miércoles, 9 de septiembre de 2015

Segunda oportunidad - Capítulo 13 - De vuelta en casa

Por fin Londres. El viajer había llegado a su fin. Era muy tarde para emprender viaje a Bath por lo que decidieron pasarían la noche en el apartamento de Jack y al día siguiente reemprenderían  el final de su periplo.  Llegaron cansados y encargaron por teléfono una pizza para cenar, aunque no tenían demasiado apetito. Hablaban poco y ambos estaban serios, cansados.
A la mañana siguiente después de desayunar tomaron el coche y en un par de horas estaban de regreso a casa. Jack dejó en la suya a Lissy, para a continuación ir a busca  a Poppy que había permanecido en casa de Tom y Therry. Volvió a casa de Lissy, pues le costaba despedirse de ella.

--Lissy ¿necesitas algo?

--No, todo está bien Jack ¿ por qué lo preguntas?

--Si no me necesitas regresaré mañana a Londres. Recuerda que tengo que presentar los relatos

--Si, desde luego. Perdona se me había olvidado inmersa en mis propias preocupaciones. Te deseo una inmensa suerte. Tienes que recuperar tu público, pero no dejes de escribir, por favor. No hemos hablado casi nada en estos días y sé que tengo una conversación pendiente contigo, no lo he olvidado, pero todavía no es el tiempo.

--Claro, lo entiendo y no te preocupes. Tardaremos  en vernos, pero te llamaré a menudo ¿de acuerdo? Si me necesitas llámame y vendré a tu lado.  Bueno pues me despido porque mañana quiero salir de aquí en las primeras horas y tú seguro estarás durmiendo. Prométeme que vas a cuidarte; aún te quedan vacaciones, descansa.

Jack la abrazó y le dió un beso en la frente. Tardaría mucho tiempo en verla. Ella seguía pensando en Matt y él debía alejarse. No le había insinuado absolutamente nada porque creía que ella debía superar definitivamente todo lo que le había tocado vivir. Esperaría, tenía todo el tiempo del mundo. Se dedicaría a escribir. Vertería en los libros el cúmulo de sentimientos y experiencias que había vivido. Ella le vio marcharse despacio,  andando por la carretera , y de nuevo volvió a sentir las palabras de Matt "mira a tu alrededor".Cerró la puerta tras de si y paseó la mirada por la habitación. No tenía ganas de hacer nada. Iría a casa de sus amigos.




Jack comenzó a recoger sus cosas. Lo dejaría todo preparado para al día siguiente partir lo más pronto posible. Deseaba salir de allí,  del que hasta ahora había sido su hogar, pero estaba ella y le faltaba el aire cada vez que la recordaba.  Llamó a la señora encargada de mantener la limpieza y le dió instrucciones de que dejara vacío el frigorífico , puesto que tardaría en volver, y que cubriera los muebles con una sábana.

Y llegó a su hogar de Londres con Poppy en el asiento trasero. Lo habían cuidado sus amigos mientras ellos estaban en Africa, y demostraba su alegría por volver de nuevo a su antiguo hogar.

Entraron en  casa y  se derrumbó en su sillón preferido con el perro a su lado. Una idea le bullía en la cabeza: empezar de cero.  Y el comienzo era deshacerse de aquella casa que había compartido con Cristal; ella estaría siempre en su vida, pero si quería llegar a algo con Lissy, debería empezar por irse a vivir a otro lugar.  Aún era temprano, así que cogió a Poppy nuevamente y se dirigió hacia una inmobiliaria para que se encargaran de vender su apartamento y consiguieran una nueva vivienda.  Eligió Myfair, era un barrio señorial, tranquilo, bonito y podía permitírselo, así que dejó sus datos en las oficinas para que le buscasen algo que se acomodase a sus deseos.

Después se dirigió a la editorial para ponerse de acuerdo con el editor y empezar la tourneé de la presentación de sus relatos. 

