Una mañana, Vicky, recibió una carta de su agente, que a su vez era un antiguo cliente de Clive y, éste recomendó a la muchacha para que se hiciera cargo de su carrera literaria. En la misiva la comunicaba que había llevado su creación a una editorial y parecía que estaban interesados en la edición de la novela. Contenta reía y daba grititos. Un Luis alarmado y somnoliento, acudió hasta la sala en donde su esposa estaba celebrando ¿ qué ?
- ¡ Lo van a publicar, cariño, lo van a publicar !
- ¿ Es cierto ?
- Mira, aquí tengo la carta en que Leonard, el agente, me lo comunica. Harán una pequeña tirada a ver cómo funciona y, en breve, me enviarán un ejemplar a ver si estoy conforme con la portada y contraportada. Estoy muy, muy contenta - decía abrazada a su marido
- Me alegro mucho, mi cielo. Ya verás que tendrás mucho éxito. La historia es muy bonita e increíble. Dentro de nada seré el marido de una celebridad
- Pero siempre serás mi marido, un importante cirujano cardíaco de este país - rieron a dúo bailando un vals, calmados, dado el estado de buena esperanza de Vicky.
Y recibió el libro que la pareció precioso. Enseguida llamó a sus padres para comunicarles la próxima publicación de su relato, llenando a los O´Connor de satisfacción.
- Cuídate preciosa - la dijo su padre - tienes que hacerlo por mi nieto
- Pronto sabremos si es nieto o nieta, papá
- Me parece mentira que aquella preciosa muñeca rubia que me miraba con curiosidad, vaya a convertirse en madre. El tiempo ha pasado rápido, pero pienso disfrutar de ese pequeñín todo lo que me sea posible. Os quiero, os quiero muchísimo a los tres. . .
- Nosotros también papá y, somos muy felices. Hemos creado una familia y esperamos con ilusión la llegada de nuestro hijo. Luis está entusiasmado: me mima, me cuida como si fuera de cristal. . .
- Cuida a mi niña por mi, porque has sido muy importante en mi, en nuestra vida, y eres especial. Como especial es Philip y Rachel. Tengo una familia fabulosa. ¿ Sabes ? a pesar de todo no cambiaría nada de lo vivido, porque al final siempre está la misma persona : tu madre. Ella ha sido una recompensa de Dios
- Papá, me vas a emocionar. ¿ No está mamá ? quiero decírselo
- No, no está ha ido al gimnasio. En cuanto llegue la diré que te llame.
La presentación de la novela tuvo lugar en Madrid. Vicky hubiera querido hacerlo en Irlanda, que es el lugar de desarrollo de la acción, pero ante su avanzado embarazo, decidieron hacerlo en España y más adelante lo presentarían en Dublin, en cuanto el bebé estuviera en condiciones de viajar.
A la presentación sólo pudieron acudir Brendan e Iris, aparte como es natural de Luis y su familia. La sala estaba llena de gente, puesto que la publicidad hecha del relato había sido un buen reclamo para ello. Causó mucha emoción la entrada de Vicky, entre los asistentes, casi a punto de parir. Sus padres la miraban con infinita ternura, pero sin comentar en absoluto que ellos eran los protagonistas de aquel libro. Fue todo un éxito. Era una bella historia de dos generaciones de irlandeses. Recordemos que la historia finalizaba cuando Philip llegó al mundo; omitió la parte espinosa de la separación . Quizá más adelante escribiera sobre la nueva generación que estaba presta a llegar a este mundo.
La editorial lanzó la novela con buen soporte de publicidad y aguardó hasta que estuviera en condiciones de hacerlo en Irlanda. Allí esperaban una buena acogida, puesto que se desarrollaba entre Irlanda y España. Philip y Rachel desempeñaban su trabajo en el emporio con eficiencia y profesionalidad. Seguían viviendo su particular luna de miel. Tenían complicidad y eran muy felices. Se estaban planteando no demorar el tener familia. . . les habían dado envidia Luis y Vicky. Lo habían hablado y su pensamiento de demorar al menos un año en convertirse en padres, había quedado aparcado. Rachel quería ser madre ya y Philip, un poco remiso, terminó por aceptar. Y poco tiempo después Rachel quedaba embarazada.
