jueves, 25 de febrero de 2016

Nadie hablará de mí cuando ya no esté - Capítulo 22 - Un bebé en camino


Y Anderson dejó a su mujer en el hotel. La luna de miel había terminado y, ahora se imponía lo cotidiano, la monotonía.  Aunque no sería lo mismo. Sabía que al final de la jornada se reunirían y comentarían miles de cosas, y además comerían juntos.  El iría hasta el primer hotel para reunirse con ella en el restaurante .  No quería dejarla sola.  Sabía que Sara se hospedaba allí, y la conocía lo suficiente como para saber que no daría su brazo a torcer.   No comprendía como aquello, se había convertido en un quebradero de cabeza.  Sara no le quería, sólo pretendía hacerse notar y fastidiar a la pareja.  Nunca había sentido mucha simpatía por Adela. Tenía  celos de ella, de la predilección que Anderson había manifestado siempre por su, en aquel entonces,  amiga.

Cuando llegó a su despacho, buscó en su agenda , el número del médico que atendía a su padre y que anteriormente lo hiciera  con su madre.  Le preocupaba mucho la salud de Adela, y el cambio en su carácter que estaba sucediendo. La mayoría de las veces, y cuando ella no se daba cuenta, observaba su rostro y veía su mirada perdida y con un rictus de tristeza en él.  No dormía bien, cosa que achacaba a la diferencia horaria, pero la oía llorar cuando creía que él estaba dormido.

El cambio tan grande que había experimentado en tan poco tiempo le preocupaba.  Tenía miedo de que hubiera contraído alguna enfermedad tropical, a pesar de haberse vacunado antes de partir, pero en verdad no encontraba explicación para miles de cosas que estaba observando en ella



- Michel . Hola soy Anderson- saludó al doctor, al que conocía desde su adolescencia
- ¡ Anderson ! ¿ Ya habéis regresado ?
- Si, amigo. Hace un par de días que hemos vuelto. Aparte de llamarte para saludarte, quería consultarte, como médico, algo que me tiene muy preocupado.  Y me refiero a mi mujer
- Compruebo que estás preocupado ¿ Qué la ocurre?
- No lo sé, Michael, no lo se. Necesito hablar contigo detenidamente y después deseo llevarla a tu consulta. ¿ Cuando puede ser? Ni que decir que deseo sea cuanto antes. Estoy muy inquieto
- Bien ¿ puedes venir a mi consulta ahora ?
-¡ Claro que puedo !, y te lo agradezco.   Cuanto antes... Bueno salgo para allá ahora mismo
- Pues aquí te espero.  Daré orden a Scheila de que te pase inmediatamente.

Y al cabo de quince minutos, Anderson se encontraba frente a la puerta de la consulta del doctor Michael Jenkins.  Sheila tenía órdenes del doctor de hacerle pasar en cuanto llegase, aunque tuvo que aguardar unos instantes a que saliera la paciente que se encontraba en consulta