--Me alegro de que estés de regreso-  le dijo el editor-.  Podemos comenzar la semana próxima. En primer lugar ciudades no muy grandes para finalizar en Londres ¿te parece?

--Correcto, me parece bien. ¿El martes?

--Estupendo, el martes. ¿Comemos juntos?

--Si claro, encantado

Cuando llegó a casa ya eran pasadas las cinco de la tarde. Se preparó un té y mientras lo bebía marcó el número de Lissy




--Hola ¿cómo estás?

--Bien, bien. Creí que no me llamarías

--¿ Por qué no?

--No sé. Te echo mucho de menos¿Qué tal va todo?

--Muy bien. El martes comenzamos la gira. Voy a vender este apartamento. Viviré en Myfair, ya me lo están buscando

--¿Qué me dices? Eso si que es pasar página...

--Si,  y no creas que no lo he pensado. Me ha costado mucho llegar a esa conclusión pero creo que era necesario.Voy a escribir de nuevo. Tengo que seguir con mi vida.¿Y tú ?

--Dame tiempo, poco a poco. Todavía tengo que asimilar  nuestro paso reciente por Africa.

--Ya...  No sé cuando podré volver a contactar contigo.

--Bueno, irás a dormir a algún hotel. No vas a estar todo el día presentando libros...

--Ja,ja. Claro, tienes razón

--Bueno, pues llámame sea la hora que sea. Echo de menos tu compañía, tu protección, tu cariño...

Lissy no pudo contener su emoción y rompió a llorar

--Eh ¿ qué ocurre?. Lissy, tienes que superar esa depresión. Matt no va a volver y no le gustaría verte así.Mira  a tu alrededor, estás rodeada de cosas bellas, de buenos amigos que te quieren y quién sabe si entre ellos encontrarás...

--¿Qué quieres decir?

--Pues que si sales, acudes a conciertos, tienes amigos... entre ellos puede que encuentres al hombre de tu vida. Las cosas ocurren cuando menos te lo esperas

--Tienes razón, pero es que me da tanta pena...Yo viva, buscando un nuevo horizonte , y él sepultado en una tierra a la que adoró y lejos del lugar que le vió nacer

--Pero él  eligió su camino. Decidió vivir allí y allí vivió el amor de su vida. Le amaste profundamente, le hiciste feliz, pero ya no está. No te sientas culpable de nada, porque no lo eres. Te lo digo por experiencia; yo viví en un infierno durante mucho tiempo, hasta que de nuevo el amor llamó a mi puerta

--¡¡¡ Jack !!! ¿ cómo no me has dicho nada? He sido muy egoísta. Te he robado el tiempo de estar al lado de la mujer que amas.  Perdóname. No me di cuenta y ahora ella estará de uñas conmigo. ¡ Oh Dios mio !  ¿cómo he podido ser tan torpe !

--No, no. Ella ni siquiera lo sabe, es mi secreto

--¿No le has dicho que la amas?

--No. Ella está enamorada de otro hombre. Es de esos amores imposibles que alguna vez se cruzan en tu camino.   Ya ves.

--Jack, ¡ cómo lo siento! Díselo, quizás ella lo esté esperando. Eres tan bueno, tan generoso...

Un gran silencio se produjo entre los dos.  Era increíble que Lissy no se diera por aludida. No tenía ni la más mínima esperanza de que ella se enamorara de él.  Decidió cortar la conversación antes de que fuera más dolorosa.