Un fin de semana la joven pareja se dirigieron a la mansión O´Connor, en donde habían ido a pasar unos días Brendan e Iris. Iban con frecuencia; los recuerdos eran, ahora, agradables y estaban a gusto en aquel entorno idílico. Brendan poco a poco había ido delegando en su hijo y, sólo acudía a la oficina de vez en cuando y en reuniones de la junta directiva. El resto del tiempo lo empleaba en estar con su mujer, viajaban juntos a cualquier lugar, ó simplemente se quedaban en casa, pero siempre juntos. Siempre tenían cosas de las que hablar, especialmente de sus hijos. En algunas ocasiones callaban, simplemente se acurrucaban uno junto al otro. No necesitaban palabras para expresar lo que sentían, se compenetraban perfectamente.
Tocando el cláxon con fuerza, Philip llamó la atención para que abrieran la puerta de la mansión. Paul , el empleado de toda la vida , le abrió con alegría
- Buenos días señor Philip
- ¡ Pero Paul ! me has visto nacer . . .
- Pero el respeto, es el respeto - le respondió haciendo reir al jóven
-¿ Dónde están mis padres , en la biblioteca ?
- Si, allí están
- Vamos Rachel, ven cielo
La pareja se dirigió al lugar que Paul les había indicado y con un alegre saludo se plantaron delante de sus padres que tranquilos leian
- ¡ Buenos días, buenos días !
- ¡ Rachel, Philip ! ¿ cómo vosotros por aquí ?
- Papá, mamá venimos a daros una magnífica noticia: ¡vamos a ser padres !
- ¡ Vaya ! ¡ os habéis "picado !
- ¡ Brendan ! - dijo ruborizada Rachel
- No hija mía - la dijo - no te dé rubor. Es el regalo más maravilloso que nos podíais hacer. Ven y dame un abrazo - Iris, emocionada les abrazó también, al tiempo que les decía
- Rachel, cariño, ¿ Te encuentras bien ? ¡ Sois tan jóvenes !
- Si Iris, toda va bien. . . excepto las náuseas que me matan
- No te preocupes, reina. Son los tres primeros meses, luego se calman. ¿ De cuánto estás?
- De seis semanas, pero ya está confirmado.
- ¿ Tú padre lo sabe?
- Si se lo he dicho anoche, cuando el médico me confirmó el embarazo y está como loco
- Nos habéis hecho viejos sin darnos cuenta. Hace apenas pocos años, éramos unos gamberros declarados, y ya nos ves, estamos a punto de convertirnos en abuelos - dijo Brendan con nostalgia
Pero fue una alegría enorme para todos. Clive les llamó esa tarde para comentar la noticia. Estaban pletóricos. El matrimonio O´Connor, habían decidido trasladarse a vivir durante una temporada a Madrid. Vicky estaba fuera de cuentas y no querían perderse el nacimiento de su primera nieta, porque sí, sería una niña.
- Luis, Luis. . . Despierta, mi amor, que ya está aquí
- No te pongas nerviosa. Todo está bajo control
- Tú eres el que está nervioso
- ¡ No estoy nervioso, estaba dormido !
- Oh Dios mio ! - Vicky exhaló un gritito
- ¿ Qué te pasa ?
- Me duele, me duele. . .
- ¿ Cada cuánto tiempo ?
- Cada cinco minutos. . .
- Vamos, vamos, rápido ¿ Lo tienes todo dispuesto ?
- Si, pero debes tranquilizarte ¡ Eres médico, por Dios !
- Si, pero se trata de mi hija, caray . . .
Luis nervioso conducía el coche que les llevaría hasta la clínica en la que vendría al mundo una descendiente de los O´Connor. Les estaban esperando, puesto que él les había llamado para que todo estuviera dispuesto; después avisó al resto de la familia. Los nuevos abuelos, de una y otra parte, llegaron casi al mismo tiempo, ya que la clínica estaba cercana a sus domicilios.
