sábado, 22 de abril de 2017

Dos hermanas - Capítulo 12 - Duda razonable

Cuando entró en la habitación,  vio al pequeño que dormía plácidamente en la cama que fuera de su madre. Se sentó en el borde y acaricio su cabello con ternura.  De él dependía su felicidad, y aunque creía la conseguiría, no conocía la respuesta ni la reacción del niño.  Una cosa era verla como tía y otra como en lugar de su madre.  Si bien el niño casi no la conoció.  Se acostó después de besar su frente. ¿Estaba capacitada para educar a un niño ? No paraba de dar vueltas a lo vivido esa noche, ni siquiera lo había imaginado.  Le parecía un sueño: él la quería. ¡ Cuántas veces había pensado en esa corta frase, pero que resumía toda su felicidad !  Y si Arnold junior, dijera que no quiere una mama  ¿Qué haría ? Daba y daba vueltas en la cama, incapaz de pensar con serenidad.  El miedo que sentía a ser rechazada por su sobrino, impedía que durmiera; miraba a la ventana con insistencia  cada corto espacio de tiempo, deseando ver el amanecer.  Ese día sería uno de los más importantes de su vida, y tenía miles de dudas sin resolver.


Se levantó muy temprano incapaz de permanecer en la cama por más tiempo. Aún no lo habían hecho sus padres, ni la señora que ayudaba en casa ¿ qué hora sería?  Ni siquiera se había puesto el reloj.  Salió a la calle y decidió ir hasta el cementerio: necesitaba hablar con su hermana. Parada ante su tumba, se echó a llorar incapaz de sujetar por más tiempo sus nervios:

- Querida Ada.  Ha surgido algo que no esperaba y que ha convulsionado toda mi capacidad de pensar. Arnold me ha pedido casamiento, y tú sabes lo que yo lo he deseado siempre, pero...Tengo dudas. Dice que me quiere que se ha enamorado de mi, y que el niño me aceptará como madre ¿ eso es cierto ? Presencié el dolor inmenso que le causó tu pérdida y los años que ha pasado en solitario, y,  de repente me dice que me quiere.  Por un lado deseo creerle, pero por otro no quiero hacerme ilusiones no podría soportarlo.  Luego está el pequeño; hoy vamos a hablar con él. ¿Que hacer si no me aceptara? Tú conoces mi historia y sabes lo que le he querido siempre, pero al mismo tiempo siento como si te estuviera robando algo y necesito saber que no es así, que él me necesita, que desea esté a su lado y formar una familia conmigo, y que ocupe un lugar que no me corresponde, pero que necesita. Y quisiera hablar contigo y explicarte todo y que me comprendieras y me dijeras lo que debo hacer.


Se cubrió el rostro con sus manos incapaz de contener el llanto por más tiempo.  Se levantó una suave brisa mañanera que refrescaba su cara algo congestionada por la emoción.  No obtenía respuesta, como era lógico.  Miró al cielo pidiendo alguna señal que la indicara que todo estaba bien, y que era su tiempo y que era cierto que él la amaba y que el niño no se opondría, muy al contrario estaría encantado con su nueva mamá.  Dio un beso al nombre grabado en la plancha de mármol de su tumba y salió del lugar en dirección a su casa.  El sol apuntaba alto, pero no sabía si era tarde o temprano, o si había pasado mucho tiempo, quizá horas  Y lentamente, desanduvo el camino que le había llegado hasta allí. Cuando llegó a casa, todo el mundo estaba en movimiento: su madre en la cocina acompañando a junior que desayunaba.

-Alexa, hija ¿ De dónde vienes ?  Tienes una cara...  ¿No has dormido bien ? ¿ Qué te pasa?
- Mamá no he dormido ni bien ni mal, sencillamente no he dormido.  Vengo del cementerio.  Tenía que hablar con mi hermana, pero no me ha respondido a las dudas que tengo
- ¿ Qué dudas? Según has dicho estás enamorada de él desde que eras un niña
- Si mamá, así es, pero ¿ y él ? Me ha dicho que me quiere, pero ¿ será verdad ?
- ¿ Por qué eres tan desconfiada ?  Arnold no es de los que buscan a una mujer sin más.   Por otra parte lo ha intentado con otras chicas, pero por lo que sea no ha salido bien. ¿ Por qué piensas que te ha mentido?
- No lo sé... Porque me parece todo muy irreal que, ahora de golpe, se haya dado cuenta de que estoy aquí
- ¿ Y tú cómo sabes que ha sido de repente ? Además está el niño ¿ crees acaso que él también te miente? 
- ¿ Quién está mintiendo ? 
La voz fuerte de Arnold retumbó en la sala estremeciendo a ambas mujeres


