No sabrían decir el tiempo que permanecieron mudos, el uno junto al otro. Arthur tomó su mano y la apretó suavemente, ella, con los ojos cerrados, no le rehuyó, pero tampoco dijo nada. El la contemplaba sin atreverse a decir nada, ni a acariciarla, sin rozar siquiera su cuerpo. En algún momento, el tiempo se detuvo, y Alexa giró la cabeza en dirección a él que la miraba sin pestañear. Le regaló una sonrisa, y entonces fue ella la que levantándose de lado, acarició su rostro y besó sus labios.
La esperanza renació en el corazón de Arthur que, despacio, acarició su rostro, respondiendo al beso. Después vino todo lo demás. ¿ Quién comenzó primero? No importaba. Lo verdaderamente importante es que estaban juntos, amándose, al menos por parte de él, y ésta vez, el ritual amoroso sí le pertenecía. Era Arthur quién acariciaba su cuerpo, quién besaba sus labios, quién la poseía nuevamente. Y pronunció su nombre, y él intensificó sus caricias. Había ganado una batalla, aunque aún estaba la guerra pendiente de solución.
Y cuando, ya calmados, ella reclinó la cabeza sobre el pecho de él y acariciaba su torso, Arhur creyó estar en un cielo azul, radiante de sol porque su amada había entrado en él y le pertenecía, esta vez si. Y veía sus ojos nublados de emoción, y se entreabrieron sus labios, y de ellos salió una palabra:
- Ayúdame
Y en esa corta palabra él comprendió que deseaba amarle con la misma intensidad que amaba a su cuñado. Y que él estaba allí, a su lado acariciando su cara, besando sus labios, mirando sus ojos y enjugando sus lágrimas. Y nunca la había amado tanto como en ese momento, corto, pero intenso en que le pertenecía en cuerpo y alma solamente a él. No cabía nada ni nadie más, sólo ellos dos. La esperanza se abrió paso a borbotones en su cabeza; la atrajo hacia sí y respondió a su petición:
- Siempre... Te ayudaré siempre, cada vez que me lo pidas, cada vez que lo desees. Siempre estaré a tu lado en la forma en que tú quieras que esté. No lo olvides nunca. Te amo ¡ tanto ! que no me importa recoger las migajas que vayas tirando para no perderte. Deseo tenerte en la forma que tu quieras y cuando tu quieras. - Estrechó más su abrazo, para que ella se sintiera segura y amada como nunca hombre alguno amase a una mujer, y ella lo percibió así, y sonriendo se quedó dormida.
Y fueron directamente a la oficina desde el cottage. No querían separarse ni un solo minuto. Sabían que todos se darían cuenta de lo que había entre ellos, pero tampoco era un secreto a voces. Lo habían imaginado desde hacía mucho tiempo, que el jefe no tenía ojos más que para Alexa. Y así tranquilamente dieron como normal, lo que era una relación nada corriente, al menos entre ellos, que eran los únicos conocedores de lo que pasaba en realidad. Sus colaboradores más inmediatos se complacían de ello y pasados unos días, todos dieron por bueno que en algún momento anunciarán su enlace.
Y la andadura del tiempo seguía lentamente. Se acercaba el cumpleaños del niño y un nuevo aniversario del fallecimiento de Ada. Nada había cambiado en Swindon ni en las vidas de su familia. A través del teléfono fue avisada de que iban a celebrar el cumpleaños de su sobrino, y a realizar un funeral en la iglesia en conmemoración del fallecimiento. Prometió asistir, obviando que posiblemente lo haría con Arthur.
Mientras comía, le anunció su intención de asistir a ambos eventos, él la escuchaba en silencio atendiendo fijamente las expresiones de su rostro mientras se lo anunciaba:
- Será un funeral por su recuerdo, los más allegados: su marido, su hijo, mis padres y sus suegros. Todo familia. Yo acudiré y me gustaría que me acompañaras, pero si no lo deseas, lo entenderé
- ¿ Crees que iba a dejarte sola ? Es el aniversario sin ella, y desde hace tiempo no les has visto. Quiero ver de primera mano, si hemos hecho "algún progreso "..., ya sabes a qué me refiero. Iré contigo
Y acudieron. Llegaron temprano a casa de sus padres, y presentó a Arthur como un "buen y querido" amigo. La madre en un aparte, la preguntó si había otro tipo de relación con ese chico tan guapo que les había presentado, aunque le vieron de pasada el día del entierro de Ada.