Cuando llegaron, ya estaban en la sala de partos. Luis estaría a su lado y recibirían juntos a su primera hija. Brendan nervioso, estaba emocionado de estar esperando a su nieta. No tuvo ocasión de recibir a su primera hija, por los motivos que todos conocemos, y no pudo evitar el recordar el modo en que se enteró de que era padre de aquella niña que ahora estaba dando a luz.
La impaciencia les hacía consultar una y otra vez el reloj; la espera se hacía interminable, pero la Naturaleza marcaba sus tiempos. Por fin, ya entrada la tarde, la puerta de la sala de partos se abrió y un Luis emocionado, con lágrimas en los ojos apareció portando entre sus brazos una preciosa muñeca, sonrosada y preciosa: había nacido Estela. Ese sería el nombre que le pondrían en homenaje a su bisabuela, principio de su historia.
Brendan abrazado a su mujer, contemplaba emocionado aquella pequeña nueva vida. Otra rama de su árbol. Iris no podía articular palabra y, las lágrimas resbalaban por sus mejillas suavemente. La madre y abuela de Luis, también emocionadas se abrazaron y los cuatro se fundieron en un sólo abrazo rodeando al padre y a la pequeña recién nacida.
- Vicky ¿ cómo está, cómo ha ido todo ? - preguntó Brendan
- Bien, está bien. Cansada pero muy contenta y feliz
- ¿ Y tú ? cómo estás - preguntó a Luis
- Brendan, es la experiencia más maravillosa que he vivido. Debería estar acostumbrado a ello, pues en el hospital lo ves todos los días, pero... Se trata de mi mujer y mi hija y, es algo muy, muy especial. Dentro de un rato la llevarán a planta. Estad tranquilos todo ha ido muy bien.
Brendan llamó por teléfono a una floristería encargando un gran centro de rosas. Deseaba que cuando Vicky subiera a la habitación encontrara las flores y un osito de peluche, que fuera el primer regalo para su nietecita. Las dos primerizas abuelas, cogidas de las manos se abrazaban y emocionadas reían, deseando que subieran pronto a la habitación tanto a la madre como a la niña. Estaban muy felices de ver a sus hijos tan entusiasmados. Llamaron a Philip y Rachel para anunciarles que ya eran tíos, y el joven matrimonio se mostró encantado. A Rachel se la empezaba a notar su incipiente tripita y la joven con la sensibilidad a flor de piel debido a su estado, comenzó a llorar de emoción y alegría. Al cabo de unos meses, ella también tendría en sus brazos a su primer hijo.
- ¿ Qué te ocurre, hija ? - alarmado preguntó Brendan
- Nada, que estoy muy contenta y emocionada
- Me habías asustado. . . Cuídate mucho. Os quiero y díselo a Philip, por favor
- No te preocupes, Brendan lo haré ahora mismo y a mi padre también
- ¿ Cómo está mi buen Clive ?
- ¡ Enamorado ! Mildred le ha vuelto loco. Hasta parece que ha rejuvenecido
- Me alegro. Dale recuerdos. Le veré cuando regresemos. Un abrazo y cuídate mucho
Al cabo de una media hora, Vicky fué subida a la habitación y un rato después, la niña.
Estaba cansada, pero feliz. Fue rodeada por toda su familia la besaban y le hacían preguntas, Cuando las mujeres terminaron su interrogatorio, con Luis a un lado de la cama y Brendan a otro, éste la besó en la frente y la dijo
- ¡Mi niña preciosa ha sido madre, me ha hecho abuelo!. Gracias, tesoro, porque he podido vivir la emoción más sublime. Me has convertido en abuelo, nada más y nada menos. Te quiero, siempre te he querido, te presentía aún sin saber que aquella muñeca rubia que me miraba sonriendo siempre, llevaba mi sangre y era mi niña, mi niña preciosa.
