martes, 27 de diciembre de 2016

Como te quise, te quiero - Capítulo 2 - Tarde de cine

Con la mirada perdida en el espacio de la habitación, tenía la mente en blanco. No podía comprender lo sucedido a Aidan . Hacía muchos años que solamente sabía de él por las noticias que de vez en cuando se generaban en los periódicos  o en los informativos de la televisión.  Se había hecho un gran nombre en su profesión, era un excelente abogado, superando incluso a su padre. Fue a su habitación y abriendo uno de los cajones de su secreter, extrajo una caja en la que guardaba recuerdos importantes   y que eran sus tesoros.  Era un poco mitomana y le gustaba tener cerca algún objeto que hubiera representado algo importante en su vida. De entre todos los  que allí cabían, extrajo un pequeño relicario de plata que en una ocasión Aidan le regalara. Fue cuando él la dio su primer beso de lo que ella suponía " su noviazgo", cuando casi contaba dieciocho años.

Fue durante unas vacaciones en  Navidad  que él regresó a Limerick desde Dublín. No se habían vuelto a ver desde  el verano, pero Ciara siempre estuvo enamorada de él.  Aidan  sin embargo sabiéndose atractivo coqueteaba con todas las chicas, lo que hacía que ella se muriese de celos.


Había una película  que llevaba meses en cartel y que en la prensa, como promoción, añadía día a día los que llevaba en  programación.  Ciara quedó con unas amigas para por fin poderla ver, ya que lo habían intentado en varias ocasiones sin conseguir entradas. Había tres sesiones a las cuatro, a las siete y a las once de la noche.  Para la de las cuatro no les daba tiempo a menos que faltaran a clase. Quedaron para la función de las siete, pero tendrían que hacer cola para conseguir las entradas desde las cinco hasta que abrieran la taquilla.  Pidió permiso a sus padres para llegar a las diez a casa y como acudiría con dos amigas conocidas de la familia que vivían muy cerca de ella, lo obtuvo.  Era de carácter romántico y,  algunas compañeras que ya la habían visto,   comentaban que era de llorar y de mucho amor, lo que a la chica la tenía subyugada.  Quedó con sus amigas y a las cinco en punto estaban Terry y ella en la fila, teniendo delante  a unas veinte personas.  Las localidades eran numeradas, así que no corrían el peligro  de obtener una mala localidad.  El cine era lujoso; había sido teatro y era grande, y por ello no tenían la menor duda de que ese día por fin verían la película " Como te quise, te quiero". La protagonista era Merle Oberon, actriz que encantaba a Ciara, con sus ojos rasgados y sus facciones algo orientales, pero lo que más le atraía de la estrella era su amplisima frente y que en aquella época se decía que las personas con frente despejada, eran muy, muy inteligentes. Y eso mismo es lo que le hacía admirar tanto a Merle.



Con el relicario en sus manos depositó en él un ligero beso a modo de oración por Aidan. No era religiosa y desde que dejó el colegio de monjas acudía muy pocas veces a la iglesia harta de tantos rezos.  Cogió su bolso y le dijo a Celine:

- Voy a salir a dar una vuelta. Me duele algo la cabeza . A ver si dándome el aire se me pasa
-Tómese un analgésico antes de irse, de lo contrario la jaqueca le va a doler todo el día
--No se preocupe, ya lo he hecho. Si llamase el señor para algo, dígale que se comunique conmigo por el móvil.  Hasta luego, volveré a la hora de la comida.


Al contraer matrimonio con Declan se habían mudado de domicilio, no lejos del centro.  Enfiló la calle principal hasta llegar a la más comercial y turística. Iba despacio evocando todos los ratos que había vivido junto a él. Cruzó la calle  y se paró delante de la fachada de lo que antes fuera el cine que ahora evocaba y que ya no era cinematógrafo, sino una dependencia de grandes almacenes.

De nuevo su memoria retrocedió hasta su adolescencia , en la fila del cine,  para ver la película que causaba sensación .

-Ciara, nos vamos a quedar heladas. Hace un frío de muerte,-,  dijo Terry, su amiga,  mientras miraba a ver si llegaba Mary.
-No te impacientes.  estará al llegar.