- De momento es un amigo, mamá. Sólo el tiempo dirá si tendremos algo más
- ¿ Te gusta, hija? Porque tengo la impresión de que él te devora con la mirada, pero tú...
-¿ Qué quieres decir ?
- Salta a la vista. Posiblemente te guste, pero no le amas. Es decir, para ti es un amigo, pero para él, tú eres algo más. ¿ Desde cuándo salís juntos?
- Mamá, ¡es mi jefe!. Trabajamos juntos desde hace tiempo
- Ya eres mayorcita para saber lo que quieres. pero si no le amas, no le des falsas esperanzas
- Él sabe muy bien lo que siento por él. No te preocupes. Estoy tratando de amarle, sólo necesito tiempo. Y ahora voy a llamar a Arnold ¿ Cómo andan las cosas por aquí?
- Mas o menos. Se ha volcado en el niño, nada más.
- Ya... - Y no dijo más. por lo que su madre se la quedó mirando, posiblemente recordando la pelea entre hermanas que mantuvieron cuando Alexa era una cria que apuntaba a la adolescencia y Ada empezaba su relación con Arnold
El móvil sonaba insistentemente. En ese momento no podía atender la llamada, pero al ver el nombre de la persona que llamaba, decidió atenderla inmediatamente:
- ¡ Alexa ! Dichosos los ojos. ¿Cuánto tiempo ha pasado? Nos has olvidado
- No, Arnold, es que he tenido mucho trabajo, pero ya he vuelto
-¿ Estás aquí ?
Si, hace un rato que hemos llegado
-¿ Hemos ?
Si. He venido con Arthur. Le viste el día del ... Bueno, le viste aunque no te dieras cuenta. Se trata de mi jefe y un buen amigo
- ¿ Tan buen amigo como para acompañarte en un acto tan familiar?
- ¿ Qué quieres decir?
- Nada en absoluto. Me extraña, solamente. Nunca has presentado a tus amigos
- Quizá porque durante un tiempo no los tenía, pero ahora es diferente
-¿Diferente en qué sentido ?
- Déjalo. Tú estás trabajando y no es algo a discutir por teléfono. Nos vemos luego.
Al cortar la comunicación, Alexa se quedó mirando al vacío, y lo mismo hizo Arnold pensativo. ¿Qué les ocurría? ¿ Por qué la conversación había sido tan fría y agria? Hacía que no se veían bastante tiempo Ella pensó que su cuñado no estaba pasando por un buen momento, era un día difícil para Arnold, y decidió pasar por alto lo ocurrido
Y se reunieron todos en el cementerio para depositar unas flores en la tumba de Ada. Pudo comprobar que tenía un ramo aún fresco , y su madre la dijo que era de Arnold, que la visitaba con frecuencia. No la extrañó; conocía lo mal que lo estaba pasando, por eso no entendía muy bien la reacción que tuvo al enterarse de que acudiría con un amigo. Y siguió pensando que se debía a la fecha.
Y celebraron el cumpleaños del pequeño. A la casa acudieron los compañeros de colegio, y alguno de los padres. Todos colaboraron un poco en ayudar a Arnold, que quiso celebrarlo en su nueva casa. Hubo un momento en que ambos coincidieron en la cocina preparando bandejas para los niños, y fue entonces cuando Arnold la preguntó por su vida en Gloucestershire
- Bien. me va bien. Tengo un buen empleo que me gusta
-¿ Y tu amigo ?
- Es mi jefe
-¿ Estás saliendo con él ? - Y Alexa, en ese momento sintió que era la hora de su revancha, y sin pensarlo más, dejó clara su postura
-¿ Si nos acostamos juntos, es eso lo que quieres saber?
- No, no era eso lo que te he preguntado. No me interesa tu vida sexual. Me preocupa tu bienestar, que nadie te haga daño. Sabes que eres como una hermana para mi. Y lo he hecho como cualquier hermano . Simplemente me he interesado en cómo te iba todo .