No pudiendo contener su emoción, ocultó su rostro acariciando el de Vicky. Iris se dio cuenta de su emoción y acercándose a él reclinó su cabeza sobre la de Brendan estrechando sus hombros con infinito cariño
- Perdóname, cariño, por haberte privado de ello. No fue mi culpa, ya lo sabes
- Ya lo sé Iris, ya lo sé, ya no importa. Estamos aquí, hemos llegado hasta aquí y estamos juntos, con nuestros hijos y ya somos abuelos. Un nuevo nudo que une nuestras vidas para siempre.- Luis emocionado escuchaba mirando a su mujer y besando su frente. ¡ Cuánto amor había en aquellas vidas ! a pesar de todo lo ocurrido. Él deseaba un amor así . Viajaban muy a menudo hasta Madrid; ahora tenían un nuevo motivo : su nieta. Una muñeca preciosa que se criaba sana y con mucho apetito, saciado por el pecho de su madre. Pero una emoción nueva les aguardaba con la llegada de otro bebé a sus vidas.
Con prisas, impaciente por llegar al mundo llegó la otra nueva vida. Estaba en la oficina, había ido a buscar a Philip ya que ella en los últimos meses de embarazo se había tomado unas vacaciones . Los primeros síntomas los notó mientras aguardaba a que Philip terminase de hablar con un cliente.
- ¡ Dios mio !- dijo mirando a la secretaria de su marido que estaba junto a ella
- Señora ¿ está bien ?
- No, creo . . He de ir al lavabo inmediatamente
- Avisaré a su esposo, Siéntese aquí que estará más cómoda
Philip fué avisado y, desencajado salió del despacho y corrió hacia donde estaba Rachel. La cogió de las manos, la besaba y nervioso no sabía qué hacer
- Philip, por Dios, llévame al hospital. Estoy muy asustada, He roto aguas y me duele mucho
- Cariño, ya voy - pero asustado como estaba no hacía más que dar vueltas
- Por favor, céntrate, ten calma y actúa - La secretaria les miraba sin saber qué hacer. Ella , por ser soltera, nunca había presenciado el principio de un parto y se asustaba al ver a los protagonistas tan inquietos. Al fin Philip reaccionó y salieron rápidamente rumbo al hospital
Una vez reconocida por el ginecólogo que la iba a tender les dijeron que había tiempo de sobra, que estuvieran tranquilos que todo venía bien. Procedieron a monitorizarla El parto había comenzado. Los dolores eran más frecuentes y Rachel pedía la epidural. Nunca había sentidos unos dolores tan fuertes que no le daban tregua.
Brendan e Iris se habían trasladado a Dublin esperando la inminente llegada del nuevo nieto que ésta vez era chico. Avisados pòr Philip, se personaron en el hospital para acompañarles. Clive llegó cuando Rachel estaba dando a luz. Le tuvieron que avisar al juzgado en pleno juicio; en cuanto se vio libre acudió junto a su hija. Mildred ya estaba allí. Llegó nervioso y emocionado. Cuando vió a los O'Connor se abrazó a Brendan; ahora tenían un motivo más que les unía, no sólo el matrimonio de sus respectivos hijos, sino con la llegada de ese nieto, de ese nuevo descendiente O´Connor.
Una vez más se cumplió el ritual y un nervioso, emocionado y asustado Philip apareció llevando en brazos a su hijo. Un O´Connor robusto y moreno como su padre. Esta vez la sangre latina quiso hacerse presente. Una Rachel sonriente y feliz, fué subida a la habitación en planta preguntando por su bebé
- Espera un poco, cariño. Están revisando al bebé. Pronto estará entre nosotros - la dijo Philip
- Ya eres cabeza de familia, hijo mio. Nos has dado un nuevo miembro . Enhorabuena- dijo Brendan a su hijo abrazándole emocionado
- Ven aquí, chico- dijo Clive rescatando a Philip de los brazos de su padre
Como ocurriera en el anterior nacimiento , todos estaban felices y la nueva madre comentaba con Iris y Mildred la experiencia que había tenido. De la floristería, al igual que hiciera con Vicky, Brendan encargo un gran ramo de rosas y de nuevo otro osito de peluche hizo sonreir a la nueva madre agradecida
- Es increible lo mal que se pasa y en cuanto te ponen a la criatura sobre tu vientre, en ese preciso momento, se te olvida todo. . . ¿ No os parece que es precioso?