- Anderson, muchacho ¡ cuánto tiempo hace que no te veía !
- Buenos días Michael.  Encantado de verte nuevamente. Es cierto hace mucho que no nos veíamos, y la verdad  es que lo he tenido complicado atendiendo al nuevo hotel, luego nuestra boda..., en fin, que el tiempo se ha ido entre los dedos sin darnos cuenta.
- Y bien. ¿ Cuál es esa preocupación que tienes ?
- Verás Michael, es algo complicado y difícil de entender. No se qué le ocurre a mi mujer. La mayoría de los días está deprimida. Tiene un semblante pésimo y su inseguridad , que había conseguido erradicar, ha vuelto y con nuevos bríos.  Por la menor cosa, se echa a llorar.  Francamente no sé qué hacer con ella.  Se encuentra mal del estómago, y hay veces que no retiene nada en él, y otras sin embargo devora la comida con ansia.  Yo achacaba esos cambios al lugar en donde hemos estado, a las comidas, al cansancio de no parar de acá para allá en todo el día, y luego a la diferencia horaria, pero no ha habido ningún cambio y ya llevamos tres días aquí.
- Dime una cosa ¿ ha sido siempre así ?
- No, la inseguridad siempre la ha tenido, pero al iniciar nuestra relación parecía recobrar la seguridad en si misma, y se mostraba alegre y sonriente siempre
- ¿ Dices que lo has notado de unos días acá, que llora por nada?
- Exacto ¿ por qué está deprimida?  Yo la quiero con toda mi alma.  No tenemos problemas entre nosotros de ningún tipo, y cuando digo de ningún tipo, es así ¿ me entiendes?
- Claro que te entiendo.  Soy médico. Creo que tengo una ligera idea de lo que la ocurre, pero antes he de examinarla y hacerle algunas pruebas.  No me gusta adelantar diagnósticos, aunque sea a personas de tanta confianza como vosotros.
- Michael, me estás preocupando. Haz lo que tengas que hacerle, pero, por Dios, que sea pronto. Esta incertidumbre me está matando
- Mañana tráemela a primera hora de la mañana , en ayunas. Le haré una analítica, una ecografía, le tomaré la tensión..., en fin todo muy primario de momento, hasta saber el resultado de la analítica. Que haga pis en este tarro a primera hora de la mañana, antes de venir, y lo traéis, así vamos ganando tiempo
- Pero ¿ no puedes adelantarme algo que me tranquilice?  Ella no sabe que he venido, y me cuesta  mucho fingir despreocupación, cuando la angustia me mata. Se que me dirás que es normal que de recién casados diga lo que voy a decirte, pero te aseguro que es verdad. Me enamoré de ella hace mucho, y lo que menos podía pensar, es que el destino nos uniría, pero ahora...  ya no podría vivir sin ella
- Bueno, bueno, muchacho.  No adelantes acontecimientos. Tenemos que tener calma, y averiguar lo que nos dicen los resultados de las pruebas.  Haces bien en quererla, y demostrárselo.  Eso es muy importante para las mujeres.  Mientras sabemos algo concreto, cada vez que la veas triste, abrázala fuerte, muy fuerte, que note que es lo primero en tu vida. Hádselo saber, repiteselo una y mil veces.   ¿Es celosa ?
- Un poco. Pero te aseguro que no tiene motivo para ello
- Te creo, pero cuando están deprimidas por el ... por algo, se vuelven muy sensibles y entonces se machacan la cabeza pensando en la vida que anterior a ella llevaste, y piensan que no son bonitas, se ven raras, inclusive, y creen que cuando estamos con ellas, nos acordamos de otras aventuras... En fin las mujeres son un enigma que nunca, los hombres, entenderemos. Anda ve tranquilo y tráemela mañana sin falta. Advierte a Sheila lo de la analítica y estad aquí a las ocho ¿ es muy temprano?
- No, no.  Estaremos a las ocho ¿ Cuándo sabremos algo más concreto?
- Posiblemente mañana mismo a última hora de la tarde. Analizaré yo mismo las pruebas, y os llamaré. Pero de eso ya hablaremos mañana.
- Gracias Michael.  siempre te estaré agradecido por todo lo que haces por mi familia
- Anda, anda.  Lo que siento es que no pude ayudar a tu madre todo lo que  hubiera querido. Anda, vete.  Tengo que seguir pasando consulta

Se dieron un abrazo y Anderson salió del consultorio, con más dudas, quizá, que antes de entrar.

Cuando se reunió con Adela para comer juntos, la encontró con buen semblante.  Se la veía alegre y contenta. Recibió a su marido con un beso y un abrazo, saludo normal entre ellos. Cogidos por la cintura, se encaminaron a la cafetería.  Allí mientras aguardaban a ser atendidos, Anderson planteó el tema de su visita al médico



- He pedido hora en la consulta del doctor  Jenkins. Me tienes muy preocupado y quiero que te examine
- Debías habérmelo dicho antes ¿ no crees? Estoy bien. Todo se ha debido al cambio por el viaje, pero hoy me encuentro bastante mejor. Y no te preocupes, cariño, no estoy enferma
- Yo no quiero que estés enferma, pero vamos a ir al médico. Y no se hable más de este tema, punto final

Cuando la recogió por la tarde para ir a casa, la observó con más detenimiento. En verdad parecía estar mejor.  Al menos había pasado todo el día tranquila y relajada.  Había hablado con Henry confidencialmente, para que estuviera pendiente de ella, sin que se diera cuenta, y el informe facilitado fue bueno

- ¡ Uf, menos mal ! - respiró tranquilo Anderson al colgar el teléfono después de hablar con el administrador.  Se sentía más optimista, pero sin abandonar la idea de acudir al médico.

