La decisión ya estaba tomada. Se había despedido del hotel. Había dejado su trabajo y le había costado un gran esfuerzo. Había pasado meses ejerciendo de intérprete, en un lugar agradable con unas personas agradables que la correspondían con el mismo afecto que ella sentía por todos. La víspera de su partida, decidió despedirse de Aleck. Sería difícil volverse a ver. Era un hombre muy ocupado y ella estaría a muchos kilómetros. Sentía la necesidad de verle por última vez, aunque ello la supusiera un momento difícil. Aprovechó que ya lo tenía todo preparado, y se decidió ir hasta el Ayuntamiento. Con un poco de suerte, él podría recibirla No era mucha la distancia que separaba el hotel del edificio del Consistorio. Decidió ir andando, paseando, y al mismo tiempo prepararse mentalmente para el encuentro con su alcalde
— Todo esto es ridículo. En realidad apenas nos conocemos. Le he visto en contadas ocasiones, y no entiendo la obcecación que tengo con él. De una vez por todas tengo que sacarle de mi vida. No puedo seguir así. Quizá en España, con el cambio, lo consiga. Aquí todo está muy unido, y yo estoy bastante sola, la verdad. Porque aunque salgo de vez en cuando con mis compañeros..., no es lo mismo. Echo de menos a Clara y su lógica. Se que ella me es fiel y me aconseja siempre lo que me conviene. Creo que he tomado la decisión correcta. Cuando mañana tome el avión, definitivamente deberé pasar página. Decir adiós a mis ensoñaciones de adolescente y convertirme en la mujer, que por edad, me corresponde.
— Señorita ¿ tiene cita para hoy ?— la preguntó amablemente la chica que la atendía
— Pues no
— Es que está reunido y no creo pueda atenderla
— Por favor, señorita, es muy importante. No es para pedirle nada, simplemente regreso a mi pais y quisiera despedirme de él. He trabajado en el hotel de su familia, me conoce, y sólo tardaré cinco minutos
—En ese caso... Espere un momento por favor. Hablaré con su secretaria
Al cabo de unos instantes la comunicaron que la recibiría enseguida, y hasta la puerta de su despacho fue conducida por un ujier
— Adelante, adelante querida Adela
— Todo esto es ridículo. En realidad apenas nos conocemos. Le he visto en contadas ocasiones, y no entiendo la obcecación que tengo con él. De una vez por todas tengo que sacarle de mi vida. No puedo seguir así. Quizá en España, con el cambio, lo consiga. Aquí todo está muy unido, y yo estoy bastante sola, la verdad. Porque aunque salgo de vez en cuando con mis compañeros..., no es lo mismo. Echo de menos a Clara y su lógica. Se que ella me es fiel y me aconseja siempre lo que me conviene. Creo que he tomado la decisión correcta. Cuando mañana tome el avión, definitivamente deberé pasar página. Decir adiós a mis ensoñaciones de adolescente y convertirme en la mujer, que por edad, me corresponde.
Cuando se dio cuenta, se encontraba frente a la fachada del magnífico e imponente edificio. La intimidaba un poco. Era como si se le viniera encima, engulléndola Decidida, insufló aire a sus pulmones y comenzó a subir los escalones de la fachada principal. Se dirigió al mostrador de información y allí solicitó le indicasen el despacho del alcalde
— Señorita ¿ tiene cita para hoy ?— la preguntó amablemente la chica que la atendía
— Pues no
— Es que está reunido y no creo pueda atenderla
— Por favor, señorita, es muy importante. No es para pedirle nada, simplemente regreso a mi pais y quisiera despedirme de él. He trabajado en el hotel de su familia, me conoce, y sólo tardaré cinco minutos
—En ese caso... Espere un momento por favor. Hablaré con su secretaria
Al cabo de unos instantes la comunicaron que la recibiría enseguida, y hasta la puerta de su despacho fue conducida por un ujier
— Adelante, adelante querida Adela
Aleck salió a su encuentro tendiéndole la mano y con una amplia sonrisa en su rostro
-—Creí que no podrías recibirme. Quería despedirme de ti, ya que mañana regreso a España definitivamente
— ¿ No piensas volver más por aquí?
— Es curioso como suceden las cosas. ¡ Quién nos iba a decir que terminaríamos siendo amigos, después de la forma en que nos conocimos !
