viernes, 9 de diciembre de 2016

Los hijos O'Connor - Capítulo 6 - Charla familiar

Brendan e Iris recogieron a su hija en el aeropuerto.  La abrazaron fuertemente. La habían echado mucho de menos, un mes era mucho tiempo para unas personas que a penas tenían comunicación entre si.  Sobre todo Iris era la que estaba más aislada, ya que Brendan entre el trabajo y las ausencias hacían que la soledad de la casa se le hiciera agobiante.  No reclamaba, no se quejaba, pero día a día en su rostro se reflejaba la tristeza que en su interior sentía.
Contentos llegaron a casa y las preguntas se sucedían:  ¿cómo está todo, cómo lo has pasado, te ha gustado Madrid? ...  Notaron que su hija estaba cambiada. No sabían precisar qué, pero el brillo de sus ojos y la alegría que reflejaba su rostro indicaban que no era la misma que salió de Dublín rumbo a Madrid.

Iris presentía que había conocido a alguien y ese posiblemente, fuese el motivo de la viveza de la chica.  Mientras comían comentaban todas las incidencias del viaje y, que había sido una semana antes de regresar cuando se había producido el cambio.  Iris aguardó a que Brendan regresase a la oficina, para reunirse con su hija

— Cuéntame algo de mis padres
— Pues es que tengo pocas cosas que contarte. Fui al cementerio, visité su tumba y dejé unas flores en ella. Me dio mucha pena, y me entristeció mucho el que te quedaras sin ellos tan pequeña.  En el piso estuve cómoda, aunque los primeros días,  extraña, rodeada de tantos recuerdos. . .  No toqué nada del cuarto del abuelo, todo lo dejé igual
— ¿ Has conocido a alguien?— Vicky no esperaba esa pregunta a bocajarro, y tardo unos momentos en contestarla
— Si, he conocido a un chico estupendo. De eso os hablaré cuando papá llegue esta noche. Nos hemos hecho novios
— Espera, espera. . . ¿ Os habéis hecho novios, tan rápido?
—Si ¿ Qué ocurre ? Los flechazos son así, sin pensarlo, por casualidad
— Hija, creo que vas muy deprisa y eso no es bueno. Asegúrate de que no te rompan el corazón
— A ti ¿ Te lo rompieron? — Iris tampoco esperaba que su hija la hiciera esa pregunta
— No exactamente, pero sí lo pasé mal
— Quién te hizo daño ¿Papá ?
— Ahora es el momento de hablar de ti. Eso pertenece al pasado y son cosas mías
— Creo que será mejor os lo explique a los dos juntos. Esperaré que llegue papá
— ¿ Y si no viene a cenar?
— ¿ Es que no cena en casa? ¿ Os habéis peleado ?
— No, no. . . Lo que ocurre es que está muy ocupado. Trae entre manos un negocio muy interesante que le entretiene bastante


Iris lo dijo con ironía, pero su hija ignorante de lo que ocurría no lo supo interpretar. Tampoco Iris lo podía afirmar, pero su sexto sentido se lo avisaba. Le daba miedo que fuera verdad, porque entonces debería tomar una decisión drástica, no tenía otra alternativa. Si se confirmaba que Brendan salía con otra mujer,  o rompía con él o callaba y continuaba así.  Era cobarde, pero temía saber la verdad. El tener que alejarse de él la torturaba, porque además sabía que también perdería a su hija.

Ese día Brendan sí fue a cenar en homenaje a Vicky.  Durante la sobremesa se acomodaron en la biblioteca y ante una taza de café, la chica comenzó a hablar