--Bueno, mañana te llamo. Cuídate y sal, no te encierres en casa. Cuando tenga el apartamento tendrás que venir a conocerlo

--Por supuesto, con eso ya contaba. Cuídate Jack. Hasta mañana

--Hasta mañana, querida

Jack colgó el teléfono lentamente sin dejar de mirarlo. Estaba triste. ¡ Hubiera sido tan fácil contarle que la  mujer de sus sueños es ella !, pero aún no está preparada. El fantasma de Matt flotaba entre los dos.
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Acariciaba la cabeza de Poppy su gran amigo y compañero. El perro le miraba como si comprendiera la inmensa tristeza que de nuevo veía reflejada en el rostro de su amo. Con su rabito en movimiento quería expresarle que él le amaba y que siempre estaría a su lado.  Jack, como si comprendiera lo que el animal quería decirle, le sonreía y cogiendo su cabeza entre las manos, le dijo

--Vamos chico. Tu no me falles. Y ahora tranquilo.  Tengo muchas cosas que hacer


...
Habían pasado un par de días cuando la inmobiliaria le avisó  que iría el agente a visitar el apartamento, pues tenían un posible comprador,  y al tiempo otro para ofrecérselo,   por si le gustaba. Quedó de acuerdo en visitar el apartamento y hasta allí se dirigió.

La vivienda era espaciosa, cómoda y bonita, en el lugar que él deseaba. Tenía un gran ventanal en la habitación en la que instalaría su estudio. Mentalmente había hecho la distribución, y aceptó su compra. La mudanza la realizaría de inmediato. Tuvo la suerte de que los visitantes y posibles compradores, quedaron satisfechos y en ambos casos se realizaron las transacciones de conformidad.

Jack instalado ya en su nueva vivienda pudo disfrutar de ella apenas un día, puesto que era lunes y al día siguiente comenzarían las presentaciones.  No obstante, estaba contento con el cambio y se dispuso a llamar a Lissy para despedirse  de ella, pues no sabía cuando la volvería  llamar.

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Las presentaciones eran todo un éxito. El público no se había olvidado de él y los relatos eran muy del gusto de las féminas. Eran románticos, y lo que no sabían es que eran retazos de su propia vida, que todo lo narrado en el libro eran sus propias vivencias.  En la portada se entremezclaban varias imágenes de los personajes protagonistas de la narración, entre ellas a modo de collage los rostros de Cristal, Lissy y el suyo propio  como fondo .  Estaba satisfecho y el asistente que le acompañaba en la gira daba cuenta día a día de los éxitos alcanzados en cada ciudad.  Michael Strauss estaba satisfecho, sabía que no se equivocaba con Jack:  le había recuperado.

La distancia había favorecido su ánimo,  que por otra parte no le dejaba mucho tiempo para pensar en nada que no fuera la firma de libros. Cuando a solas,  se quedaba en el hotel, después de hablar con Lissy,  trazaba algunos detalles para su próximo libro. Iba emborronando páginas con apuntes que luego plasmaría en el ordenador hasta formar su novela.  A propósito había ido distanciando la comunicación con ella. No quería abrumarla y él también necesitaba un respiro, pues el escuchar su voz le inquietaba siempre .




Por fín la gira concluyó en Londres como habían planeado en una de las más prestigiosas librerias de la ciudad. Era un honor que Strauss le había guardado en compensación a los pingües beneficios que había obtenido con la venta de los relatos.  El último día, agotado , rechazó la invitación a cenar del editor. Deseaba por fín estar en su casa, disfrutar de ella y terminar de colocar los objetos,  sin importancia,  que aún guardaba en una caja al no poder hacerlo antes de su gira.

Se sirvió un whisky y poco a poco fue desembalandolos . De pronto se acordó que en todos esos días ausente, nadie había mirado su buzón de correo. Lo dejó todo y fue a abrirlo. Había pocas cartas,  puesto que aún muy pocas personas conocian su nuevo domicilio

--Mañana me tendré que acercar al Apartado de Correos. Seguro que alguna carta ha ido a mi antigua casa, y las habrán devuelto.

Entre la correspondencia, encontró un sobre  con letra muy conocida por él. Lissy le había escrito.

--¿ Por qué ? había hablado con ella cuando llegó a Londres y no le había comentado nada.  ¡Qué extraño !

Con curiosidad, dejó las otras , que eran de sus amigos, encima de una mesita y procedió a rasgar el sobre de la de Lissy, pero no era una carta de ella,


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