lunes, 14 de septiembre de 2015

Historia de dos familias - Capítulo 3 - Confesión de Rafael Villanueva

Unos días antes de morir, cuando Rafael sentía próxima la hora de su partida, pidió a su hijo algo que llevaba mucho tiempo deseando hacer:

--Tú sabes que en mi juventud,  en España,  tuve una novia a la que siempre quise, pero no pude casarme con ella por asuntos familiares. Con esto quiero decirte que siempre quise y respeté a tu madre, pero en mi recuerdo ha permanecido la imagen de aquella mujer. En uno de mis viajes, supe que había muerto. Te pido como último favor averigües si tuvo descendencia y qué fue de ellos. Simplemente es mera curiosidad.  Otro encargo es que cuando vayas a la finca mires en el armario de mi habitación.   En el techo hay un resorte que presionándolo abre un doble fondo, bien, pues en él,  hay una caja de recuerdos,  con cartas que le escribí durante mucho tiempo, pero que no llevé nunca al correo.   Y otros recuerdos de ella. Conservalos,  porque con ellos está una gran parte de mi vida.



Ralph tardó mucho tiempo en ir a la finca extremeña de su padre. No la conocía y nunca había sentido el más mínimo interés en ir a España. Estaba demasiado ocupado en los negocios como para desplazarse hasta ese lugar desconocido para él.  Fue el día que su padre hubiera cumplido años, cuando empezó a recordar el encargo que le hiciera antes de morir:

--Kim, prepara todo. Nos vamos a España. Necesito conocer la finca que tenemos allí; ya va siendo hora de saber cómo es y que producto se le puede sacar. Si es rentable la conservo, por el contrario si no lo es,  la venderé.

--¿ Cómo vas a venderla? perteneció a tus abuelos...Además quizá la podamos tener para pasar temporadas allí, para cazar o simplemente tomar el sol y descansar de Nueva York. No adelantes acontecimientos antes de verla.

Llegaron a Madrid y desde allí se trasladaron a Cáceres

--Pero ésto es precioso, te traslada a la época de Pizarro. Además es Patrimonio de la Humanidad. exclamó Kim entusiasmada.
--Si, no está mal...
--Siempre serás igual de frio. Son tus ancestros; deberías mostrarte más contento de volver al lugar en donde vivieron tus antepasados. Yo me sentiría orgullosa
--Cariño, me siento orgulloso...-dijo con infinita paciencia Ralph.

Al día siguiente llegaron a la Finca Villanueva. Desde el coche divisaban los cerezos, los encinares y el magnífico paisaje de la zona. Hacía rato que habían penetrado en sus dominios. Kim estaba asombrada de la belleza que contemplaba.

--Yo creia que sería un páramo y es una hermosura. Ni hablar , no la venderás, nada, nada, desecha la idea.
--Espera que lleguemos. Le pedí a Paco que tuviera todo dispuesto para alojarnos allí, así que tendremos tiempo de verificarlo todo.

Finca Villanueva
Por fín ante su vista dejaron de ver terreno fértil para al fin divisar las dependencias de la finca en su totalidad. Nunca imaginaron  su tamaño. Era el equivalente al rancho que la familia de Kim poseía en Tejas, sólo que éstas eran tierras de cultivo.

--¡ Es muy grande !!!- comentó Ralp
--Y muy bonita- respondió  Kim
--Veremos cómo es por dentro- añadió Ralph

Recorrieron la estancia acompañados por Paco, que satisfecho les mostraba que todo estaba perfecto.   Ralph complacido le dió las gracias.

--¿Quieren tomar algo fresco?-  sugirió Paco el capataz
--Si por favor pidió - Kim
--Ahora mismo les servirá Consuelo, mi mujer. Un momento por favor.

Consuelo entró en la estancia al tiempo que saludaba al matrimonio , sirvió un riquísimo zumo de limón granizado, que a Kim le supo a néctar de dioses.

Kim se durmió pronto, pero Ralph salió al porche y contemplaba la tranquilidad del lugar. Las estrellas brillaban en el cielo. Hacía mucho tiempo que no veia tantas estrellas juntas y paseó complacido la mirada por todo su alrededor. La primera impresión había sido muy favorable:

--No me extraña que mis abuelos no quisieran salir de aquí. Mañana temprano la recorreré con Paco y veré lo que hago con ella. A Kim le ha encantado, con lo que dudo me pueda deshacer de ella.