—Como os indiqué esta mañana, he conocido a un chico y nos hemos enamorado. Eso en sí no tiene nada de particular, pero el caso es que él vive, estudia y trabaja en  Madrid  y yo.. . aquí.
— ¿ Eso es todo? Que venga a vivir a Dublín— respondió Brendan
— No es tan fácil, papá.  Como español es muy orgulloso. Se trata de un chico de clase media, huérfano de padre. Su madre trabaja mucho  y, él mismo , para pagarse sus estudios de medicina. Ahora marchará a la costa porque allí con el turismo ganaría más dinero.  Lo ahorrará y así cuando comience el nuevo curso tendrá más tiempo para estudiar. Ha trabajado en la cafetería del Campus y los fines de semana es camarero.  Por eso es muy difícil que pueda venir; está haciendo un gran esfuerzo por sacar adelante la carrera.  En Octubre entrará en quinto. Le queda mucho hasta finalizar. . .
—¿ Tú le quieres?— preguntó Iris
—¡ Claro, y mucho ! Él también me quiere. No sé qué hacer

 Brendan al conocer el pensamiento de su hija, se dio cuenta de que lo tenía complicado, y desafortunadamente le aconsejó

— Olvídate de él, olvídate.  Sal con otros chicos y con tus amigas. No puede ser un amor muy grande.  ¡ Por Dios, acabáis de conoceros !  Unos días  y cuando quieras recordar habrás pasado página 

Iris estaba perpleja con lo que escuchaba. Su hija les pedía consejo y a él sólo se le ocurría decir que le olvidase

—¿ Cómo puedes hablar tan frívolamente? Precisamente tú no eres el más indicado— dijo Iris
— ¿Cómo que no soy el más indicado?. Soy su padre y ella es muy joven todavía y no sabe lo que la conviene. Es mi deber abrirle los ojos




El tono con que Brendan respondía a su mujer dejo a Vicky muy confundida. Nunca antes había visto a su padre tan alterado

— Callad, por favor no discutáis.  He pensado irme a vivir a España. Buscaré un trabajo y de esta forma estaremos juntos
— ¿ Irte de aquí ? No ni hablar, no lo consentiré
— Papá soy mayor de edad y puedo valerme por mi misma. Por supuesto que no te iba a pedir ni un céntimo, pero no voy a renunciar a él
— Cálmate, hija. Lo que ocurre es que papá está fatigado y nervioso. Además nos ha pillado de sorpresa, no lo esperábamos.  Creo que deberíamos seguir la conversación cuando estemos más calmados
— Tienes razón. Estoy cansado. Mañana hablaremos con más calma. Buenas noches 

  Brendan salió sin besar a ninguna de las dos, cosa que extrañó sobremanera a su hija

— Pero ¿ Qué le pasa ?
— No debes dar importancia. Lleva una temporada algo extraño, pero se le pasará enseguida
—¿Vosotros  estáis bien ?
— Hija las personas pasamos por muchas etapas en la vida.  Nosotros también tuvimos veinte años, y nos enamoramos ¡ Dios mío ! Pero ahora estamos en la madurez y las cosas cambian. Todo es más tranquilo, más reposado, más monótono
— Mamá, te noto muy baja de moral
— Posiblemente. No estoy en mis mejores momentos. Tanto tú como tu hermano ya voláis solos, y seguramente esta casa nos viene grande a los dos.  Anda, vamos a la cama, verás que mañana vemos todo de distinta manera. Pero antes cuéntame cómo es él
— Mira

 La enseñó una fotografía que llevaba en el móvil

— ¡Es un guapo chico! Y quiere ser médico.  ¿Sabes? me gusta que se costeé la carrera con su trabajo. Eso denota que  es emprendedor. Es un tanto muy grande a su favor en la opinión de papá, pero . . . lo tenéis un poquito complicado
— Cómo os he dicho alquilaríamos un pisito pequeño y con mi trabajo y lo que él pueda sacar, creo que viviríamos y, de esta forma terminaría la carrera. Quiere ser cirujano, pero para eso le queda otro tanto como lo que lleva estudiando.  Conozco a su madre y a su abuela, son encantadoras.
— Veo que no habéis perdido el tiempo . Pero también podríais vivir en casa. El piso casi siempre está vacío. . .
— No mamá. Seguramente no podríamos costear sus gastos. Es preferible otro más modesto, además dudo de que él lo aceptara. Como te he dicho es muy orgulloso.  Referente a lo segundo. . .Es cierto no lo perdimos ¿ Entiendes lo que quiero decir?
— Hija no me digas que estás embarazada. 
— No mamá, de momento no puede ser, pero sí nos hemos acostado.  No entiendo porqué te cuento todas estas cosas.  Nunca habíamos tenido una conversación tan profunda.  Creí que no lo entenderías
— Si hija, claro que lo entiendo.  Precisamente yo, lo entiendo perfectamente
— ¿ Por qué dices eso ? Intuyo que hay algo que nunca nos habéis dicho. Ya lo sospeché en Madrid; había cosas que no encajaban en la historia y así se lo dije a papá, pero él no me dio más que razonamientos pueriles.  Cuéntame. . .
-—Es tarde, además papá lo sabe mejor que yo.  Él te lo contará algún día. Anda vamos a la cama.
— Buenas noches mamá

