viernes, 23 de octubre de 2015

Los silencios - Capítulo 10 y último -Libre de culpa

Y el tiempo transcurría.  Y todo iba volviendo a la normalidad.  Robert por expreso deseo de Miranda, fue espaciando sus visitas, hasta que transcurrieron varios días sin verse.  No entendía como ella se había empecinado en no verle.  Estaba deprimido.  Pensaba que estaba pagando muiy cara la torpeza y la cegación de unos instantes de debilidad.  Pensó que lo mejor sería poner tierra de por medio.  Quizás un viaje le proporcionara serenidad, que ahora no tenía.  Descolgó el teléfono y marcó el número de su mujer

- Si, dígame...

- ¿ Puedo hablar con la señora ?

-Lo siento, señor, pero no está.  Hoy no come en casa.  La diré que ha llamado

-Gracias, dígala que salgo de viaje. La llamaré a mi regreso.

- Así lo haré, señor.

- Gracias, buenos días



Y Robert colgó.  Siguió haciendo su maleta con bastante desinterés.  No era un viaje de placer, sino de olvido.  Le desconcertaba la actitud de ella.  No la conocía.  No era la mujer con la que se había casado. Ésta Miranda era una desconocida para él.  Rencorosa, dura y fría. Una mujer que le había amado y que ahora...  La sola idea de que estuviera enamorada de otro hombre, era un puñal en su pecho, y quería  borrar de su cabeza la sola idea de que existiera  una relación ajena a él.  Era egoista, lo reconocía, pero seguía amándola, y nada ni nadie harían  que la olvidara nunca.

Había retomado su vida.  Acudía a su trabajo con normalidad olvidado el accidente. Estaba algo más delgada, pero seguía conservando esa belleza especial morena, latina, que tanto había gustado a Robert.  No quería pensar en él. ¿ Estaba siendo justa ? Se había portado maravillosamente con ella. Era cariñoso, a pesar de los desaires que le hacía.  Le seguía amando, pero aún sentía en su pecho el dolor que le había producido el encuentro con otra,  aquél día,  en su oficina.






  Hacia media mañana, se presentó Patrick, que quería hablar con ella muy seriamente.

-Tenemos que hablar, sin falta hoy mismo. No pongas excusas porque es muy importante

-¿Pero que os pasa a todos? ¿ Por qué esas prisas ? ¿Tan importante es lo que tienes que decirme?

- Si que lo es.  No me gusta nada ni tu aspecto ni tu aptitud.  Sabes bien lo que siento por ti.  Me preocupo por ti, y lo que veo no me gusta.  No me gusta nada en absoluto

-Mis hijos están preocupados, claro,  por otro motivo... y hasta lo comprendo. Pero tú...  Oidlo bien no estoy enferma. Estoy pasando un bache, nada más, así que por favor no preocuparos que no me pasa nada.

Al salir del trabajo Patrick la condujo dando un paseo hasta el lugar preferido por ella,  en el parque.

-¿Te has planteado que Robert pudiera ser inocente? - se lo soltó a bocajarro mientras se acomodaban en un banco --¿Nunca te has preguntado si tenías razón para tomar esas medidas tan drásticas.?¿Te compensa lo que estás, lo que estáis sufriendo  ? Existe el perdón y el arrepentimiento

Ella le miró fijamente y le respondió:

- ¿ A qué viene eso ahora ?

- Pues sencillamente, estáis los dos locos el uno por el otro, pero ninguno dais el brazo a torcer.

-No puedo olvidar lo que ví.  Lo siento si te parezco injusta.  Pero creo que tengo mis razones

-¿Y que viste? Una mujer abrochándose la blusa?

-Ja, ¡qué fácil lo ves todo!. la gente no va por ahí desabrochándose los botones de la blusa y echándose encima de su abogado.  Y él ¿qué crees que hizo?

-Pues me imagino que le pillaría tan bloqueado como me hubiera quedado yo.



-Vamos a dejar esta conversación, por favor. El se encontraba muy seguro de mi amor, y quería probar otra cosa. Así que no insistas yo vi,.. lo que vi

-¿Y si él te demostrara que no tuvo culpa?