- Es precioso, hija-dijo Iris.- Por cierto Rachel, debes comunicarlo a tu madre, para ella también será una alegría muy grande
- Si, lo haré dentro de un rato. Tienes razón
La relación de Rachel con su madre hacía tiempo que era distante y fría, pero no dejaba de ser su madre. Desde la separación se veían menos ya que la culpaba de todo lo ocurrido con su padre. La llamaría cuando todos se fueran y estuvieran solos Philip y ella.
Al igual que su prima Estela, el bebé se criaba perfectamente con alimentación materna en los primeros meses de vida. Le bautizaron con el nombre de Clive. Rachel, pasados seis meses del alumbramiento se incorporó a su trabajo, compaginando su rol de madre y ejecutiva. Contaba con la ayuda de Philip, que estaba encantado con su papel de padre.
Habían pasado varios meses y Vicky decidió que era hora de hacer la presentación en Dublín de su libro. Sería a principios de verano. Todo estaba ultimado para ello y hacia la capital celta se dirigieron los tres miembros de la familia. Como ocurriera en Madrid, a nadie confesaron que los protagonistas de la historia estaban presentes en la sala con dos nuevos descendientes de la dinastía O´Connor y, al igual que en Madrid, fué todo un éxito. Firmó infinidad de ejemplares que en la librería solicitaban quienes iban a conocerla. Todos estaban emocionados con la historia creyendo que era una novela simplemente, ignorando que fué realidad todo lo narrado.
Cansados, pero felices durmieron esa noche en la casa de Brendan e Iris. Les era más cómodo que desplazarse hasta la mansión. Después de atender a Estela comentaron las incidencias y el éxito alcanzado. Era la primera de una serie de narraciones que le harían popular.
En una habitación contigua, el matrimonio O´Connor comentaba todos los acontecimientos ocurridos en sus vidas en tan corto espacio de tiempo. Como siempre, abrazados, Brendan besó a su mujer y la dijo
- Cielo, la vida a pesar de todo ha sido generosa con nosotros. Quizá fuese el precio que teníamos que pagar por conseguir la inmensa felicidad de la que ahora disfrutamos. Vamos envejeciendo juntos y sin a penas darnos cuenta, nuestros chiquillos han crecido y nos han hecho abuelos ¿ te das cuenta ?
- Si mi amor, claro que me doy cuenta. Has cumplido plenamente tu promesa " pase lo que pase estaré siempre cerca de ti. Aunque estuviera en el fin del mundo, si me necesitas acudiré " . Me las dijiste el día del entierro del padrino y nunca has faltado a tu palabra, ni en los momentos más delicados que hayamos podido vivir.
- No sabes lo que representas para mí. Lo eres todo. . .
- Ya lo sé, ya lo sé. Ahora durmamos, con tantas emociones estoy cansada, aunque siempre tengo un ratito para dedicárselo a mi marido- Brendan rió al ver la mirada picarona con que su mujer había pronunciado las últimas palabras.
Nada alteraba sus vidas. Los niños fueron creciendo normalmente. Vicky se hizo una buena escritora, célebre y con muy buenos ingresos. Luis se hizo cirujano cardíaco y alcanzó gran renombre en su profesión. Philip y Rachel dirigían con mano firme el emporio familiar que consiguieron aumentar. Clive y Mildred vivian juntos y felices. Se veian a menudo con el matrimonio O´Connor. Acudían a cenar fuera de casa, al teatro, en vacaciones viajaban juntos... Lo que se dice unas vidas normales y armónicas.
Vicky escribió, pasado el tiempo, una segunda parte de la historia, pero ésta fue totalmente de su invención. No quería que lo ocurrido en la vida real trascendiera fuera del ámbito familiar. La nueva obra fue muy aplaudida por sus seguidores alentados sin duda por el éxito de la primera parte. Y, nuevamente el triunfo le sonrió.
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