Aquellas palabras eran  música celestial para los oídos de Iris. Nunca había tenido oportunidad de hablar con su hija de cosas que la pudieran preocupar.  Si el cambio había sido por obra de ese muchacho, bendito sea. Esperaba que las cosas fuesen distintas.  Se besaron y cada una se dirigieron a su dormitorio.  Brendan aún no se había dormido, esperaba a su mujer algo enfadado

—Muy bien, lo has hecho muy bien. Me has desautorizado ante nuestra hija. Te has puesto de su parte. ¿No ves que es un capricho de niña malcriada, que pronto se le pasará?. En lugar de reforzarme te pones de su parte. ¡ Es increíble !
— Cállate y no desvaríes. Precisamente tú vas a dar ejemplo de sensatez. . .  Por cierto me ha hecho preguntas que no he contestado, pero debes estar  alerta porque mucho me temo que el interrogatorio será para tí, y no tardando mucho
— ¿ Y qué me va a preguntar. ¿Sobre qué ?
— Sobre el inicio de nuestra relación. . . No la he querido decir nada de cómo ocurrió para que no se llevara una mala impresión.  Ella te adora y te tiene en un pedestal. El día que se lo cuentes, sé hábil. No  seas brusco y adórnalo como mejor veas, pero que no le haga daño.
—Pero fue todo por amor, ya lo sabes
— Si lo sé. Pero las formas no fueron muy adecuadas. Y no es eso lo peor, sino lo que siguió después.  Lo importante que fue en nuestras vidas. Y ahora déjame dormir, estoy cansada y supongo que tú también
— Si lo estoy, buenas noches. Que descanses
— Buenas noches. Hasta mañana


En otros tiempos él la hubiera abrazado y besado, pero ahora todo era distinto. Ella le seguía amando con todas sus fuerzas, pero él. . .
  Su sueño fue intranquilo, una duermevela entre la llegada de su hija, su confesión y, lo que Vicky quería averiguar sobre el pasado de sus padres.  Tarde o temprano tenía que enterarse, pero temía su reacción.  Apoyó su cabeza en la espalda de Brendan, pero éste dormía plácidamente. Sonrió con tristeza. ¡Qué distinto era todo!

Cuando sonó el despertador, Brendan se giró mirando cómo su mujer dormía. Miraba su rostro de facciones suaves, relajadas y con mucho cuidado acarició su mejilla y su hombro.  Amaba a Iris más que a nada. Sabía que no se estaba comportando con ella todo lo bien que debiera.  Superados los momentos de sus desencuentros primeros, habían tenido un matrimonio feliz y se habían querido muchísimo. ¿ En qué momento había venido el desencuentro? Reconocía que no fue ella la que lo propició, pero sentía la necesidad imperiosa de saber que aún era joven, que aún podía disfrutar de la vida. Fue entonces, cuando cumplió los cincuenta, que empezó a flirtear con otras mujeres. Al principio como un juego, pero poco a poco, sin darse cuenta, se vió inmerso en algo más importante.  Agradecía que su mujer no se hubiera enterado de nada. . . al menos eso creía él. Ignoraba que ella lo presentía casi desde el mismo momento en que surgió.  Iris se revolvió en la cama y él aprovecho para besarla.  En aquel momento sintió la necesidad de tener intimidad. Hacía muchos días que no tenían relaciones íntimas.  Quizá fuera que  tenía mala conciencia con su mujer.

