Transcurrieron tres meses, hasta que Patrick pudo llamar a Melissa para quedar con ella, en una comida en la que ambos explicaran todo lo vivido desde que se separaron. Ella aceptó y se verían al día siguiente en un restaurante cercano al lugar donde ella vivía. Nada más y nada menos que uno de los barrios más elitistas de Londres: Mayfair.
Y Melissa narró, en ese encuentro, todo lo vivido, desde su ruptura. Estaba desorientada, enferma y para colmo él la había dejado. Tenía que reconocer que en un principio no creyó la razón que Patrick le dio para su separación, y sólo un tiempo después, conoció la verdad. Pero ya era demasiado tarde; él se había casado y ella estaba a punto de hacerlo.
Conoció a Thomas Perkins, un día que, por llover a cántaros, entró en la pizzería donde ella trabajaba. No le prestó atención; solamente le preguntó lo que iba a tomar. Pero las visitas al establecimineto se hicieron frecuentes, hasta que, al fin, un día, pudo entablar conversación con ella a su salida del trabajo. Resultó ser un hombre de negocios, de mediana edad, que había quedado impresionado por el rostro pálido y siempre triste de ella. Melissa necesitaba echar fuera toda la tristeza que sentía. Se acordaba de Patrick . Después de un cierto tiempo de su relación extraña con Perkins, éste la pidió casarse con él. Ella se le quedó mirndo como si no hubiera escuchado bien
- ¿ Cómo dices ?
- Cásate conmigo. Tu estás sola, yo estoy solo. No tengo edad para romances de jóvenes, pero si te daría estabilidad económica y vital. Eres una mujer preciosa que me cautivó en cuanto te vi, y francamente no entiendo cómo andas por la vida sin pareja.
Y Melissa, abrió su corazón y relató su vida con Patrick hasta su separación. Le dijo el motivo de ello, aunque no estaba convencida de que fuera la verdad. Thomas la escuchaba en silencio. Conocía el desprecio que sentía la familia de Patrick por ser una muchacha de clase humilde. No dijo nada, pero esa noche cuando se despidieron, ya estaban prometidos. Y en la cabeza del hombre, comenzó a fraguarse un desquite. Nadie volvería a hacerla de menos, y muy al contrario sería una mujer respetada por todos.
Al llegar a este punto, Melissa se detuvo, bebió un sorbo de agua, y tomando la mano de Patrick, le dijo:
-Deseo avisarte, porque aunque nunca te has llevado bien con tus padres, he de advertirte que están a punto de arruinarse. Al fin y al cabo, se trata de tu padre, y aunque conmigo no se portaron bien, ésto que voy a contarte, es por ti, no por ellos. Ha jugado en bolsa y ha perdido casi todo el dinero empleado. Las pérdidas son tan fuertes, que están a punto de embargarle la empresa, ya que se jugo sus acciones. No sé qué es lo que se puede hacer, pero creo que debía advertirte.
Patrick se quedó callado sorprendido por la confidencia de ella, y aunque no lo lamentaba, tampoco se alegraba de la noticia que acababa de saber. Ella siguió narrando su vida con Thomas, que es feliz a su lado, porque le da amor y paz, y a él debe el haber tenido un maravilloso hijo: Tommy. Le quiere, aunque no etá enamorada de él, algo que sabe perfectamente, pero se conforma con tenerla a su lado y dejarse amar.
Cuando se despidieron sabían que sería la última vez que se verían. Fue Thomas quién averiguó que la explicación de Patrick para su alejamiento era verdad y que lo hizo para su curación, bajo la presión del padre, y fue entonces, cuando Melissa fue capaz de perdonarle.
Ahora, ambos, vivían felices con unos matrimonios que les habían dado paz y amor, y lo que pasó entre ellos, permanecerá en sus vidas, pero serán sólo vivencias.. Cuando llegó a casa, Aisling le preguntó por la comida, y el besando su frente la dijo:
- Sentémonos. Te lo explicaré todo - Y paso a paso narro a su mujer lo hablado entre ellos, y la preocupación que tenía referente a la situación de su padre-. Lamento que al final de sus días se vean en la ruina, pero por otro lado, creo que es en pago a lo mal enfocada que ha estado su vida, primando los intereses más que el cariño. Trataré de ayudarles en todo lo que pueda
-Haces bien, Patrick. El que hayan sido egoístas, no te hace dejar de ser su hijo. Pero habrás de tener tacto cuando hables con ellos, porque al ser tan orgullosos, es posible que te lo nieguen todo ¿Ha sido cosa del marido de Melissa?
- No me extrañaría nada que así fuera. Hablaré con él, a ver si puedo llegar a un acuerdo y que no trascienda nada-. Y así lo hizo. Llamó al número que le dio Melissa y solicitó una entrevista con el señor Perkins.
La entrevista le fue concedida por el marido de Melissa. Por ella sabía del comportamiento del escritor y el motivo por el que rompió, y por ello no tuvo ningún inconveniente en hablar abiertamente con él.