-Si algún día me demuestra que es inocente, le pediría  perdón. Y ahora vamos a lo que me querías decir.

-Pues lo que te quería decir es lo del cuadro. Necesito que poses y lo necesito ya.Tengo toda la obra realizada en espera de tu retrato.

-Bien pues empecemos.¿Cuando?- lo dijo sin pensar como furiosa, como buscando resarcirse de algo, que Patrick conocía bien porqué

-Mañana. Mañana mismo. Van a ser un par de sesiones porque dibujaré tus facciones y luego las pasaré a color. A qué hora entras a trabajar?

-A las once de la mañana.

-Pues tendrás que madrugar. A las ocho te espero en mi estudio ¿ te parece?

-Bien, Me parece bien. Mañana entonces nos vemos. Ahora me disculpas pero tengo durante todo el día un terrible dolor de cabeza. me voy a casa y me acostaré enseguida.

Miranda pasó toda la noche dándole vueltas a la conversación mantenida con  su amigo ¿ Sería correcto posar semi desnuda para él ? ¿ Traicionaría a Robert?

-¡ Pero qué digo, Robert ya no tiene nada que ver conmigo ! Me importa un pito si le parece bien o mal. Es una forma de demostrarle que yo también tengo ocasión  para hacer lo que se me venga en gana.

Y al día siguiente, con extrema puntualidad, llegó al estudio del pintor.   Posó para su retrato y al cabo de quince días el cuadro quedó terminado. No quiso que lo viera hasta que no lo colgara en la galería.  La exposición se celebraría  al cabo de tres  semanas. Fue la portada de una revista de arte y en alguna página de los periódicos más serios.  Todos los críticos de arte, aplaudían la obra, y se preguntaron quién sería la modelo que había inspirado al artista.  Alababan la belleza latina y la expresión de sus ojos, grandes, oscuros, pero algo tristes, como si en el fondo escondiera algún secreto indescifrable

A la entrada de la galería una fotografía del cuadro de Miranda  indicaba la fecha de la exposición y el título " Mujeres del mundo"

En la pared central destacaba el Cuadro "Mujer latina", en que su belleza  destacaba entre todas.Como le había anticipado Patrick la había pintado  con el pelo suelto,  sujeto con una flor roja y una mantilla dejaba entrever su torso .Él, se encargó de distribuir las invitaciones, pero hubo una en que quiso llevarla personalmente.

Descolgó el teléfono y a la amable voz femenina que le respondió solicitó hablar con el señor  Morgan.  Sabía que hacía días había regresado de un viaje.



-Sí dígame, ¿con quién tengo el gusto de hablar?

-Personalmente no me conoce, pero soy el mejor amigo de su ex esposa. Necesito hablar con usted

-¿Está enferma, le ha ocurrido algo?

-No, no,  es algo que les concierne a los dos, pero no es para hablar por teléfono. Es largo y deberá ser personalmente.

-Bien, pues yo mañana puedo hacer un hueco.  Espere. ..- rebuscó en su agenda y comprobó que todo podía esperar.-  Presiento que es algo urgente por el tono de su voz. Será esta tarde; puedo cancelar una cita y le atenderé. Me deja muy preocupado porque,  aunque no lo crea,  mi mujer me importa mucho.

-Ya lo se. Bien pues esta tarde ¿Dónde nos vemos?Mejor, pasaré a buscarle y luego decidiremos dónde charlamos. Ha de ser un sitio tranquilo y sin interrupciones.

-De acuerdo aquí le espero, venga a la hora que quiera. Ahora mismo cancelo todo lo que tengo para hoy.

-Bien, pues buenos dias

-Buenos días .  Hasta luego

A las dos de la tarde Patrick se presentó en el bufete de Robert.Una secretaria le condujo hasta su despacho. Sobre la mesa había un tríptico con la fotografía de Miranda  en el centro y la de sus hijos a los extremos. Se estrecharon las manos, y Robert volvió a preguntarle.



-Miranda  ¿está bien? Me tiene muy preocupado. La veo más delgada y sus ojos que siempre fueron alegres y brillantes, están apagados, tristes.

-¿Desde cuando no la ve?

