viernes, 16 de septiembre de 2016

La chica del tiempo - Capítulo 18 y último - El aroma de los tilos




Después de hablar con un médico, fue conducido hasta donde Nelly estaba.  Tenía los ojos cerrados y los labios entre abiertos.  Murmuraba algo con un hilo de voz que nadie entendía.  Aidan se arrodillo frente a ella, y depositó un suave beso en sus labios que ardían.  Se le partió el corazón de verla es ese estado, y él había sido el causante de todo. Si no hubiese cometido aquel  error, ella no estaría allí, no se habría marchado de casa, y nada le hubiera ocurrido.  Puso su mano en la frente y el comprobar la fiebre tan alta, no pudo evitar que una voz desgarradora saliera de su garganta


— Nelly, amor mío ¿ Por qué no me llamaste ? ¡Dios ! Perdóname; yo tengo la culpa de lo que te está pasando.  Nunca me lo perdonaré.  Perdóname, perdóname.

  Sus manos vendadas hicieron un ligero movimiento¿ Estaba consciente o la fiebre la mantenía en ese letargo?.  Con un hilo de voz, pronunció su nombre, y él levantó la cabeza que  mantenía sobre el brazo de ella.

— Aidan ¿ Dónde estás ? ¿ Por qué no vienes ?
—Estoy aquí, cariño, estoy aquí.

Acariciaba su rostro con infinita ternura, mientras las lágrimas acudían a sus ojos. La amaba desesperadamente y el verla así, con lo vivaz que era, con la sonrisa que le cautivó, con sus hermosos ojos ahora cerrados, le producía tremendo dolor ,  desesperación e impotencia.  A su imaginación acudieron las imágenes de la primera vez que la vio dando las noticias meteorológicas, iba de un lado a otro del plató persiguiendo el mapa  en el croma. La hicieron un primer plano y entonces quedó cautivado absolutamente por ella.  Y ahora estaba allí, grave, febril y herida, por su causa. No se lo perdonaría nunca, nunca. No entendía la vida sin ella, porque había vivido lo que era su ausencia y no se sentía con fuerzas para soportarlo.

Nelly hacía esfuerzos por abrir los ojos, que un escozor debido a la fiebre,  impedía que pudiera hacerlo. Pero le había escuchado y había sentido el beso sobre sus labios  Alzó despacio una de sus manos buscando su rostro y la mano de Aidan se la acercó hasta que ella pudiera sentirla. Al contacto con la mejilla de Aidan, una leve sonrisa asomó a sus labios, que emocionó aún más a su marido. Un médico entró rápidamente cortando esa breve comunicación entre los esposos.

— ¡ Menos mal, señor McDowell que nos ha traído antibióticos ! Vamos , no hay momento que perder.
—Posiblemente al final de este día llegue una nueva remesa.  Es todo lo que he podido hacer en el corto espacio de tiempo del que disponía antes de salir para acá, pero tengo a gente que lo están organizando todo.

 Inyectaron una dosis de antibiótico para tratar de parar la infección que se estaba extendiendo a otros dedos.  Aidan veía todo como a través de una niebla.  No podía creer que su pequeña, que su chica del tiempo, estuviera postrada en un camastro, herida y en grave estado. ¿ Había hecho lo suficiente para poder localizarla ? ¿ Debió buscarla con más ahínco ? Si,  había hecho todo cuanto estaba en su mano, con detectives,  y él mismo trató de localizarla, sin resultado alguno , pero si alguien no quiere ser encontrado,  no hay fuerza humana  que lo consiga.

No se separó de su lado y esperaba con ansiedad la reacción de su organismo en lucha contra la infección.  Las horas pasaban lentas.  Al amanecer de un nuevo día, se volvió a escuchar el movimiento en las aspas de un helicóptero: comenzaba a llegar la ayuda.  Los obreros contratados por Aidan había liberado una pista lo que permitía que pudiera llegar algún avión.  Tres días permaneció al lado de Nelly, sin moverse, sentado a su lado en el suelo,  hasta que por fin, comenzó a remitir la fiebre, señal inequívoca que la infección se había localizado y no se extendía.

Dormitaba apoyando  la cabeza contra la lona de la tienda, cuando algo le despertó. Nelly estaba consciente y le miraba fijamente. Unas lágrimas calladas, y suaves, resbalaban por sus mejillas.  Ambos se miraron emocionados y él, con sumo cuidado la besó y abrazó su cabeza, mientras escondía su cara en el cuello de ella.  Ninguno de los dos hablaba, no podían hacerlo por la emoción sentida.

No sabía cuantos días habían pasado desde que llegara, pero sintió una alegría enorme cuando, fingiendo un enfado, Nelly le dijo:

—¿ Cómo se te ocurre presentarte ante mi con la pinta que tengo? Sucia, despeinada y oliendo mal 

Su Nelly había vuelto.  Soltó una carcajada de alegría y de emoción ante la salida de su mujer.  Sus ojos brillaron evitando que se le anegaran de lágrimas.  La había recuperado. Hablaría con los médicos y la trasladaría a casa en un avión medicalizado. Y allí la recuperaría de nuevo.