Sentía temor y al mismo tiempo curiosidad por averiguar lo que la caja de los recuerdos contenía. Dado que fue un secreto revelado por su padre en el lecho de muerte, no quería que nadie averiguase su encargo, por eso esperó a que Kim se fuera a montar a caballo para abrir el armario y sacar a la luz el secreto paterno encerrado en ese rincón durante tantos años.  Por fin se decidió a abrirla.

En su interior había un grupo de cartas dirigidas a una tal Almudena Pereira, un mechón de cabello, una cadena con una medalla, una fotografía y un relicario con la foto de su padre y de ¿Almudena?

Sintió en su cabeza la voz de su padre confesandole su secreto y una oleada de ternura le invadió acordándose del anciano y de la pesada carga que había llevado durante toda su vida. Volvió a mirar la fotografía de Almudena y le pareció la muchacha más linda que nunca había visto.

--Papá, lo guardaré y cumpliré tu encargo. No sé por dónde empezar, pero te prometo que averiguaré si existe algún pariente descendiente de esta mujer.-.  Volvió a dejar la caja en el sitio destinado para ella y cerró el armario.

El teléfono sonó en el comedor mientras Robert y Roger terminaban de almorzar. Fué Robert el que lo descolgó:

--¡Papa ! ¿ cómo estáis? Supongo que estaréis en la finca. ¿Cómo es el tesoro de los Villanueva?
--Sensacional Robert, es sensacioal. Tenéis que venir a verla. Ahora necesito que hagas un trámite: ponme al habla con una agencia de detectives privados, la mejor del pais, la más solvente. Necesito cumplir algo que prometí a tu abuelo, y que ya te explicaré en persona, pues es muy largo de contar
--¿Ocurre algo? me dejas preocupado
--No, no es nada ni grave ni de importancia. Son cosas del pasado.Pero no quiero que se entere absolutamente nadie, ni Roger y por su puesto tu madre, Será algo entre tú y yo ¿comprendido?
--No será algún lio de faldas que tengas por ahi ¿verdad?
--Ja,ja,ja.Por favor Robert. No tengo más faldas que las de tu madre, y creeme con esas tengo suficiente.


Siguieron hablando de cosas intrascendentes y después de hacerlo con la madre, Robert colgó el teléfono algo preocupado ¿Qué sería lo que su padre se traía entre manos?

Era el último año de carrera , cuando un compañero  australiano se incorporó al grupo de amigos estudiantes del que era un componente sobresaliente la temperamental Perla. Tenía mucho carácter y era conocida entre sus amigos por ser  fuerte e inflexible. Era amiga de sus amigos y buena compañera.  La jóven causó un gran impacto en David.  El chico había nacido en   Drogueda y su familia tenía ganado en una granja.   Por ese motivo quiso estudiar veterinaria, pero el último año lo quiso hacer en España. Sentía curiosidad por los Sanfermines y decidió que mejor que verlo por la tele, sería disfrutarlos sobre el terreno.   Llegó a Pamplona dias antes de San Fermín y fue a Madrid a finales de Septiembre, a tiempo de incorporarse en Octubre a la Universidad.

Era de un carácter abierto y simpático por lo que se integró rápidamente en el grupo de Perla. Le llamaba la atención la seriedad de aquella chica a pesar de su juventud.

--¿Qué le ocurre ? no es antipática, pero siempre está distante y muy seria-  preguntó un día a una compañera
--Está muy preocupada, su padre no anda bien de salud. Tiene una enfermedad grave; no tiene más familia que un hermano, pero está casado y vive en Barcelona. Siempre ha estado con su padre y  al morir su madre se unió a él mucho más.
--Lo siento, no tenía ni idea¿Puedo hacer algo?
--No, nadie puede hacer nada, y bien que lo sentimos. Ella siempre se vuelca con todos, y sin embargo ahora sólo podemos  esperar... ¡ Es horrible ! te sientes ¡ tan impotente ! ...

Una mañana Perla no se presentó a clase. Sus compañeros preocupados la llamaron por teléfono y a través de su hermano Enríque supieron que su padre había fallecido esa madrugada.

Al entierro acudieron todos y David estaba especialmente sobrecogido, pues Perla le había impresionado mucho.  Ella no derramó ni una sola lágrima. Todos ofrecieron  sus casas para que esa noche no estuviera sola en su domicilio

--No preocuparos, estoy con mi hermano y mi cuñada. Mañana no, pero pasado acudiré a clase. Necesito estar ocupada
--Perla, no me conoces mucho-  le dijo David- pero si puedo ayudarte en algo cuenta conmigo.
--Gracias David, lo tendré en cuenta.