- Te lo agradezco, pero creo que tienes bastantes preocupaciones en tu vida para ocuparte de la mia. Tengo la suficiente edad para saber lo que quiero. Voy a llevar las bandejas, que los chiquillos esperan
-¿ Qué es lo que te pasa? No he tenido la intención de ofenderte. Pero haces bien en dejar las cosas en su sitio. Ahora sé que esa línea no debo traspasarla. Te ruego me perdones. - Y Arnold salió con los dulces para los niños, dejando a su cuñada bastante perpleja.
La esperanza renació en el corazón de Arthur que, despacio, acarició su rostro, respondiendo al beso. Después vino todo lo demás. ¿ Quién comenzó primero? No importaba. Lo verdaderamente importante es que estaban juntos, amándose, al menos por parte de él, y ésta vez, el ritual amoroso sí le pertenecía. Era Arthur quién acariciaba su cuerpo, quién besaba sus labios, quién la poseía nuevamente. Y pronunció su nombre, y él intensificó sus caricias. Había ganado una batalla, aunque aún estaba la guerra pendiente de solución.
Y cuando, ya calmados, ella reclinó la cabeza sobre el pecho de él y acariciaba su torso, Arhur creyó estar en un cielo azul, radiante de sol porque su amada había entrado en él y le pertenecía, esta vez si. Y veía sus ojos nublados de emoción, y se entreabrieron sus labios, y de ellos salió una palabra:
- Ayúdame
Y en esa corta palabra él comprendió que deseaba amarle con la misma intensidad que amaba a su cuñado. Y que él estaba allí, a su lado acariciando su cara, besando sus labios, mirando sus ojos y enjugando sus lágrimas. Y nunca la había amado tanto como en ese momento, corto, pero intenso en que le pertenecía en cuerpo y alma solamente a él. No cabía nada ni nadie más, sólo ellos dos. La esperanza se abrió paso a borbotones en su cabeza; la atrajo hacia sí y respondió a su petición:
- Siempre... Te ayudaré siempre, cada vez que me lo pidas, cada vez que lo desees. Siempre estaré a tu lado en la forma en que tú quieras que esté. No lo olvides nunca. Te amo ¡ tanto ! que no me importa recoger las migajas que vayas tirando para no perderte. Deseo tenerte en la forma que tu quieras y cuando tu quieras. - Estrechó más su abrazo, para que ella se sintiera segura y amada como nunca hombre alguno amase a una mujer, y ella lo percibió así, y sonriendo se quedó dormida.
Y fueron directamente a la oficina desde el cottage. No querían separarse ni un solo minuto. Sabían que todos se darían cuenta de lo que había entre ellos, pero tampoco era un secreto a voces. Lo habían imaginado desde hacía mucho tiempo, que el jefe no tenía ojos más que para Alexa. Y así tranquilamente dieron como normal, lo que era una relación nada corriente, al menos entre ellos, que eran los únicos conocedores de lo que pasaba en realidad. Sus colaboradores más inmediatos se complacían de ello y pasados unos días, todos dieron por bueno que en algún momento anunciarán su enlace.
Y la andadura del tiempo seguía lentamente. Se acercaba el cumpleaños del niño y un nuevo aniversario del fallecimiento de Ada. Nada había cambiado en Swindon ni en las vidas de su familia. A través del teléfono fue avisada de que iban a celebrar el cumpleaños de su sobrino, y a realizar un funeral en la iglesia en conmemoración del fallecimiento. Prometió asistir, obviando que posiblemente lo haría con Arthur.
Mientras comía, le anunció su intención de asistir a ambos eventos, él la escuchaba en silencio atendiendo fijamente las expresiones de su rostro mientras se lo anunciaba:
- Será un funeral por su recuerdo, los más allegados: su marido, su hijo, mis padres y sus suegros. Todo familia. Yo acudiré y me gustaría que me acompañaras, pero si no lo deseas, lo entenderé
- ¿ Crees que iba a dejarte sola ? Es el aniversario sin ella, y desde hace tiempo no les has visto. Quiero ver de primera mano, si hemos hecho "algún progreso "..., ya sabes a qué me refiero. Iré contigo
Y acudieron. Llegaron temprano a casa de sus padres, y presentó a Arthur como un "buen y querido" amigo. La madre en un aparte, la preguntó si había otro tipo de relación con ese chico tan guapo que les había presentado, aunque le vieron de pasada el día del entierro de Ada.
- De momento es un amigo, mamá. Sólo el tiempo dirá si tendremos algo más
- ¿ Te gusta, hija? Porque tengo la impresión de que él te devora con la mirada, pero tú...