- Responderme ¿ quién está mintiendo? ¿ Acaso crees que lo dicho anoche es mentira? ¿ Que lo dije para casarme, sin más ? - La madre se ausento y les dejó solos para que hablaran.
- No.   Es... es..., es que...
-He tenido más chicas al retortero, tu madre lo sabe, y todas fueron rechazadas, y no sólo por mi hijo.  Me faltaba algo en esa relación que hizo que fracasara todo, y es que ya había elegido a mi futura compañera, pero ella tenía novio y no podía decirle nada. Ahora me entero que has roto con él ¿ crees que he dudado un sólo minuto para  proponértelo? Por experiencia sé que hay que agarrar la suerte cuando llama a nuestra puerta; no podía correr el riesgo de perderte. Aunque no lo creas, hace tiempo que pensaba en ti como mi futura esposa y hablé con junior y se lo comenté pero le hice prometer que no diría nada hasta que yo le avisara. Y si tienes alguna duda por él, te diré que se puso loco de contento al saber que podrías ser su mamá, no su tía... , ni Alexa, sino poder llamarte   mamá.  Si tienes dudas, si no me quieres lo suficiente, dímelo ahora, porque si me rechazas, si dudas de mi sinceridad, en este mismo momento rompemos el compromiso verbal y desaparezco de tu vida para siempre.
- Arnold, yo te quiero más de lo que puedas imaginar y al niño.  Y deseo ser tu esposa, pero no sabía si tú lo deseabas de la misma forma que yo
- O sea, te pedí que te casaras conmigo para solucionar mi problema ¿ no es eso ?  ¡ Por favor !  Creo que será mejor que lo dejemos
- No, no, por favor no te vayas.  Perdona por dudar.  He pasado muy mala noche dándole vueltas a la cabeza y yo misma me sugestioné pensando que no me amas , que he sido un sucedáneo...
- No sigas hablando por favor. Nos conocemos hace muchos años. Es cierto que siempre te he visto como a una hermana, pero ahora no. Créeme estoy enamorado de ti y deseo compartir mi vida contigo, ya te lo dije ayer.
- Está bien, está bien.  Te creo. Sólo que me da ¡tanto miedo!
- ¿ De qué tienes miedo ?
- No lo sé, no lo sé.  Supongo que a todas las novias en vísperas de su boda les ocurre algo parecido, pero eso no significa que no te crea, ni que deje de quererte.
-Entonces ¿ qué pasa? ¿ Seguimos adelante?
- Si, si. Perdóname.  Espero serenarme; tengo muchas cosas en la cabeza por solucionar.
- Mira se nos hace tarde.  Cuando junior termine, vendré a buscarte. Iremos a comer los tres en mi casa, o en un restaurante donde quieras, y allí hablaremos con mi hijo y de una vez se aclararán tus dudas. Al menos eso espero

-Está bien.  Anda no vayáis deprisa. Iré a recogeros  ¿Es en el colegio?
-Si es en el colegio ¿ De verdad vas a ir ?
-Si, tendré que acostumbrarme si voy a ser su mamá.

Pero Arnold no las tenía todas consigo.  Le dolía en lo mas profundo que desconfiara de él, que pensara  que sólo la veía como una mujer de tantas, como un remedio para su soledad, cuando estaba locamente enamorado de ella. Que durante sus años de viudez siempre había contado con ella y poco a poco se fue refugiando en ese amor callado y silencioso, ignorando lo que ella sentía por él. Le dolía no encontrar las palabras para convencerla.  Esperaba que la conversación que mantendrían con junior allanara el camino hacia el matrimonio. Cuando se fueron, la madre la preguntó si habían aclarado todo, Alexa respondió:

- Esta tarde nos reuniremos los tres. Se lo diremos al niño, y sí,  creo que estoy más tranquila.
- Hija, él te quiere, pero puedes hacer otra cosa para convencerte.
-¿ Qué es ello ?
- Después de que habléis con junior, traedlo a casa. Pasad esta noche los dos solos aclarando vuestras ideas o...  lo que deseéis hacer.  Ya sois mayores para saber lo que os conviene, pero hay algo en lo que un hombre no sabe fingir..
- Calla mamá, me parece obsceno someterle a esa prueba para quedarme tranquila.  No debieras siquiera  haberlo pensado.
-Está bien.  Vosotros sabéis lo que debéis hacer -. Pero si de verdad le amas, lucha por él. Ahora tienes una oportunidad única, solo tú estás en su horizonte. Te repito que él te quiere, me consta. Pero no juegues con sus sentimientos, porque puedes salir perdiendo.  Hay muchas mujeres que  pasean por ahí, y la paciencia tiene un límite.  Piénsalo bien - Y dando media vuelta desapareció en la cocina.

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