Acudió a clase como había anunciado. Terminó el curso en el que se había esforzado más que nunca en honor a su padre, sacó su título y se licenció en veterinaria.  Estaba desorientada, no sabía qué hacer con su vida. No se veía en una clínica atendiendo a bonitos perritos . Fue,  viendo un reportaje sobre una casa rural,  cuando decidió lo que iba hacer

-  Me iré a vivir a un pueblo, eso es. Total aquí no tengo a nadie...

Domicilio de Perla

Antes de enfermar su padre, habían abandonado la casa familiar y se habían trasladado a un piso más pequeño ideal para su padre y ella. La otra vivienda le traía recuerdos de cuando eran cuatro y vivían todos felices.

Solicitó plaza en un pueblo ganadero . Tardaban mucho en contestarla y de repente se acordó de un amigo de su abuela que vivía en el Jerte, quizás alli, tuviera más suerte.

 -Pero es una zona más agrícola que ganadera - pensó - Bueno de momento, lo intentaré.  También allí hay cerdos.... -  Así lo hizo, pero los días pasaban lentos y ella no podía estar ociosa. Bajaba y subía una y otra vez por la calle en donde vivía; paseaba.  Entraba en algún cine, pero al llegar la noche se desvelaba. Una tarde paseando por  un bulevar cercano,  tropezó con David. Todavía no había vuelto a Australia

--¡David ! Pero ¿qué haces todavía en España?- le dijo abrazándose con cariño
--Me quedo, me quedo aquí
--Pero ¡ si tenías planes en Drogueda...!

David
--Si, pero me gusta España y en especial las españolas.  Uf,  pero perdona no te he presentado a mi amigo

Perla

Un muchacho permanecía apartado de los dos amigos y   se aproximó a la llamada de David

--Mira te presento a mi amigo Robert, es americano. Robert esta muchacha es mi compañera de carrera y muy amiga mia, Perla

--¿Cómo estás?- la preguntó Robert a modo de saludo
--Bien gracias. Encantada, respondió Perla
--Te invito a cenar. ¿Tienes compromiso?
--Oh no, tengo cosas que hacer. Estoy esperando una llamada urgente, lo siento otro día será
--Dame tu teléfono. Te llamaré antes de irme
--¿Pero no dices que no te marchas de España?
--No,  si no me voy. Marcho a Andalucía a enseñarle a mi amigo el sur. Se va a quedar una temporada por aquí. ¿Dónde vives?
--Aquí cerca
--Nosotros también , muy cerquita. Allí tengo un apartamento
--Bueno lo siento David, pero me tengo que ir. No sabes la alegría que me ha dado el verte.-.  Y dándole dos besos en las mejillas y estrechando la mano de Robert, se despidió de los muchachos.

 Robert durante toda la conversación entre Perla y David,  estuvo ausente de ella. A pesar de que hablaba algunas palabras en español, no entendía nada y esto hacía que no se hubiera integrado en la charla de los dos amigos.


Robert
--Por Dios, qué antipático es el hombre, qué seco...No me gusta nada. Me ha caído mal, lo siento por David, pero no me gusta el americano. ¡ Menuda diferencia con el australiano ! ¿ Cómo puede ser amigo de una persona que parece un cardo ? En definitiva  a mi ¿ qué me importa ? - pensó Perla

Apartamento de David y Robert 

La , zona en donde vive Perla

Cuando se separaron de Perla,  David preguntó a su amigo

--¿Qué te parece la chica? Bonita ¿eh?
--Bueno, no está mal, pero tampoco es una cosa del otro mundo. Como ella hay miles de chicas
--¿Miles de chicas, pero has visto los ojos que tiene?
--Pues no. Me ha parecido un poco antipática o será que la aureola que llevan los españoles de simpáticos, no se corresponde con la realidad
--¿Pero tu abuelo,  no era español?
--Si ¿qué tiene que ver?
--Pues yo llevo tiempo aquí y me he sentido siempre muy a gusto

Siguieron hablando de cosas banales, pero lo que si estaba claro es que ninguno de los dos ,   se habían caído bien.El bueno de David no había tenido buen ojo al presentarlos.

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