-¿ Qué quieres decir ?
- Salta a la vista. Posiblemente te guste, pero no le amas. Es decir, para ti es un amigo, pero para él, tú eres algo más. ¿ Desde cuándo salís juntos?
- Mamá, ¡es mi jefe!. Trabajamos juntos desde hace tiempo
- Ya eres mayorcita para saber lo que quieres. pero si no le amas, no le des falsas esperanzas
- Él sabe muy bien lo que siento por él. No te preocupes. Estoy tratando de amarle, sólo necesito tiempo. Y ahora voy a llamar a Arnold ¿ Cómo andan las cosas por aquí?
- Mas o menos. Se ha volcado en el niño, nada más.
- Ya... - Y no dijo más. por lo que su madre se la quedó mirando, posiblemente recordando la pelea entre hermanas que mantuvieron cuando Alexa era una cria que apuntaba a la adolescencia y Ada empezaba su relación con Arnold
El móvil sonaba insistentemente. En ese momento no podía atender la llamada, pero al ver el nombre de la persona que llamaba, decidió atenderla inmediatamente:
- ¡ Alexa ! Dichosos los ojos. ¿Cuánto tiempo ha pasado? Nos has olvidado
- No, Arnold, es que he tenido mucho trabajo, pero ya he vuelto
-¿ Estás aquí ?
Si, hace un rato que hemos llegado
-¿ Hemos ?
Si. He venido con Arthur. Le viste el día del ... Bueno, le viste aunque no te dieras cuenta. Se trata de mi jefe y un buen amigo
- ¿ Tan buen amigo como para acompañarte en un acto tan familiar?
- ¿ Qué quieres decir?
- Nada en absoluto. Me extraña, solamente. Nunca has presentado a tus amigos
- Quizá porque durante un tiempo no los tenía, pero ahora es diferente
-¿Diferente en qué sentido ?
- Déjalo. Tú estás trabajando y no es algo a discutir por teléfono. Nos vemos luego.
Al cortar la comunicación, Alexa se quedó mirando al vacío, y lo mismo hizo Arnold pensativo. ¿Qué les ocurría? ¿ Por qué la conversación había sido tan fría y agria? Hacía que no se veían bastante tiempo Ella pensó que su cuñado no estaba pasando por un buen momento, era un día difícil para Arnold, y decidió pasar por alto lo ocurrido
Y se reunieron todos en el cementerio para depositar unas flores en la tumba de Ada. Pudo comprobar que tenía un ramo aún fresco , y su madre la dijo que era de Arnold, que la visitaba con frecuencia. No la extrañó; conocía lo mal que lo estaba pasando, por eso no entendía muy bien la reacción que tuvo al enterarse de que acudiría con un amigo. Y siguió pensando que se debía a la fecha.
Y celebraron el cumpleaños del pequeño. A la casa acudieron los compañeros de colegio, y alguno de los padres. Todos colaboraron un poco en ayudar a Arnold, que quiso celebrarlo en su nueva casa. Hubo un momento en que ambos coincidieron en la cocina preparando bandejas para los niños, y fue entonces cuando Arnold la preguntó por su vida en Gloucestershire
- Bien. me va bien. Tengo un buen empleo que me gusta
-¿ Y tu amigo ?
- Es mi jefe
-¿ Estás saliendo con él ? - Y Alexa, en ese momento sintió que era la hora de su revancha, y sin pensarlo más, dejó clara su postura
-¿ Si nos acostamos juntos, es eso lo que quieres saber?
- No, no era eso lo que te he preguntado. No me interesa tu vida sexual. Me preocupa tu bienestar, que nadie te haga daño. Sabes que eres como una hermana para mi. Y lo he hecho como cualquier hermano . Simplemente me he interesado en cómo te iba todo .
- Te lo agradezco, pero creo que tienes bastantes preocupaciones en tu vida para ocuparte de la mia. Tengo la suficiente edad para saber lo que quiero. Voy a llevar las bandejas, que los chiquillos esperan
-¿ Qué es lo que te pasa? No he tenido la intención de ofenderte. Pero haces bien en dejar las cosas en su sitio. Ahora sé que esa línea no debo traspasarla. Te ruego me perdones. - Y Arnold salió con los dulces para los niños, dejando a su cuñada bastante perpleja.
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