— Si, tienes razón. Aquella fue una tarde mágica para mi
— Mi hermano ha estado en Madrid, no hace mucho. La verdad no sé por donde anda ahora. Estuvo por Mali, y a su vuelta volvió a pasar por Madrid. Creo que ahora está en Estados Unidos. ¡Qué vida lleva! Yo no podría soportar semejante ajetreo, y sin embargo él está encantado de la vida
— No sabía que estaba de regreso. Quedó en llamarme alguna vez, pero sin duda se le ha olvidado. Si tienes oportunidad de hablar con él, dile que le mando un saludo
— No creas, yo directamente tampoco hablo muy a menudo. La información me llega a través de mis padres
— Bueno Aleck, no te entretengo más. Se que tienes mucho trabajo. Quería despedirme de ti, pero ahora debo irme. Ya sabes... , los detalles de última hora.
— Claro, claro. Me ha encantado que lo hicieras. Sabes que te aprecio mucho. No pierdas el contacto con nosotros, aunque supongo que con los chicos del hotel hablarás de vez en cuando
— Así es. Les tomé cariño y Stella me ha prometido pasar sus vacaciones en España, así que seguramente las disfrutaremos juntas. Bueno... adiós Aleck. Os deseo tanto a Maureen como a tí lo mejor del mundo
— Igualmente Adela. Ha sido un verdadero placer conocerte. Y vuelve algún día a visitarnos
Se dieron dos besos en las mejillas, y Adela salió del despacho.
Mientras se preparaban para tomar tierra en Barajas, pensaba en lo rápido que sucedían todas las cosas. Miró su reloj y se trasladó con la imaginación hasta Escocia
-—Ayer a estas horas estaba en el Ayuntamiento, y hoy a cientos de kilómetros de distancia. De verdad deseo ardientemente pasar página. Tengo que pensar detenidamente lo qué hacer con mi vida. ¿Comenzar una carrera? Pero ¿ cuál ? La verdad es que no me apetece iniciar ninguna. En lo que menos pienso ahora es en estudiar. Pero algo tengo que hacer... En fin, ya veré. Estar con mis padres. Tengo enormes ganas de abrazarles, les quiero mucho. ¿ Me acostumbraré a vivir nuevamente bajo su protección ? No lo creo. Pero de primeras, no me quedará otro remedio, mientras me organizo.
Pensando, pensando, no se daba cuenta de que el avión estaba aterrizando. Miró por la ventanilla y el paisaje conocido del aeropuerto la hizo sonreír. Estaba en casa , y su estancia en Escocia, le parecía ahora como si hubiera ocurrido hacía una eternidad.
Fotografía Internet
-—Ayer a estas horas estaba en el Ayuntamiento, y hoy a cientos de kilómetros de distancia. De verdad deseo ardientemente pasar página. Tengo que pensar detenidamente lo qué hacer con mi vida. ¿Comenzar una carrera? Pero ¿ cuál ? La verdad es que no me apetece iniciar ninguna. En lo que menos pienso ahora es en estudiar. Pero algo tengo que hacer... En fin, ya veré. Estar con mis padres. Tengo enormes ganas de abrazarles, les quiero mucho. ¿ Me acostumbraré a vivir nuevamente bajo su protección ? No lo creo. Pero de primeras, no me quedará otro remedio, mientras me organizo.
Pensando, pensando, no se daba cuenta de que el avión estaba aterrizando. Miró por la ventanilla y el paisaje conocido del aeropuerto la hizo sonreír. Estaba en casa , y su estancia en Escocia, le parecía ahora como si hubiera ocurrido hacía una eternidad.
Recogió el equipaje de la cinta y salió presurosa para encontrarse con sus padres. Necesitaba sentir el abrazo tierno y seguro de su madre. En los momentos de zozobra, la había echado mucho de menos. Siempre se había compenetrado más con ella que con su padre. Quizá porque mamá comprendía mejor las fantasías de su mente. No en vano, quienes les conocían comentaban que se parecían muchísimo. Estaba emocionada, y cuando se abrazó a ellos, no pudo reprimir que alguna lagrimilla se escapara de sus ojos. Se abrazó a los dos al mismo tiempo. Llegaron hasta el coche que les llevaría hasta su casa. Un sin cesar de preguntas, sin a penas responder alguna, porque todo quería resumirlo en una frase: "Os echaba de menos. Echaba de menos Madrid". Es todo lo que obtuvieron de ella. No tenía ánimos para más. Quizá con esa respuesta se quedaran convencidos
Mientras comían, ella les relataba las experiencias vividas en su trabajo. Mostraba su satisfacción por la tarea que había desempeñado, por la cantidad de gentes que había conocido, aunque ninguna la resultaba extraña, ya que todos habían sido españoles. Conocía a la perfección su carácter, por tanto no tuvo ningún problema en su trato con ellos. Habló de sus compañeros y de su intervención en la campaña de Aleck. Sus padres la escuchaban con atención, y se sorprendió cuando la madre la formuló una pregunta que la dejó, por un momento, algo cortada:
—¿ No has conocido a algún muchacho que te gustase ?