Con antelación a la hora fijada, la pareja esperaba paciente en la sala a la que Sheila les había conducido. Michael, no tardaría en llegar, como así fue.  Después de saludar efusivamente a la pareja, procedió a atenderles en la consulta.  Le extrajo la sangre para la analítica, y Sheila se hizo cargo de la muestra de orina.

- Y bien pareja ¿ qué ocurre ?- dijo el doctor dirigiéndose principalmente a Adela
- Doctor, ya me encuentro bien, pero he pasado unos días muy rara
- Bien. Vayamos por partes. Voy hacerte una ecografía. Pasa, por favor a la sala contigua que es donde está el ecógrafo

Y así lo hicieron, y el médico examinó su vientre , del que  no apreció nada extraño, pero no así el ojo experto del doctor. Cuando terminaron, y mientras Adela se vestía, Anderson escudriñaba el rostro del médico por ver si descubría algún gesto, alguna sensación que le indicase lo que la ocurría. Pero tuvo que esperar a que Adela entrase en la consulta para saber lo que Michael opinaba

-Bien, pareja. Estad tranquilos.  Adela no tiene ninguna enfermedad  que no se pueda curar cuando hayan transcurrido nueve meses. Esto no es definitivo, quiero dejarlo claro.  Me faltan los resultados de la analítica, pero creo que estás embarazada.  De muy poquito tiempo, por lo que habremos que repetir la ecografía más adelante para precisar con exactitud de qué tiempo estás. Yo calculo que de unas  tres o quizá cuatro semanas como máximo. Repito, falta confirmarlo

- Pero doctor, no se ve nada ...- dijo Adela algo alarmada
- Vosotros no lo veis, porque como ya os he dicho estás de muy poco. No obstante os lo confirmaré esta noche, cuando tenga el resultado de los análisis de sangre y de orina.  Habrás de volver a la consulta,  dentro de un mes , más o menos.,   Voy a extenderte una receta con lo que habrás de tomar de ahora en adelante.   Es muy importante que durante los tres primeros meses no hagas esfuerzos, ni te alteres, ni hagas viajes largos.  Durante este plazo hay riesgo de aborto, con lo cual habrás de cuidar en extremo lo que hagas el día a día. En la próxima ecografía veremos si es conveniente tomar alguna medida más.
- ¡ Adela, vamos a tener un hijo ! ¿ Es que no te alegras ?- dijo Anderson extrañado ante la perplejidad de ella
- ¡ Oh, Anderson ! claro que me alegro, solo que ...  yo no ....¡ Oh Dios mio  !...



Ante la sonrisa complaciente del médico, Anderson se levantó de la butaca en la que estaba sentado y fue al lado de su mujer.  La abrazó y la beso emocionado ante la noticia, que menos esperaba. Tenia los ojos brillantes por la emoción.  Por eso no entendía la pasividad de ella.  Se despidieron del médico hasta la noche en que les confirmaría el diagnóstico.  Salieron a la calle y él la volvió  a abrazar.  Quería que ella sintiera lo enormemente feliz que esa noticia le había hecho.  Ya en casa abrazo y besó a su mujer como si fuera la primera vez. Ella comenzó a reaccionar, pero no en la forma que él esperaba

- Dime Dely ¿ no te alegras de tener ese bebe?
- Claro que me alegro, cariño.  Pero creo que no estoy preparada para ello
- Por Dios santo ¿ qué dices ?  Nadie está preparado cuando se tiene el primer hijo. Los niños no vienen con un libro de instrucciones bajo el brazo.  Ninguno de los dos lo estamos.  Ningún padre lo está, pero aprenderemos sobre la marcha. Aprenderemos juntos y juntos le atenderemos. ¿ Pero te das cuenta de la buena noticia?
- Oh Andy... no sé si voy a poder
- Claro que podrás. Estaré siempre a tu lado y entre los dos le atenderemos. No me lo puedo creer...¿Te imaginas que dentro de unos cuantos meses, tendremos una cosita pequeña y dulce corriendo a gatas por aquí?  Gracias, amor mío, me has hecho el hombre más feliz del mundo
- No se lo diremos a nadie. Prométemelo
- ¿ Por qué ?, no entiendo tus dudas
-Esperemos hasta pasar los tres meses.  Podría malograrse
- Ni se te ocurra pensar en eso.  Será una criatura fuerte, sana y preciosa.  Si alguien me hubiera dicho hace un año que hoy estaría celebrando mi paternidad, me hubiera reído en su cara, cuando ni siquiera en esa fecha pensaba en casarme
- Andy, tengo miedo




