jueves, 15 de septiembre de 2016

La chica del tiempo - Capítulo 17 - Al rescate

Fueron ls organizaciones las que antes pudieron movilizarse.  Habían pasado tres días desde el terremoto y estaban al borde del desastre humanitario que jamás se recordara. No tenían tiendas suficientes, para cobijar a la gente que se había quedado sin nada. Habían madres pariendo y heridos. Pero también muertos, por todas las calles.  Las sedes centrales de las organizaciones, comenzaron a dar la noticia del desastre y las emisoras de radio y canales de televisión comenzaron a lanzar la noticia y a pedir ayuda de todo tipo: medicamentos, ropa, mantas,..   Todo era bienvenido.

Los primeros periodistas llegaron cinco días después a través de República Dominicana, ya que Haiti estaba intransitable. Los reporteros se sucedían entrevistando a la gente que les daba sus impresiones de desesperación, Y Scott llegó con un reportero.

 Nelly, estaba recostada en un rincón de la enfermería de Médicos del Mundo; estaba extenuada de cansancio dolor y angustia.  Le dolían los dedos horriblemente, pues se le habían infectado. Le habían vendado el hombro al cuerpo y por tanto no se podía a penas mover.  Dormitaba , cuando una voz para ella conocida la despertó

- ¡ Dios mio, Nelly ! - Scott se inclinaba hacia ella acariciando su rostro.  Al ver esa cara amiga y ante la soledad infinita que sentía, no pudo por menos de echarse a llorar abrazándose a él
- Scotty, Scotty - No pudo pronuncia palabra -.   ¿ Cómo has llegado aquí ?- le preguntó
- Me ha enviado el canal, estamos haciendo un reportaje. ¿Sabe tu marido que estás en esta situación?-  Ella sin poder contenerse, se echó a llorar


Scott comprendió en el acto que su hermetismo era el mismo, pero esta era una situación especial y desesperada.  No le comentó nada, pero cuando se separase de ella, haría algo que tenía  en la cabeza. Y recordó la primera vez que la vio en el canal ataviada con un ridículo impermeable amarillo chillón, y un nudo se le puso en la garganta.

- Ahora tengo que irme.  Estamos trabajando, pero volveré en cuanto pueda.
- Scotty...  No digas nada, por favor

 Sabía de sobra a qué se refería, pero en esta ocasión era obligado hablar con Aidan.  Estaba desesperado por no saber nada de ella, pero lo que menos podía imaginar, es que se encontrara en Haití ¿ Cómo no decírselo ?.  Se despidió prometiendo volver al cabo de un rato, y partió hacia la emisora móvil que llevaban.  Estaba dispuesto a viajar a Santo Domingo, si fuera preciso, si desde allí no pudiera hablar con Aidan o con alguien que pudiera avisarle.  Esta vez no se callaría, era cuestión de vida o muerte.  El médico le había dicho que le preocupaban las heridas de la mano. No tenían desinfectantes ni nada con que poder curarla.  El calor, la falta de agua y de medicamentos, eran algo muy preocupante. Tenía que esperar al satélite para conectar con el canal y eso sería al cabo de dos horas. Estaba nervioso e impaciente. El tiempo jugaba en su contra.

- Hay una amiga muy querida por mi, que está herida y con peligro de septicemia, he de avisar a su familia inmediatamente.
-Espera al satélite, mientras tanto conecta a ver si cualquier emisora amiga te puede facilitar la conexión.
- Voy a intentarlo. Te veo luego
- Suerte-. le dijo su compañero


Pero era imposible.  Estaban todas las líneas colapsadas por los escasos medios de los que disponían.  Esperaría al satélite.  Cuando llegó la hora solicitó los cinco minutos en exclusiva  para él. No pudo localizar a Aidan y habló con Brenan. Le expuso la situación, y él se encargaría de ponerlo todo en marcha.  Más tranquilo volvió al lado de Nelly que comenzaba a tener fiebre..  Quizá algún compañero podría cederle su espacio, pero todo era urgente. Todos los medios de comunicación estaban pendientes de allí y todos querían transmitir las últimas novedades.  Debía esperar a la próxima conexión del satélite. Lo intentó con el móvil: no tenía batería ni ningún sitio donde cargarla.  Pareciera que todo se ponía en contra de todos ellos.

Habían situado la emisora volante, en un claro de un parque.  Tenían un espacio muy pequeño, ya que todo el mundo tenía que vivir a la intemperie, pero no se separaría de la emisora en espera de que conectaran, . Y de madrugada, escucharon la voz del canal que les reclamaba.  Hablaban prácticamente en morse para que les diera más tiempo a explicar la situación. Era Aidan el que hablaba

- ¿Scott ¿ cómo está mi mujer ?
 - No muy bien. Necesita ayuda urgente
- De acuerdo Brenan me ha dado todos los datos y de madrugada salgo para allá hasta Santo Domingo.  Desde allí tendré un helicóptero esperando con asistencia y llegaremos a Puerto Príncipe
- Dense prisa, señor.es urgente
-Llegaremos lo antes posible. Dile que la quiero y que pronto nos veremos. Esto se va a cor....

No pudo terminar la frase, el satélite navegaba para otra emisora. No les había dado tiempo a decirles donde estaba ni como llegar a ella. Scott se desesperaba, peo no podía hacer otra cosa más que esperar a que la ayuda comenzase a venir cuanto antes.   Cuando volvió a ver a Nelly, no pudo darle el encargo de su marido. La fiebre le había subido y estaba dormida por ello. Scott estaba muy preocupado. Aún tardarían horas en llegar y poder ser evacuada.  El viaje sería largo y complicado.  Miró a su antigua compañera, y emocionado sólo pudo acariciar su febril frente.



Aidan llegó con el helicóptero, que pudo posarse en un claro de un bosquecillo a la entrada de la ciudad. No sabía por dónde ir. Scott no pudo darle más datos, pero lo importante es que estaba allí con algo de ayuda. Había dejado todo dispuesto para fletar un avión con lo que las organizaciones pedían como socorro. Los militares estaban dedicados a salvar gente de entre los escombros.  Apalabró con varios obreros en Santo Domingo, para que se desplazaran y ayudaran a liberar las pistas del aeropuerto si es que hubieran  sido dañadas, con el fin de que la ayuda pudiera llegar hasta allí mismo.

Entre él y Brenan, habían organizado todo. Estaba muy preocupado por Nelly y deseando verla.  Caminaba en la dirección que creía correcta, acompañado por médicos y enfermeras voluntarios, portando cada uno de ellos bolsones con medicamentos.  Iban sin orientación , sin saber siquiera si entrarían en la ciudad o acabarían en cualquier otro lugar.  Una figura de hombre se acercaba corriendo hacia ellos y haciendo señales con los brazos.  Se trataba de Scott que al escuchar el helicóptero salió en su busca.

Aidan abrazó al cámara y le agradeció todo cuanto estaba haciendo.  Mientras caminaban le pedía  la última información que pudiera darle.  Poco o nada había cambiado la situación.  Tenían miedo por dos de los dedos de la mano derecha.  No tenían buena pinta y la infección no remitía.  Aidan con las mandíbulas contraídas, escuchaba atentamente sin pronunciar palabra.  Y por fin, tras un tiempo interminable, se encontraron frente a la tienda de campaña de Médicos del Mundo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Entradas populares