  Ella terminó de despabilarse y respondió a su marido, pero no  atenuó en absoluto la tristeza y decepción que sentía. Trato de que él no lo notara. Sin poder evitarlo se le escaparon algunas lágrimas e hizo reaccionar a Brendan

— ¿ Qué es lo que te ocurre, por qué lloras  ?  Creí que te agradaría. . .
— Y me agrada, pero llevo días que no me encuentro muy bien. . .
— ¡ Es increíble ! Nunca acierto. Llevas una temporada que estás insoportable. Sin duda la menopausia te está jugando una mala pasada
— Brendan, por favor. .  Tú tienes mucha culpa de eso. Apenas hablamos, estás poco en casa. . . Pero eso ya lo sabes, no es nada nuevo
— Dejémoslo ya.  Se me hace tarde.

No quiso seguir escuchando los reproches de su mujer. Sabía que tenía razón
Saltó de la cama y se dirigió al cuarto de baño. Cuando salió la arruga de la frente la tenía muy marcada, lo que indicó a Iris, que estaba enfadado.  No le había gustado el reproche de ella.
Cuando Vicky se levantó, encontró a su madre cabizbaja y sus ojeras violáceas denotaban que no había pasado buena noche.


- Te invito a comer fuera de casa, —dijo Iris
— ¿ Con papá ?
— No, seguramente papá hoy no venga a comer.  Hemos discutido un poco. . .
—¿ No será por mi culpa ?
—No, hija.  Tú no has tenido nada que ver.
— Lo siento mamá pero he de ir al trabajo
— ¡ Claro, no me acordaba !  Llamaré a Daisy. Me apetece salir un rato
— ¡ Estupendo mamá ! debes salir más y no estar siempre en casa
— No creas, salgo. Pero hay días que no tengo ganas

Desayunaron juntas y cuando su hija salió, llamó por teléfono a su íntima amiga para quedar con ella.  Irían a un buen restaurante, y al menos pasarían una buena tarde.
A la hora acordada se reunieron a la puerta del local en el centro de la ciudad.  Dieron al maître su nombre y las acomodaron en una mesa, en un rincón.  Pidieron un vermut y comenzaron una charla confidencial en la que Iris hizo partícipe a su amiga de las novedades que traía Vicky de Madrid y su discusión con Brendan nada más despertarse

De repente Iris cortó su conversación y su amiga al comprobar la palidez que su rostro tenía, se alarmó al tiempo que la preguntaba

— ¿ Qué te ocurre, te encuentras mal ?
— Tengo que irme, tengo que irme
— Pero ¿ Qué pasa, por qué tenemos que irnos?
— Mira. . . Se han confirmado mis sospechas. . . Tengo que irme

Daisy giró la cabeza en la dirección que su amiga la indicaba y se quedó de piedra al ver a Brendan con una mujer más joven que él, a la que acariciaba con ternura y la besaba en la mano.  Pagaron lo que habían pedido y salieron precipitadamente del restaurante
A duras penas Iris podía contener el llanto. La amiga no salía de su asombro; estaba exasperada, furiosa e indignada

— ¿ Sabes lo que yo hubiera hecho ?  Nada de salir de allí. No eres tú la que está obrando mal.  Me hubiera puesto delante de ellos a ver si se les caía la cara de vergüenza. . .
— Por favor Daisy, no me digas nada, no comentes nada
— ¿Qué vas a  hacer?
— No lo sé, no lo sé . .  Me voy a casa. . .
— Espera, cálmate. . . te acompaño



Durante el camino a casa, las dos mujeres iban sin hablar, pero Iris pensaba lo que iba  a hacer. Lo que tanto había temido se había confirmado: dejaría a Brendan  Aguardaría a saber la decisión de Vicky para hacerlo.  Si volvía  a Madrid, ese mismo día se marcharía de casa.  No quería hacerlo antes para no complicar la decisión de su hija. De nuevo Brendan la había roto el corazón.

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