Apenas faltaban unos minutos para que abrieran las taquillas. Un grupo de cuatro chicos venían riendo y gruñendo por la cola tan enorme que había para entrar al cine

-Hoy no entramos.-,  dijo uno de ellos
-Yo al menos sí-  replicó  otro muy seguro
-¿ Por qué lo dices?
-Lo siento chicos, os dejo-  y sin pensarlo más se dirigió hacia donde estaban las amigas que saludaban a la otra recién llegada .
- ¡ No me lo puedo creer !-  dijo Aidan  mirando y sonriendo a Ciara que con sorpresa miraba al intruso
-¡ Aidan  ! pero... ¿cuándo has llegado ?
-Llevo  un par de días
-Podías haberme llamado por teléfono...
-Tienes razón pero la familia me tiene loco. No he podido , de verdad. ¿ Estáis para entrar al cine?
-¡ Claro !,- dijo Terry.- ¿Acaso crees que estamos pasando frío por gusto?
-Ja,ja,ja. Tienes razón . Me preguntaba si no os importaría pedir una entrada más para mí. O mejor las saco yo y entramos los cuatro. ¿Os parece?

Ella  no le quitaba la vista de encima. Era un regalo inesperado y estaba tan guapo con el cuello del abrigo subido, como los protagonistas del cine...   Sacó las entradas,  sólo que separadas .Las amigas fueron a la fila siete y ellos dos a la de los " mancos ", es decir a la última fila, a pesar de que los acomodadores de vez en cuando les enchufaban con sus linternas para que no hiciesen juegos de manos las parejas,  que como ellos,  estaban en la última fila,  para al menos darse un beso.

Ciara empezó a protestar,  sin mucha fuerza; le encantaba la decisión que había tomado el chico, pero al mismo tiempo le pesaba el tener que haber dejado a sus amigas en otro sitio.  La sonrisa y el guiño de ojos que le dirigió Aidan , disipó todas sus dudas.

Se apagaron las luces y unos anuncios,  dieron paso al  reportaje de la próxima película y al descanso de quince minutos antes de que empezase de nuevo la proyección..Él  salió,   Ciara de pié en su asiento no dejaba de mirar para ver si localizaba a sus amigas.  Al fin vió que Terry estaba haciendo lo mismo, y llegó hasta ella

-¡ Vaya faena nos ha hecho tu novio o lo que sea !  ¡ Menuda cara tiene !  Nos vemos en el vestíbulo cuando acabe

Los timbres habían empezado a sonar lo que indicaba  que la película iba a comenzar.  Llegó portando una bolsa de golosinas y chocolate,  y al sentarse aprovechó para dar a la muchacha un ligero beso en los labios.  Ella se sonrojó al tiempo que un calor recorría todo su cuerpo

- Nos van a ver y nos echarán del cine
-No seas pazguata, mujer. Ahora los acomodadores están ocupados y no pueden espiar -.   Y soltando una carcajada,  miraba a  la chica con inmensa ternura.

Durante la película y cogidos de la mano,  no dejaba de mirarla al tiempo que ella lloraba algunas veces con las situaciones planteadas en el film. Ël sonreía al comprobar lo sensible que era  y acariciaba su mejilla, una vez que el acomodador pasaba para vigilar a la fila de al lado.  Al terminar  se reunieron con sus amigas en el vestíbulo, pero Ciara con la mirada  las indicó  que deberían irse para que él la acompañase hasta su casa, cosa que hicieron rápidamente las dos muchachas.

-¿Nos vemos mañana?- preguntó el chico
- He quedado con mis compañeras para irnos a tomar algo y celebrar la Navidad, pero por la tarde estoy libre.
-Bien, pues por la tarde te recojo en el portal. A las cuatro y sé puntual. Hasta mañana, cielo-.    Miró en rededor y al comprobar que no venía nadie la atrajo hacia sí y esta vez no fue un ligero beso.  Ella le apartó bruscamente

-¡ Estás loco ! Si nos ve alguien me la cargo
-A las cuatro en punto, no lo olvides. Anda entra


Al día siguiente, Aidan  la entregó un relicario de plata con las fotografías de los dos, el mismo que ella  guardaba ahora  en su bolso.

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