- Hace mucho,.  Nuestras palabras fueron breves y fugaces. Ella no tiene el más mínimo interés en verme, y mucho menos en sostener una conversación,  por insignificante que sea.

Patrick sonrió al escuchar estas palabras

-¿Sabe que le digo? Que este sería un buen lugar para charlar. Hay paz y  ahora no hay ningun empleado que pueda interrumpirnos. Lo que voy a decirle será breve. Y voy a  hablar con la mayor claridad. Le ruego que me conteste con la más absoluta verdad. Ella no va a enterarse de nuestro encuentro, pero necesito contrastar algunas cosas.

-Parece que tiene mucha confianza con ella ¿son pareja?

Patrick se rió con una carcajada

-¿Que si somos pareja? No señor . Morgan y no será porque no lo he intentado. En su vida no hay lugar para otro hombre que no sea usted. Ni siquiera admite una caricia de nadie. Por eso es que le ruego me diga la verdad sobre lo que motivó su divorcio. Usted ¿la ama?

- Patrick, ¿ permite que le llamé asi ? Nunca, jamás, he dejado de amar a mi mujer. Nunca. Como nunca me dejó explicarle lo que realmente ocurrió y fué el origen de este desastre de vidas que tenemos.Daría cualquier cosa por poder volver atrás, porque aquella situación se borrara definitivamente de mi vida. No he tenido, ni tengo a mi lado a ninguna otra mas que a ella.. Mis noches son imsomnes. Recorro con la mano el lugar en donde ella dormía esperando un milagro, que nunca se produce porque ella no está.  Quiero que esta conversación quede entre nosotros dos. No quiero forzarla a nada. Confío en que algún día salga a luz la verdad y entonces podremos  sentarnos los dos y hablaremos y,  ojalá podamos reiniciar nuestra vida en común

-Robert,  te creo y algo así tuve oportunidad de hablar con Miranda  el otro día. No creo que les compense sufrir a  ambos de la manera que lo están haciendo por una tozudez. Es que es un poco terca. Bueno ¿qué  le voy a decir si es su marido? después de tantos años de casado la conoce mejor que yo. Le diré que la quiero como a una hermana, aunque mi interés por ella data de tiempo atrás, pero no ha permitido que nuestra relación  fuera más que amistosa. Le ha sido excesivamente fiel, creeme,  sé de  lo que hablo.  A propósito traia esta invitación para la inauguración de mi exposición. No dejes de ir, merece la pena. Te alegrarás de haberlo hecho.

Toda la alta sociedad estaba allí reunida. El pintor gozaba de buena fama por no ser la única exposición que realizara, pero esta era especial, muy especial.  Todo estaba en orden : los catálogos en su sitio, las flores bellísimas, el ágape en su lugar y Patrick esperando  recibir a los visitantes.
Miranda  se había puesto un elegante vestido "palabra de honor" de color negro. No quería fallar escogiendo otro color que no fuera acorde con lo que se estaba celebrando. Maggie no hacía más que decirla

-Estas guapísima. Estás deslumbrante, y mira ¡ los ojos te brillan!

-Anda Maggie, no me pongas nerviosa. El cuadro me pesa

-El cuadro ¿qué te pasa con el cuadro? Es una belleza de pintura. Será el que primero se venda, verás.

Patrick  estaba tranquilo, sereno y sonriente. Se acercó a las mujeres  y las  dijo bajito

-Estais deslumbrantes. La realidad supera a la ficción. Verás como alguien  lo saca a relucir.

Ella sonrió y vió cómo Patrick depositaba en el cuadro una pequeña tarjeta de ADQUIRIDO




-¿ Adquirido ? quién lo ha comprado ?

- No sé,  me lo acaban de comunicar por el móvil

Patrick sabía que Robert había comprado el cuadro.  Ella   estaba de espaldas a la puerta y no vio que Robert se acercaba

-¡Miranda !,  sabía que eras hermosa, pero Patrick ha sacado de tí todo lo más bello que posees. Estás bellisima - la cogió una mano y sin dejar de mirarla a los ojos, la dijo

-Este no es el momento oportuno, se que estarás muy cansada cuando todo esto acabe, pero tenemos que hablar hoy sin falta y no admito excusas. Hasta ahora has sido tu la que has marcado las pautas, ahora seré yo quién lleve la batuta. Lo siento mi amor, pero esto tiene que acabar.