- No cariño. No tengas miedo. Todo va a ser normal y serás la mejor madre del mundo y yo el padre más consentidor de la tierra.  De ahora en adelante yo te cuidaré. Ya has oído a Michael, nada de excesos de ningún tipo ¿ me entiendes? Ni coche, ni viajes, ni disgustos..., nada de nada.
- Pero escucha, loco. No me voy a pasar todo el tiempo metida en casa o en la cama. Seguiré con mi vida normal, cuidándome, pero haciendo lo mismo que venía haciendo hasta ahora
- De acuerdo, pero con cuidado.  Hablaré con Henry para que te vigile
- No harás eso, claro que no. No le dirás nada. Confía en mi. Te aseguro que yo también quiero  ese bebé, pero dame un tiempo para hacerme a la idea. No lo esperaba y me ha sorprendido mucho, eso es todo. Cuando lo procese ... estoy contenta Andy, sólo que vas a tener que echarme una mano con el cuidado del bebe. ¿ Seré capaz de cuidarle bien?
- ¿ Qué ? No tengo la menor duda de que así será y le querrás con toda tu alma, y a mi me dejarás en un segundo plano, y yo me pondré muy celoso por ello, porque mi mujercita me dará menos besos que al bebe
-No lo dirás en serio ¿ verdad?
- Es una broma. Yo se que nos querrás a los dos, pero que estarás más pendiente de él, porque te necesita y yo estaré ahí para ayudarte y darle todo el amor que un padre debe guardar para su hijo
Pero  ¿ cómo es posible que no hubiéramos pensado en esa posibilidad en vez de pensar en que estabas enferma?  Tú debías saberlo
- No lo pensé, lo siento.  Todo lo achaqué a trastornos del viaje, nada mas. Abrázame marido. Ahora voy a necesitarte más que nunca
- Y siempre me tendrás a tu lado, de noche y de día.  Espero que no me mortifiques con los antojos

Ambos rieron abrazados.  No había ningún mal presagio en sus vidas, todo lo contrario.  El estaba muy preocupado por  Adela al pensar que pudiera haber contraído alguna enfermedad, y en silencio se reprochaba el haber elegido ese viaje de novios, y no otro más cercano y con menos riesgos.  No habían seguido las rutas normales y eso también era un mortificación para él.  Pero todo había quedado olvidado ante el anuncio del médico.  Esperaría con ansiedad a la noche y que Michael les confirmara la buena nueva del embarazo de Adela.

Por fin llegaba la noche y con ello el repiqueteo del teléfono, y fue Adela quién lo atendió

- ¿ Eres Adela ?- preguntó una voz al otro lado
- Si soy yo.  ¿ Eres Michael ?


- Exacto, soy yo, para deciros que mi diagnóstico se ha confirmado. Vas a ser madre, así que comienza a tomar lo que te mandé esta mañana y quiero verte de  nuevo de hoy en un mes, Ya he anotado en la agenda de Sheila que lo tenga presente. No faltes a ninguna de las citas que tengamos. Piensa que estás formando una vida humana en tu interior y digo bien " formando" y ha de ser fuerte y sano. Díselo a Anderson, y enhorabuena pareja. Me alegro mucho por vosotros. Si te notas algo anormal o manchases, por poco que sea , localízame inmediatamente. Si no surge nada anormal, y no tiene porque pasar, sigue con tu vida normal, sin hacer esfuerzos, pero piensa que no es una enfermedad, es un proceso de la Naturaleza. Nos vemos dentro de un mes, y cuídate. Adiós
- Adiós Michael y gracias- susurró ella con un hilo de voz
- ¿ Es Michael ? ¿ Y ?- preguntó un ansioso Anderson
- Siiiii. Vamos a tener un bebe, Andy
- Adela, mi amor -. y nuevamente se fundieron en un abrazo


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Entradas populares