miércoles, 17 de agosto de 2016

Regreso a Sefarad - Capítulo 4 - Una despedida de soltera

 Las cuatro chicas llegaron al resort dispuestas a pasar una despedida de soltera increíble. Llenas de alegría se instalaron en el hotel y se apresuraron a bajar hasta la piscina para disfrutar de una baño antes de comer.

Lucía, Asun, María y Macarena deseaban pasar unos días tranquilos y relajados después de una temporada de trabajo intenso.  Lucía se casaba a últimos de Julio y acordaron descansar en la playa y que al mismo tiempo fuera su despedida de soltera .  Para ello eligieron la playa de Agadir, y  harían un pequeño recorrido por las más importantes ciudades de Marruecos

Acababan de regresar de Marrakech, y después de la playa irían a Casablanca para después regresar a Madrid.  Sentadas en las tumbonas, comentaban a dónde irían  esa noche a divertirse.  Reian sin parar, se notaba que estaban contentas.

- Chicas,hay que pensar en ir a vestirse. Se acerca la hora del almuerzo- comentó Lucía
- ¡ Ay, qué pereza me da !-dijo Macarena- De buena gana me quedaba aquí, dando una cabezada.  Os aseguro que perdono la comida, estoy molida. Me voy de las vacaciones más cansada que vine
- Es lo que normalmente ocurre - dijo María- Pero luego nos aguarda todo un año trabajando, así que tenemos que aprovecharlo.
- Hummm, no por favor. Dejadme aquí
-No seas perezosa. Échate una siesta después de comer
- Esta bien - dijo a remolque Macarena

Se pusieron un vestido ligero, pues el calor apretaba, y entraron en el comedor.  La mayoría de las mesas ya estaban ocupadas por los comensales y fueron acomodadas en una junto al ventanal con vistas a la magnífica piscina.

En una de las mesas cercana  donde las españolas estaban decidiendo su comida, había una familia compuesta por padres y dos hijos.  Uno de ellos, se quedó mirando a una de las chicas y comentó con el resto

- ¿ Véis a esas chicas de aquél ventanal? Pues una de ellas era la guía que tuve en mi viaje a España
- ¿ No vas a saludarla? - dijo la hermana del que había hecho el comentario
-¿ Cuál?-dijo,  quién se suponía era la madre de los más jóvenes
- La del vestido color malva- dijo el joven, que no era otro que Aaron
- ¿ La que no te caia bien? - apostilló la madre
-¿ No te fue simpática? - preguntó Sarah, la hermana
- No es que no me fuera simpática.  Era algo entrometida. La saludaré luego, cuando terminemos de comer

Macarena no se había dado cuenta de que uno de sus vecinos de mesa era conocido, claro que al estar de espaldas a él no le había visto. Estaban tomando el café en una amena sobremesa, cuando una figura varonil, alta, se aproximó hasta la mesa de las chicas

- El mundo, dicen, que es un pañuelo. En verdad que lo es - dijo Aaron dirigiéndose a Macarena
- ¡ Vaya, esto si que es casualidad ! ¿ Qué haces aquí?
- Mi familia vive aquí.  Estamos de vacaciones por unos días, antes de mi marcha a Israel
- ¿ Encontraste lo que buscabas?
- En parte si. Bueno no os interrumpo vuestra tertulia
- Espera te presentaré a mis amigas Chicas es un cliente de la agencia que llevé en mi último viaje antes de vacaciones: Ellas son Lucía, Asun y María
- Señoritas, he tenido mucho gusto.  Bueno, pues hasta que nos veamos. Adiós
- Adiós Aaron

Excepto Macarena, el resto de chicas se quedaron durmiendo, porque el calor y la velada nocturna en una discoteca les hizo que conciliaran el sueño bastante avanzada la madrugada.  Macarena cogió su toalla y su crema solar y bajó hasta la playa.  No le apetecía la piscina, le gustaba más bañarse en el mar.  Tendió la toalla en la arena y procedió a extender la crema por su cuerpo.  El sol pegaba fuerte y no estaba dispuesta a quemarse.  Se bajó las hombreras del biquini para proteger los hombros que son muy sensibles a las quemaduras, cuando alguien se le acercó preguntándola

- ¿ Te doy crema por la espalda?
- Buenos días Aaron.  Gracias, pero no es necesario. Has madrugado mucho
- Tú también
- Nos acostamos muy tarde y me desvelé, de modo que opté por bajar a la playa un rato antes de que ellas se despierten. Querrán ir a algún sitio, pero la verdad es que estoy cansada. Conozco este país como la palma de mi mano y lo que quiero es estar tranquila
- Ya veo. Te encuentro algo sedentaria
- No, no lo soy pero este año he trabajado mucho, he viajado mucho y lo que me apetece es estar quieta en un lugar. ¿ Vas a estar muchos días ?
- No, la semana próxima parto a Tel Aviv
- ¿ Trabajas o estudias?
- Trabajo
- ¿Puedo preguntarte en qué ?
- Claro, soy ingeniero agrónomo
- ¡Claro!.  Es natural, tenéis unas plantaciones magníficas en un puro desierto. Hasta cultiváis flores para la exportación.  Sois muy inteligentes y trabajadores. En ese aspecto os admiro
- ¿ Y en qué otro no ?