Ella  le miró extrañada no sabiendo muy bien a qué se refería. Pasó la noche muy nerviosa al saberse observada constantemente por Robert.  Sentía calor y decidió salir a la terraza a tomar el fresco.   Estaba viendo el jardín y no se dio cuenta que una  alta figura se aproximaba. Ella sintió un ligero escalofrio, pues la diferencia de temperatura en el exterior era grande. El se quitó la chaqueta y la depositó sobre los hombros de ella, entonces se volvió. Sintió la calidez de la prenda y el perfume que habitualmente usaba su marido .Robert la miró fijamente y cogiendo la solapa de la chaqueta la acercó hacia él y  depositó un beso y un abrazo en su mujer.

-¿Cómo he podido vivir sin ti, cómo he podido respirar? No hay otra, nunca la ha habido.Solamente tú, mi amor, has ocupado mi vida; no había sitio para otra. Déjame que te explique todo y comprenderás  que yo no provoqué aquella situación. Era una mujer desesperada porque su marido la había dejado por otra y quería saber  si todavía era atractiva. Quería seducirme para averiguarlo, y justo en ese momento llegaste tú. Fué la misma que vistes en Cipriani. Me estaba pidiendo disculpas avergonzada...

- No digas nada más. Conozco la sensación de esa mujer porque yo misma estuve a punto de entregarme a un hombre que no quería y deseaba averiguar si todavía podía enamorar a los hombres. Pero no pude, no pude y no pasó nada. Nunca pasó nada.

-Espero haber disipado tus dudas  Deseo con toda mi alma volver a formar mi familia. Haremos un viaje solos tu y yo, viviremos nuestra segunda luna de miel. Se acabaron las incomprensiones y los malentendidos. Buscaremos un lugar solitario en el que sólo haya amor y felicidad, y con un poco de suerte igual tenemos otro hijo - dijo  en broma

Ambos rieron felices abrazados. La exposición había concluido y ya no quedaba más que Patrick que al ver la escena de los enamorados, discretamente esperó sentado en el interior.
Descolgó el cuadro y lo depositó en el suelo. Ambos  entraron sonrientes, felices de estar de nuevo juntos y fueron directamente a comunicarle a Patrick que volverían a ser marido y mujer

-Bien pero os tendréis que volver a casar. . ¡ Ah! y seré yo quién te entregue a Miranda , seré vuestro padrino.

Los tres rieron  y lentamente charlando  apagaron las luces y salieron de la galería.Robert le dijo a su mujer  ya a solas en el  coche




 -Ven a casa. Necesito, cuando mañana amanezca , ver tu rostro lo primero, por favor.

-Si, de acuerdo.  Estaremos juntos de nuevo. Pero que nunca más haya silencios entre nosotros, que nunca más nuestros desayunos sean en silencio. Quiero que me cuentes absolutamente todo y yo también lo haré. Nunca más incomunicación  entre nosotros.

Entraron en casa. Robert rodeaba los hombros de su mujer y ella apoyaba su cabeza en el hombro de él. Por fin las risas volvían a escucharse  en aquella mansión.

Y realizaron ese viaje que ambos necesitaban. Y fue su segunda luna de miel.  Regresaron a casa felices.  En unos cuantos días, habían vuelto a ser jóvenes , lo mismo que cuando se conocieron.  Y transcurridos nueve meses, nacería un  niño, fruto de su amor renovado

En la clínica, mientras contemplaban la carita sonrosada del bebe, Miranda, con picardía, le dijo a Robert

-Este es el último tren, pero el más hermoso de todos

Fundidos en un abrazo volvieron a ser felices, y pasado un tiempo, ya no recordaron los días angustiosos que vivieron con los silencios.  Se prometieron, y lo cumplieron, que nunca más volverían a distanciarse.  Que nunca más habría vacíos en sus vidas.  Nunca más los silencios serían los protagonistas.




                                                          F    I   N

Autora:  1996rosafermu
dición:  junio de 2011
Ilustraciones  Internet
DERECHOS DE AUTOR RESERVADOS

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