—Yo también estoy  sucio y huelo mal. No importa, nada importa más que tu recuperación
—¿Cuándo has venido ?
-—La verdad es que no sé si han pasado tres o cuatro días. Todo es terrible. Estaba muy preocupado por ti. No sabía donde encontrarte; estaba desesperado. Y fue Scott quién nos avisó
—¿ Desesperado por mi ?
—¿ Por quién si no?  He pasado un infierno sin poder hacer nada.  Pero todo eso ya pasó. En cuanto los médicos lo crean oportuno, nos iremos a casa y allí terminarás de curarte.
—¿ Y toda esta gente ? ¿ Qué va a ser de ellos?
-—No lo sé cielo. He hecho cuanto he podido por prestarles ayuda, pero es todo tan grande y tan terrible, que han de intervenir los gobiernos de otros países y ayudarles.  Las escenas son dantescas. En fin, no voy a hablarte de todo lo que he visto que es indescriptible. ¿ Por qué viniste aquí ?
— Fue el primer avión que salió después de...  Bueno ya sabes después de lo que fue.
— No lo vuelvas a hacer. No vuelvas a abandonarme nunca más, porque sin ti estoy perdido.
— ¿ Me sigues queriendo todavía ?
— Te quise antes de conocerte, ¿ cómo no iba a seguir queriéndote? No me diste motivos para no hacerlo. Sin embargo tú...

— ¿ Qué pasa conmigo? — dijo enfadada ante la alegría de Aidan
-—Me refiero a que no sé si estás dispuesta a darme otra oportunidad. No significó nada, de verdad, créeme
—Posiblemente Aidan.  Fue lo que se llama un calentón, pero debiste hablar conmigo y contarme lo que te ocurría antes de irte con una pindonga y acostarte con ella.  Me hiciste daño, porque yo te quiero con todas mis fuerzas y sufrí una gran decepción.  Pero ahora, verte aquí y saber todo lo que estás haciendo, me reconcilia contigo, y si,  estoy dispuesta a darte otra oportunidad.  Por cierto ¿ cómo te enteraste?
-—Scott me localizó y le estaré eternamente agradecido por lo que hizo
— Le dije que no te dijera nada
—La situación era lo suficientemente grave como para ocultarlo. No era un simple catarro. Había ocurrido el peor terremoto que se conocía, y cientos de personas, permanecen aún en las calles porque no han podido enterrarlas. ¡ Claro que tenía que avisarme !, además soy tu marido y es mi obligación cuidar de ti.
— ¿ Quieres darle un beso a esta chica sucia, despeinada y maloliente?
-—Adoro a esta chica sucia, despeinada y maloliente. La adoro.

 Se besaron como hacia mucho tiempo que no lo hacían, y ese beso cerró definitivamente sus heridas.

Pocos días después, Un avión medicalizado, transportaba a Nelly y a otras dos personas más que necesitaban urgentemente hospitalización.

Cuando llegaron a su casa, todo lo vivido les parecía una película de terror, pero con final feliz.  Aidan se deshacía en mimos y en cuidados para su mujer.  La tomó en brazos y la llevó hasta el dormitorio, ante las protestas de ella

— No cielo, aún no estás bien y debes guardar reposo. Voy a tomarme unas vacaciones y a cuidarte personalmente; no me fío de que salgas corriendo nuevamente Voy a secuestrarte y a encerrarte bajo setenta llaves para que no huyas— la dijo en broma
— No Aidan, no voy a ir a ninguna parte.  Pero si me gustaría volver en primavera a la cabaña y oler el perfume de los tilos. Me trae recuerdos de mi niñez, recuerdos muy agradables

—Me he preguntado muchas veces porqué tanto empeño con esos árboles, ahora me lo explico.
— ¿ Sabes ? Mi abuela Trudy me crió.  Mis padres trabajaban y yo me quedaba con ella. Aún tengo el olor metido en la cabeza de los bizcochos que hacía para mi, y del olor a tilo que entraba por la ventana de la cocina. Sufrí mucho cuando ella murió, y no quería volver a oler ese aroma porque era recordarla y me sentía traicionada por ella, al haberse marchado.  Tenía cinco años, y a esa edad difícilmente comprendes esas cosas.  Poco a poco, a medida que fui creciendo, comprendí que el percibir ese aroma, es notar su presencia.  Y de esa forma,  comencé a asimilar lo irreversible.  Ahora, cuando lo huelo, es como si Trudy me diera un beso en la mejilla.  Creo que por eso me quedé dormida en el prado, porque el aire me traía ese perfume y sentía en mi cara una ligera brisa, como si me besara.
— Eres toda una romántica, Chica del tiempo

 Ella se echó a reír y Aidan le dio un suave, pero apasionado beso en los labios.

