Leads y conocer qué fue de Bella.  Había emprendido, junto a su familia una empresa de ampliación del hotel enfocado más al turismo extranjero que nacional.  Habían ampliado, por tanto,  el hotel, comprando unos terrenos colindantes al primitivo y a modo de bungalows comenzaban a recibir reservas de otros lugares de Australia. También había ampliado a una agencia de viajes, y contratado  para hacer excursiones a otros lugares costeros e inclusive con excursiones de varios días a Sidney.  El negocio marchaba bien, aunque habían invertido mucho dinero en ello.  Posiblemente las ganacias de los últimos años; pero todos estaban de acuerdo  en que fue una gran inversión con vistas a medio plazo.  Comenzaron a recibir reservas, y Bella se convirtió en el alma matter de todo aquello.  Estaban satisfechos de lo conseguido en tan poco tiempo.

- La chica tiene buen olfato - comentaba Maxim a Florence, su esposa y madre de Bella.

Y nuestra protagonista, había arrinconado en un lugar de su memoria, a aquel chico italiano de increíbles ojos azules, que conociera en su viaje a Italia, hacía algún tiempo.  Ahora su vida estaba ocupada entre el negocio y  Niall, un chico de la Metrópli que la gustaba, pero que no terminaba de formalizar ningún compromiso, ante los reproches del muchacho que no terminaba de comprender su actitud.Le había propuesto matrimonio, y obtuvo una negativa por respuesta

-  Llevamos dos años saliendo, ¿ no crees que es hora de formalizar lo nuestro?- la decía enfadado Niall
- Estamos bien así- respondía ella
-¿ Bien ? Francamente no sé con que carta quedarme.  Creo que no me amas
- Me acuesto contigo ¿ no ?
- ¿ Cuando ? Los fines de semana. Yo te quiero en mi cama a diario, y formar una familia contigo y tener hijos, pero creo que tú no estás por la labor.
- Mira Niall, tienes que darme tiempo.  Aún no estoy preparada. El negocio me absorbe bastante, y ahora no tengo tiempo para nada. El formar una familia, no entra en mis planes de momento. Lo siento, pero esto es lo que hay. Sé que es muy poco comprensivo por mi parte, pero hemos hecho muchas inversiones, y ahora me tengo que dedicar a ello.  Fuí yo la que metió a mi familia en todo este barullo, no puedo dejarles ahora.
- Tengo que ir a Londres por asuntos familiares.  Querría que me acompañaras, si no como esposa, que está claro que no va a ser, sí como mi prometida.  Mi familia lleva esperando esa noticia desde hace tiempo.
- Si quieres que tu familia se quede tranquila, puedes decirles que estamos prometidos, por mi no hay inconveniente
-Pero por el mio si que lo hay.  No quiero engañarles creyendo una cosa y al cabo del tiempo resulte otra. No es tan sencillo, Bella.  No puedo hacerlo
- Pues tu mismo. Yo no me comprometo ni contigo ni con nadie
- Pero ¿ por qué ?. Sólo encuentro una explicación: no me amas, así de sencillo.
-Niall, posiblemente tengas razón. En una ocasión me llevé una desilusión enorme con otro chico, que me defraudó tremendamente.  No quiero repetir la experiencia.  Es así de sencillo.  Podemos seguir como hasta ahora: sexo los fines de semana, cine, cena romántica, y cada uno a su casa.
- Te has convertido en una mujer fria y calculadora.  Muy lejos de aquella Bella que conocí. La otra me gustaba más
. .Lo siento, pero aquella otra se llevó la decepción más grande que puedas imaginar.  No deseo repetir la experiencia de mi abuela.  No volverán a romperme el corazón
- ¿ Estás segura ?  Posiblemente pases toda tu vida con él roto, pero habrás perdido otro amor sincero y verdadero.  He de respetar tu voluntad, porque yo si te quiero, y mucho. Está bien; partiré para Londres la semana próxima, a mediados.¿ No vemos este fin de seman ?
- Creo que no Niall. Pienso que es mejor que lo dejemos en este punto.  Yo te aprecio, pero para unirse de por vida a otra persona, se necesita algo más, y yo no puedo ofrecértelo. Así que vuelve a Londres y explica a tu familia lo que se te ocurra.  Te deseo lo mejor, aunque no te lo creas, pero es cierto.  Has sido un buen amigo y excelente amante, pero ahí termina todo.

Y Niall partió hacia Londres y Bella siguió con su rutina.  Pero el destino le guardaba una jugada inesperada para ella, que ni remotamente podría imaginar.  Pero aún habría de pasar algún tiempo

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