—Pues... La verdad es que si. Conocí a dos, uno me gustaba más que el otro, pero no llegó a nada— ¿ Por qué ? Eres muy guapa y simpática
— ¡ Ay mamá ! Soy tu hija y me ves como lo mejor del mundo, pero la realidad es otra
— Cuéntame ¿ qué paso ?
— Es muy sencillo. Simplemente no cuajó
— Pero ¿ por qué ?
— Mujer, no la atosigues. ¿ No ves que no quiere decir nada?
— No te preocupes papá. No pasa nada. Mamá , el que verdaderamente me gustaba, estaba casado y el otro podía ser mi padre, así que ya lo sabes
— Pero... ¿ Ningún otro muchachote de aquellas tierras te robó el corazón ?
— No ninguno. Además no tenía tiempo de nada. El trabajo me llevaba muchas horas
— Bueno, eres muy joven. Te llegará el amor cuando menos lo esperes
— O quizá no he nacido para enamorarme. Pudiera ser que mi destino fuera la soltería— dijo riéndose, medio en broma, pero un deje de amargura se reflejó en su rostro que no pasó inadvertido a la madre
— Creo que ya está bien la charla. La sobremesa se ha prolongado mucho. Déjala, mujer. Quizá le apetezca echarse un rato y descansar
— Si creo que has tenido una buena idea, papá. Tengo que organizar mi equipaje. Os he traído un regalo. Voy por el
Estaba deseosa de terminar la conversación con su madre. Temía que, de seguir el interrogatorio, la habilidad materna, la hiciera confesar su obsesión por Aleck, y eso lo quería guardar para ella sola. Tenía la excusa perfecta para cortar la conversación. Fue a por los regalos, y con eso, de momento, pasaría a otra cosa.
Después de que sus padres agradecieran los obsequios, se retiró a su habitación. Permanecía igual como ella la recordaba. Era una estancia de una soñadora jovencita, cuando partió para el internado, y ha vuelto convertida en toda una mujer, con una profunda herida en sus sentimientos. Tumbada en la cama, miraba al techo y con la imaginación hizo un repaso a su primer viaje, y el disgusto que la supuso tener que residir fuera de España. No hacía tanto tiempo de aquello, pero su vida cambió radicalmente a partir de la excursión que realizaron al Lago, cuando le conoció.
-—Pasado un tiempo no muy largo, cada uno sumergido en su quehacer diario, nadie hablará de mi. Nadie comentará mi estancia con ellos, no me echarán de menos. Quizá dos o tres días, a lo sumo, pero en realidad, nadie hablará de mi cuando ya no esté. No he dejado ninguna huella en sus vidas, sin embargo yo si les echaré de menos. ¿ Qué haré ahora ? Lo primero veré a Clara. Cuando comprenda que ya ha llegado, la llamaré. Si no tiene compromiso, saldremos el fin de semana a cualquier sitio. Tengo ganas de hablar con ella y darle un abrazo. Aunque sé de qué versará nuestra conversación. Posiblemente me regañe... A veces parece mi madre, más que mi amiga. Pero a ella puedo abrirla mi corazón, me comprende, y me apoya
Lentamente sus ojos se fueron entornando y se sumergió en un sueño en el que vió a Nessy, el Lago, y.. el rostro siempre amable de Aleck. Pero había alguien más a quién no identificaba. Su rostro estaba como en una bruma, pero charlaba con esa persona y hasta le reprochaba algo que no entendía. Solo veía que sus labios se movían y la miraban fijamente unos ojos impenetrables. Unos golpes suaves en la puerta, la despertó de su extraño sueño, que inmediatamente olvidó.
— Adela, hija... despierta. Ya es de noche. Te he dejado dormir mucho. Me temo que esta noche vas a estar desvelada. ¿ Por qué no te levantas ?
— Si mamá. Ahora mismo voy. Estaba profundamente dormida, hasta he soñado, algo muy raro, pero casi ni me acuerdo. ¡ Oh, Dios mío, aún no he llamado a Clara ! Me va a echar una bronca tremenda
Y de un brinco, saltó de la cama y buscó su teléfono. Llamaría a su amiga, antes de cenar
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