Ya estaba curada.  Los dedos habían vuelto a su estado normal y ellos se amaban. Preparaban todo para pasar unos días en la cabaña. Deseaban estar a solas y recuperar el espacio de tiempo que habían desperdiciado con la ausencia de Nelly.  Aidan trabajaba a ratos conectando con la oficina, y ella le observaba con curiosidad ¿ qué le pasa ?Ni siquiera le había insinuado tener relaciones íntimas, y sabía que su marido era de todo menos frío. No tenía duda de que la seguía amando, quizá con mayor intensidad que antes, porque ahora comprendía el dolor de la ausencia .  Entonces ¿ qué ?  Lo averiguaría esa misma noche.

Mientras él hablaba por teléfono con Brenan dándole instrucciones, ella rebuscó en el armario un sugerente camisón, y el que encontró le pareció bastante provocativo.

-—Si con esto no se da a la acción, será hora de consultar con un médico— se dijo

Preparo una bonita mesa para cenar los dos, música ambiental y un buen vino, aunque el menú no era el adecuado para tantos preparativos, pero eso no importaba, porque lo que pretendía no era comer, precisamente.  Cenaron,  bebieron y ella se disculpó para irse a la cama mientras él terminaba un papeleo que tenía que enviar por fax.

— Enseguida estoy contigo— la dijo — ¿ Te encuentras bien ?
— Perfectamente. Más que bien.


El percibió la forma de mirar de su mujer, pero retiró la vista de su rostro para no traicionarse.  No quería importunarla; esperaba recibir algún aviso por parte de ella.  Estaba loco por hacerla el amor, pero ¿ y si no quería ? Por eso, trató de salir rápidamente en dirección a su despacho, con la excusa de terminar cuanto antes.  Ella sintió un puntito de desilusión, pero no se dio por vencida. Se acostó, pero se quitó el camisón.  Dormiría desnuda, piel con piel, y si eso no surtía efecto, entonces hablaría con él directamente.  Ella tampoco era de piedra, y hacía mucho tiempo que no había estado con su marido; era la hora de volver a la normalidad.

Aidan en su despacho, tomó su teléfono y conecto con Brenan, pero toda la conversación la llevaba su director, porque él no le prestaba atención.  Tenía la cabeza en otro lugar, en su dormitorio.

— Mañana te llamo.  Estamos muy cansados, así que voy a acostarme. No madrugaré, así que no te extrañes que te llame tarde.  Nelly ha de guardar reposo aún. Hasta mañana Brenan
— Espero que esté bien
— Si, si, cada día mejor, pero  el aire puro del campo es como si nos dieran una paliza.  Será cuestión de un par de días a que nos acostumbremos a respirar el aire puro.
— Está bien. No preocuparos.  Todo marcha con normalidad, así que disfrutad de vuestras vacaciones.  Cuidaos
  —Gracias Brenan hasta mañana.

No había nada más urgente que estar con Nelly.  Se dirigió al dormitorio y recibió la señal que esperaba, el camisón de ella, estaba sobre  una butaca, y de la cama sobresalían sus hombros desnudos. ¿ Fingía dormir o estaba realmente dormida ?  Se desnudó con sumo cuidado, y se metió muy despacio para no despertarla.  Cuando estuvo dentro, posó su brazo sobre la cintura de ella, y Nelly abrió un ojo y con una sonrisa le dijo:
— ¿ Que te pasa,?¿ No vas a hacerme el amor esta noche tampoco ?

Y lo hicieron ¡vaya si lo hicieron ! Como dos veinteañeros .  A la mañana siguiente, el sol estaba en todo lo alto del cielo, cuando comenzaron a desperezarse, para iniciar nuevamente el ritual amatorio.

Nueve meses después nació Angelina.  Una niña preciosa con los cabellos dorados como su madre y el color de los ojos,  medio verdes, medio grises, según le dieran la luz, de su padre.  Llevaba ese nombre por la médica que estuvo pendiente de ella en Haití.

Volvieron años más tarde Aidan y Nelly. El colegio que costeó Aidan era precioso, y en él se educaban los niños, muchos de ellos huérfanos, que sufrieron el terremoto en la vieja escuela. Construyó un hospital y contrató el personal sanitario suficiente para que pudieran atender a todo el que lo precisase.  También construyó una guardería para que las madres que habían quedado viudas, pudieran conseguir un trabajo y sus hijos estuvieran atendidos.

Aún tenían muchas carencias, pero la imagen dantesca de lo que vivieron aquel 12 de Enero, nunca se borraría de sus mentes.  Y se amaron y ella consiguió hacer un reportaje para el canal de su marido y fue premiado en un concurso de televisión, y entretanto tuvieron tiempo de amarse y de fabricar dos niños más, .  Nunca  volvieron a comentar el incidente que provocó su ruptura, lo habían olvidado completamente.  No tenían más espacio que para amarse.



                                                      

                                                 

                                F    I    N

   Autora:  1996rosafermu

   Editada:  Marzo de 2016

  DERECHOS DE AUTOR RESERVADOS






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