Hacía un día precioso y el sol entraba a raudales por el ventanal del salón. Se asomó para contemplar el limpio cielo azul. Miró a ver si había alguna nube que empañase la limpieza del firmamento y, de momento, no se veía ninguna. ¡ Claro que en Irlanda nunca se sabe; en un sólo día pueden pasar las cuatro estaciones del año! Pero hoy parecía que el tiempo se había detenido en el verano. Ciara dejó de tejer la labor que tenía entre manos, se quitó las gafas y frotó sus ojos por unos instantes.
--Necesito ir a graduarme, con estas gafas no veo bien y se me cansan mucho los ojos.
—Cómo han pasado los años, Dios mío !
Pensó y perdió la mirada en el vacío evocando mil vivencias pasadas. Celine entró en la habitación llevando en su mano el periódico que acababa de comprar en el kiosco de la esquina de casa. También había comprado una revista de labores que le había encargado la señora y otra de las llamadas del corazón: Hello. Recordó cómo cuando era una adolescente esperaba al día de la semana, que casi siempre era el jueves, para comprarla y empaparse de todas las aventuras de los actores de Hollywood. Entonces costaba una libra y a su corta economía de adolescente le suponía no tener más que para viajar en el Subway para ir a clase o a la casa de cualquier amiga. Abrió el periódico por el final; no entendía cómo tenía esa costumbre desde siempre. Al llegar a la primera página detuvo su mirada en la fotografía y el artículo remarcado en un lado:
" Anoche falleció en su domicilio de Dublín, el prestigioso abogado Aidan O'Leary. El fallecimiento se produjo por un infarto agudo de miocardio. Cuando las asistencias médicas acudieron, ya era demasiado tarde. Deja viuda y dos hijos. El sepelio será mañana a primera hora, desde el tanatorio hasta el panteón familiar en el cementerio de Mount Jerome. . Nuestras más sentidas condolencias a la familia.....
No quiso seguir leyendo más. Era una glosa de la trayectoria brillante que había tenido desde que se hizo cargo del despacho de su padre, otro abogado muy prestigioso dentro de su gremio.. Lentamente dejó el periódico sobre la mesa, al tiempo que sus ojos despedían una luz a punto de convertirse en lágrimas. Le vino a su memoria aquella ya lejana niñez en la que había conocido a Aidan .
LOS RECUERDOS
Vivía con sus padres en Limerick. Eran muy populares entre los vecinos ya que su padre era médico de cabecera y ginecólogo, por lo que la mayoría de los niños de la vecindad habían venido al mundo ayudados por sus manos. Era el doctor Flanagan, querido y respetado por todos. El domicilio era una vivienda amplia con cinco habitaciones No pudo entrar en un hospital estatal por no tener recomendaciones, Sus ingresos no eran fijos y, además escasos. Para remediar la situación económica de la familia, planteó a su mujer, la necesidad de habilitar un par de habitaciones para montar una consulta. Ella aceptó la idea que les permitiría pagar con mas desahogo el alquiler de la vivienda. Era un magnífico ginecólogo, pero ejercería además de médico de cabecera y así tendría más pacientes y más ingresos. Frente a la vivienda había un pequeño colegio que coloquialmente era denominado como el de la señorita Lorraine, que era una maestra de más que mediana edad y además la directora del colegio. Allí a la edad de cinco años Ciara empezó su aprendizaje. El colegio era mixto, algo extraño en aquella época, pero también laico, por la apertura de mentes de la directora y maestra..
Y de esta manera se conocieron Aidan y ella. El chico vivía algo mas lejos del colegio y todos los días le recogía una muchacha del servicio que sus padres tenían Era un corto trayecto el que Aidan y Ciara hacían juntos, apenas de tres minutos: daban la vuelta a la manzana, pero ellos se reían con las bromas que la muchacha les gastaba.. La niña esperaba en la esquina de la calle la llegada de él para después dirigirse a la entrada de la escuela.
Cuando contaban siete años, cada padre decidió que ese colegio era insuficiente , de manera que Aidan terminó en uno católico para chicos y Ciara comenzó sus estudios en otro para chicas, también de esa misma religión. Esto supuso un gran disgusto para ellos que ya no podrían verse a diario como hasta entonces, pero aún les quedaba el parque, el único en todo el barrio, y allí acudían los niños a jugar, y, los domingos, en que ambos a iban a oír misa, a la misma iglesia del barrio
Y así lentamente, poco a poco iban corriendo los años. Ambos hicieron el bachillerato . A la edad de dieciocho tuvieron que separarse, ya que Aidan iría a estudiar la carrera de Derecho a Dublin. Como los ingresos del doctor Flanagan no daban para tanto aconsejó a su hija que se hiciera enfermera ya que no podía costearle la universidad, y ella aceptó y en tres años consiguió su título y ayudaba a su padre en la consulta. Pero ella quería ser médico.
—Imposible, niña. Y bien que me duele tener que negarte esa oportunidad, pero ya sabes que mi consulta es pobre. Las libras que me pagan al mes por estar asociados a mi iguala y las veinticinco de algún parto, no dan para tanto. Hija mía, te aconsejo que busques algún trabajo en alguna sociedad médica y con lo que ganes te pagues las clases de Matrona si es que quieres hacer algo semejante a lo mío; otra cosa no puedo hacer.