- No me gusta la situación que tenéis con los palestinos. Desconozco el problema existente por el que habéis llegado a eso, es decir, conozco lo que desde España se comenta. Me preguntó ¿ tan difícil es que podáis convivir juntos como buenos vecinos?  Cierto que el terrorismo es cruel, pero ¿ no podéis establecer un tratado de no agresión y de buena convivencia los dos países?
- En verdad no sabes nada.  No es tan sencillo, y que conste que no me gusta la guerra, no deseo la guerra.  Pero vivimos rodeados de árabes que nos consideran enemigos, y aunque parte de ellos quieren la paz, hay otros, en otros países,  que lo que desean es una guerra permanente.  Tenemos que defendernos.  Yo sueño con que algún día los soldados no tengan que patrullar por las calles, ni existan muros. Que la gente entre y salga en paz de nuestros países y todos podamos vivir y trabajar libremente, con nuestras familias.  Sin atentados en autobuses, o en cafés, sin atacarles a ellos  destruyendo sus casas. Todo es horrible; el odio es horrible, el ser humano es despiadado con los de su especie,.   En fin ... pero estoy deseando volver a mi casa
- ¿ Te espera alguien? ¡ Oh, perdón, perdón ! no he debido preguntarte, lo siento
- No pasa nada... Y no, no me espera nadie.

Aaron la miró sonriendo y se fijó que era bonita, sin maquillar, con una belleza especial, sin ser extraordinaria. Pero tenía la mirada franca y directa y, le agradó porque la mirada abierta expresa sinceridad.  De un vistazo recorrió su cuerpo y comprobó que era esbelta y de bonita figura.  Le hacía gracia ver que llevaba el cabello recogido en un moño en lo alto de la cabeza . " En verdad es muy atractiva" - es lo que pensó después del examen

- Te recuerdo que me debes una comida, o una cena, lo que prefieras
-  Que te debo ¿ qué ?
- Una cena ¿ no te acuerdas?  Me dijiste que la agencia te prohibía intimar con los clientes y ahora somos solamente amigos
- ¿ Amigos?
- ¿ Por qué te extraña ? ¿ No te consideras mi amiga?
- Pues no sé... Parecías rehuirme, eras huraño y distante. Parecías tener algún problema
- Tenía algo que realizar y estaba inquieto.  Hacía poco que había perdido a mi abuelo y antes de morir le prometí recuperar la vivienda que sus antepasados dejaron en Toledo.  Pero no pude localizar nada. La casa si existe, pero es un hotel y,  por supuesto ni hablar de venderlo. Referencias de mi familia no hubo forma de saber nada, ni en Toledo ni en Madrid. Así que para cumplir con mi abuelo compré un apartamento en la judería : en Lavapiés.  De alguna manera sería volver a estar en el pasado.


- ¡ Vaya, nunca lo hubiera pensado ! Pero si no vives en España ¿ para qué lo quieres?
- Oh, volveré de vacaciones. Me gustó mucho el barrio y empecé a entender a los españoles.  Reconozco que llegué con bastante prevención contra vosotros
-¿ Contra nosotros ? ¿ por qué ? ¿ por la expulsión ?
- Si. Lo siento, pero según me cuentan mis familiares, sufrieron mucho al tener que dejarlo todo y salir de inmediato o la Santa Inquisición les mataría
- Pero eso pasó hace mucho tiempo, y has de saber que nosotros reprochamos aquél comportamiento. También algunas personas os ayudaron al huir de Europa durante la guerra,  y llegar a mi país. Algunos corrieron riesgo de sus vidas, pero vieron a los seres humanos en peligro sin pensar de qué raza o religión eran, algún nombre figura en el Paseo de los Justos en Jerusalén.
Paseo de los Justos
  -Hay muchos judíos entre nosotros que viven y se integran. Les respetamos y ellos nos respetan así que la convivencia es perfecta.  Aaron, no nos odies por lo que hicieron unos insensatos, somos solidarios y pacíficos.  Hasta hemos tenido ministros con Felipe González, de origen judío como Enrique Mújica Hertzog, cuyo hermano fue asesinado por Eta en San Sebastian.  Todos tenemos cadáveres en el armario.  Muchos españoles republicanos murieron en los campos de concentración con vosotros.  De verdad, no merecemos vuestro odio. También hemos recibido ayuda para la lucha contra el terrorismo de vuestra policía, por tanto hay muchas cosas que nos unen y no tantas que nos separan.  Me alegro mucho tenerte como vecino de mi ciudad - esto último lo dijo sonriendo mirando a la cara de Aaron
- Tengo sed ¿ quieres un refresco? - dijo a Macarena
- Si, por favor. Un zumo de naranja estaría bien
- De acuerdo . Ahora vengo

  Mientras se alejaba para comprar los refrescos, Macarena le miró despacio, quedando gratamente sorprendida - " es muy guapo y sensible " . Aaron tardó muy poco rato en volver y ofreció a la chica amablemente el bote con el zumo de naranja, bebiendo él otro igual

- ¡ Vaya discurso me has dado ! - dijo en broma
- ¿ En serio ? De verdad, lo que quiero es que no guardes recelo
- Y no lo guardo.  Si todos sois tan amables como tú, creo que me gustará vivir en España

Ambos rieron y después de terminar de beber su zumo, decidieron darse un baño para calmar el tremendo calor que sentían.  Entre charla y charla se habían acercado al mediodía y tumbados en la arena para secarse del baño marino, quedaron en volver a verse por la noche, en una cena, para cumplir con la promesa que le hiciera a Aaron.

Y el encuentro quedó inmortalizado con una foto que el chico hizo a Macarena antes de encaminarse hacia el hotel para almorzar.  Se reunirían de nuevo a las siete de la tarde. Una cena y alguna discoteca sería el plan para aquella noche

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Entradas populares