jueves, 3 de diciembre de 2015

Cuestión de letras - Capítulo 5 - Caminos separados

A la hora fijada, Michael desde su coche tocaba el cláxon para avisar a Evelyn de que había llegado. Ella se asomó a una ventana y le dijo:

--Ya voy, un segundo por favor.

Recogió la maleta y el bolsón de mano, comprobando que llevaba el pasaporte, el billete, en fin todo lo que precisaría. Estaba nerviosa, iba a comenzar su gran aventura.

--¡ Oh Dios mio !, me olvidaba la máquina y la filmadora. Por Dios, qué nerviosa estoy.

Salió sonriente arrastrando su maleta. Michael se apeó y la ayudó a meter en el portaequipajes la maleta junto a la suya. Hecho ésto, ambos se dirigieron a sus respectivos asientos, al tiempo que Michael gritaba:

--Cuidado Nueva York, vamos a por ti... Ja,ja,ja,

Cuando llegaron se dirigieron directamente al aeropuerto. Embarcaría en el primer vuelo que saliera para Dakota. Ambos se abrazaron, se desearon los mejores augurios y se separaron. Michael la vió entrar en el túnel que la conduciría hasta su avión y sonrió con una sonrisa tierna, como de hermano mayor, como si ella fuera la primera vez que viajaba:

--Es absurdo, es mayorcita y no es mi hermana, simplemente una muy buena amiga. Quisiera protegerla porque la veo muy vulnerable, pero tiene que ser ella la que remonte el vuelo. Y lo hará, es valiente; lo hará muy bien.

Dió media vuelta y se dirigió al aparcamiento a recoger su coche y posteriormente llevar su libro a la editorial.



El imponente edificio  se erguía frente a él. Habian pasado muchos meses desde el día en que salió refunfuñando de allí. ¿Qué sentiría frente a Katty, estaría curado de su influencia?
Muchas cosas habían pasado desde entonces y creía estar preparado para enfrentarse a ella. Llevaba bajo el brazo una buena obra y ese sería un fuerte argumento como defensa.
Subió hasta la planta de su editora y tocó suavemente a la puerta.

--Adelante, una voz femenina le respondió
-- ¡ Vaya, vaya, vaya  Si es nuestro desaparecido Michael!. Ja,ja,ja ¿Cómo estás? No sabes la alegría que me das porque eso es señal de que  me traes algo, ¿cierto?
--Pues si, te traigo un libro que va ir directo a los Pullitzer. Leélo y ya me contarás. ¡ Ah ! parte de él es biográfico. Aunque no lo creas me ha pasado.

Katty
Charlaron largo rato de todo lo que habían hecho en el tiempo de su separación, y decidieron seguir hablando mientras comían en un céntrico restaurante.

--Esta misma noche me pongo a leer tu libro. Me tienes muy intrigada.

Pasada la larga sobremesa que sostuvieron,  Michael se encaminó a su apartamento, recordando lo que había cambiado su vida desde que partió hace meses.



Contemplando la fachada del edificio en donde vivía,  le notó extraño. Se había acostumbrado a la tranquila paz del que había sido su hogar hasta ese día. Los recuerdos que había vivido en Staten Island, habían sido muy enriquecedores, además de haberle proporcionado la satisfacción inmensa que ahora sentía tras  haber recuperado su creatividad.
Entró en el apartamento que permanecía impecable tras los cuidados de Sonia (la asistenta) que lo cuidaba,  y miró a su alrededor como si lo viera por primera vez. Su teléfono móvil sonó y atendió la llamada.

--Pequeña ¿eres tú?
--Pues claro ¿ a quién esperabas?. Ya estoy instalada en el hotel. Es cómodo y bonito. Mañana saldré a fotografíar algunas instantáneas y después iré a cumplir el encargo. Si lo termino pronto, quizá pasado mañana regrese a casa. Y a tí ¿cómo te ha ido?
--¿Te refieres si me he desmayado al ver a Katty? Pues has de saber que no, eso ya pasó. Hablamos del libro, comimos juntos y después cada uno a su casa. Yo acabo de llegar a la mía. Bajaré a la cafetería que hay abajo, tomaré un bocadillo y después me acostaré. Estoy cansado, ha sido un día muy intenso.
--Bueno, pues no te entretengo más. Como estarás reunido estos días, cuando llegue a casa te mandaré un correo por el ordenador, así no interrumpiré nada. Te mando muchos besos. Hasta pronto .
--Hasta pronto Pequeña...



Evelyn se vistió con ropa cómoda, pues pensaba estar todo el día trabajando a pie de calle y salió del hotel dispuesta a captar con su cámara lo interesante que pudiera ver.

Como tenía previsto  finalizó su encargo ese mismo día, por lo que preparó todo para partir al día siguiente.Entregaría el trabajo a su jefe y esperaba le complacería lo realizado. Si terminaba pronto iría a buscar a Michael y al día siguiente partiría rumbo a su casa en el pueblecito tranquilo hasta que la avisaran para un nuevo encargo.

Llego  donde Michael tenía su apartamento y preguntó al conserje el piso en que vivia, y éste le advirtió de que había salido hacía rato.
Sacó del bolso el teléfono y marcó el de Michael, pero éste estaba desconectado. Preguntó de nuevo al conserje si sabía cuándo regresaría. Ante la negativa del hombre,  renunció a la sorpresa que  le iba a dar y decidió ir a entregar sus trabajos.


Su jefe analizaba meticulosamente las fotografías que Evelyn le entregó. No las vió con el mismo detenimiento que las primeras mostradas. Ella escudriñaba su rostro para averiguar cuál sería su respuesta ante lo trabajado, pero una sonrisa la hizo respirar profundo:


Gregory

--Me gusta, son perfectos. Preciosos,  aceptados.
--Pensaba volver a mi casa, si no hay otro encargo para mí
--Si tenemos uno para la revista nuestra, pero no se si estará dispuesta a ir hasta alli
--¿Dónde es?
--En Kenia. Es para el reportaje sobre los Parques Naturales. Lo más probable es que en una sóla sesión lo termine, pero el viaje es muy largo.
--Acepto, no me importa. Me encanta, iré si lo cree oportuno
--Bien. Espere un momento, voy a por el guión y le daré las instrucciones.

Estaba loca de contenta : iba a ir a Kenia. Reflejaría toda la belleza de sus paisajes. Sería uno de sus mejores trabajos. Trató de contactar con Michael para darle la gran noticia, al tiempo que se despediría de él ante el nuevo viaje, pero no estaba activo el teléfono.  Comprendió que él tenía que recobrar viejas amistades y estaría ocupado.  Repitió la llamada un par de veces más, pero tampoco obtuvo respuesta   Dejó un aviso en el buzón " me voy a Kenia. Trataré de volver a llamarte. Cuídate."



Y volvió a repetir la llamada antes de salir para el aeropuerto, pero tampoco tuvo suerte.  Se disgustó, pero no podía hacer otra cosa. Recogió su equipaje y salió para reunirse con los miembros del equipo que constituían la expedición a África.

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