—Papá, has tenido una buena idea. Me acercaré a solicitar plaza en ese hospital tan grande que han abierto . ¿ Quién sabe? A lo mejor tengo suerte y encuentro un puesto aunque sea para hacer las camas de los enfermos.
Y dicho, hecho y conseguido. Cada mañana tomaba un autobús que la dejaba algo lejos del hospital y desde allí andando acudía a su trabajo. Allí mismo comenzó su aprendizaje de comadrona. Al cabo de tres años tenía su título y podría, de momento, ayudar en los partos hasta que pasado un tiempo hubiera adquirido puntos y práctica para ejercerlo ella misma.
" Anoche falleció en su domicilio de Dublín, el prestigioso abogado Aidan O'Leary. El fallecimiento se produjo por un infarto agudo de miocardio. Cuando las asistencias médicas acudieron, ya era demasiado tarde. Deja viuda y dos hijos. El sepelio será mañana a primera hora, desde el tanatorio hasta el panteón familiar en el cementerio de Mount Jerome. . Nuestras más sentidas condolencias a la familia.....
No quiso seguir leyendo más. Era una glosa de la trayectoria brillante que había tenido desde que se hizo cargo del despacho de su padre, otro abogado muy prestigioso dentro de su gremio.. Lentamente dejó el periódico sobre la mesa, al tiempo que sus ojos despedían una luz a punto de convertirse en lágrimas. Le vino a su memoria aquella ya lejana niñez en la que había conocido a Aidan .
Vivía con sus padres en Limerick. Eran muy populares entre los vecinos ya que su padre era médico de cabecera y ginecólogo, por lo que la mayoría de los niños de la vecindad habían venido al mundo ayudados por sus manos. Era el doctor Flanagan, querido y respetado por todos. El domicilio era una vivienda amplia con cinco habitaciones No pudo entrar en un hospital estatal por no tener recomendaciones, Sus ingresos no eran fijos y, además escasos. Para remediar la situación económica de la familia, planteó a su mujer, la necesidad de habilitar un par de habitaciones para montar una consulta. Ella aceptó la idea que les permitiría pagar con mas desahogo el alquiler de la vivienda. Era un magnífico ginecólogo, pero ejercería además de médico de cabecera y así tendría más pacientes y más ingresos. Frente a la vivienda había un pequeño colegio que coloquialmente era denominado como el de la señorita Lorraine, que era una maestra de más que mediana edad y además la directora del colegio. Allí a la edad de cinco años Ciara empezó su aprendizaje. El colegio era mixto, algo extraño en aquella época, pero también laico, por la apertura de mentes de la directora y maestra..
Y de esta manera se conocieron Aidan y ella. El chico vivía algo mas lejos del colegio y todos los días le recogía una muchacha del servicio que sus padres tenían Era un corto trayecto el que Aidan y Ciara hacían juntos, apenas de tres minutos: daban la vuelta a la manzana, pero ellos se reían con las bromas que la muchacha les gastaba.. La niña esperaba en la esquina de la calle la llegada de él para después dirigirse a la entrada de la escuela.
Cuando contaban siete años, cada padre decidió que ese colegio era insuficiente , de manera que Aidan terminó en uno católico para chicos y Ciara comenzó sus estudios en otro para chicas, también de esa misma religión. Esto supuso un gran disgusto para ellos que ya no podrían verse a diario como hasta entonces, pero aún les quedaba el parque, el único en todo el barrio, y allí acudían los niños a jugar, y, los domingos, en que ambos a iban a oír misa, a la misma iglesia del barrio
Y así lentamente, poco a poco iban corriendo los años. Ambos hicieron el bachillerato . A la edad de dieciocho tuvieron que separarse, ya que Aidan iría a estudiar la carrera de Derecho a Dublin. Como los ingresos del doctor Flanagan no daban para tanto aconsejó a su hija que se hiciera enfermera ya que no podía costearle la universidad, y ella aceptó y en tres años consiguió su título y ayudaba a su padre en la consulta. Pero ella quería ser médico.
—Imposible, niña. Y bien que me duele tener que negarte esa oportunidad, pero ya sabes que mi consulta es pobre. Las libras que me pagan al mes por estar asociados a mi iguala y las veinticinco de algún parto, no dan para tanto. Hija mía, te aconsejo que busques algún trabajo en alguna sociedad médica y con lo que ganes te pagues las clases de Matrona si es que quieres hacer algo semejante a lo mío; otra cosa no puedo hacer.
—Papá, has tenido una buena idea. Me acercaré a solicitar plaza en ese hospital tan grande que han abierto . ¿ Quién sabe? A lo mejor tengo suerte y encuentro un puesto aunque sea para hacer las camas de los enfermos.
Y dicho, hecho y conseguido. Cada mañana tomaba un autobús que la dejaba algo lejos del hospital y desde allí andando acudía a su trabajo. Allí mismo comenzó su aprendizaje de comadrona. Al cabo de tres años tenía su título y podría, de momento, ayudar en los partos hasta que pasado un tiempo hubiera adquirido puntos y práctica para ejercerlo ella misma.
RESERVADOS DERECHOS DE AUTOR / COPYRIGHT
Autora: rosaf9494quer
Edición: Diciembre de 2016
Ilustraciones: Internet
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