- Lamento que la situación nos halla puesto a los dos frente a frente, pero, la que hoy es mi mujer, sufrió mucho a cuenta del desprecio de su familia, y conozco perfectamente el motivo de ello. Me encargué personalmente de averiguarlo, y he sabido toda la verdad. Lamento que las cosas sean así, pero creo que debía un escarmiento a algo que parece ser habitual en su familia. Y me vino a la mano, comprando todas las acciones de su empresa, así que ahora soy el propietario, y lo primero que haré, será plantarle en la calle. Se que es duro y cruel, y que se lo estoy diciendo a su hijo, pero no se puede ir por la vida depreciando a las personas porque no hayan tenido las mismas posibilidades de una educación.
- Créame que lo comprendo, pero se trata de mis padres, y sé que el verse en esa situación les mataría. Yo no quiero cargar sobre mi conciencia ese peso. Vivo feliz con mi mujer y mi hija, y si no hiciera algo por ellos, no podría vivir tranquilo. No tengo el capital necesario para cubrir su deuda, pero al menos creo que podría comprarle la casa, si me da alguna facilidad para pagarla. Me empiezan a ir bien las cosas, pero carezco de esa cantidad de dinero.
- Está bien. En miramiento a usted y a su familia, le daré el plazo que me pide para comprar la casa en la que viven, pero lo hago por usted, porque a pesar de todo, es un buen hijo, aunque trataron de amargarle la vida.. No perderán su casa, si de mi depende. No busco dinero, señor Durham, sino escarmiento. Pero ni usted ni su familia, merecen pasar estrecheces por ellos. Quédese tranquilo y tenga, las escrituras de la casa. Yo no la quiero. Considérelo como pago de lo que hizo por mi mujer cuando estuvo enferma, sacrificándose por su curación. Es usted un buen hombre y merece vivir tranquilo.
-No señor Perkins, quiero pagárselo; lo único que pido son facilidades para amortizarlo.
- No se hable más Patrick. Es mi decisión. Y ahora sellemos nuestro acuerdo con un whisky
Cuando salió de la entrevista, no podía creérselo. Aún hay gente generosa y buena por el mundo.
Y Melissa narró, en ese encuentro, todo lo vivido, desde su ruptura. Estaba desorientada, enferma y para colmo él la había dejado. Tenía que reconocer que en un principio no creyó la razón que Patrick le dio para su separación, y sólo un tiempo después, conoció la verdad. Pero ya era demasiado tarde; él se había casado y ella estaba a punto de hacerlo.
Conoció a Thomas Perkins, un día que, por llover a cántaros, entró en la pizzería donde ella trabajaba. No le prestó atención; solamente le preguntó lo que iba a tomar. Pero las visitas al establecimineto se hicieron frecuentes, hasta que, al fin, un día, pudo entablar conversación con ella a su salida del trabajo. Resultó ser un hombre de negocios, de mediana edad, que había quedado impresionado por el rostro pálido y siempre triste de ella. Melissa necesitaba echar fuera toda la tristeza que sentía. Se acordaba de Patrick . Después de un cierto tiempo de su relación extraña con Perkins, éste la pidió casarse con él. Ella se le quedó mirndo como si no hubiera escuchado bien
- ¿ Cómo dices ?
- Cásate conmigo. Tu estás sola, yo estoy solo. No tengo edad para romances de jóvenes, pero si te daría estabilidad económica y vital. Eres una mujer preciosa que me cautivó en cuanto te vi, y francamente no entiendo cómo andas por la vida sin pareja.
Y Melissa, abrió su corazón y relató su vida con Patrick hasta su separación. Le dijo el motivo de ello, aunque no estaba convencida de que fuera la verdad. Thomas la escuchaba en silencio. Conocía el desprecio que sentía la familia de Patrick por ser una muchacha de clase humilde. No dijo nada, pero esa noche cuando se despidieron, ya estaban prometidos. Y en la cabeza del hombre, comenzó a fraguarse un desquite. Nadie volvería a hacerla de menos, y muy al contrario sería una mujer respetada por todos.
Al llegar a este punto, Melissa se detuvo, bebió un sorbo de agua, y tomando la mano de Patrick, le dijo:
-Deseo avisarte, porque aunque nunca te has llevado bien con tus padres, he de advertirte que están a punto de arruinarse. Al fin y al cabo, se trata de tu padre, y aunque conmigo no se portaron bien, ésto que voy a contarte, es por ti, no por ellos. Ha jugado en bolsa y ha perdido casi todo el dinero empleado. Las pérdidas son tan fuertes, que están a punto de embargarle la empresa, ya que se jugo sus acciones. No sé qué es lo que se puede hacer, pero creo que debía advertirte.
Patrick se quedó callado sorprendido por la confidencia de ella, y aunque no lo lamentaba, tampoco se alegraba de la noticia que acababa de saber. Ella siguió narrando su vida con Thomas, que es feliz a su lado, porque le da amor y paz, y a él debe el haber tenido un maravilloso hijo: Tommy. Le quiere, aunque no etá enamorada de él, algo que sabe perfectamente, pero se conforma con tenerla a su lado y dejarse amar.
Cuando se despidieron sabían que sería la última vez que se verían. Fue Thomas quién averiguó que la explicación de Patrick para su alejamiento era verdad y que lo hizo para su curación, bajo la presión del padre, y fue entonces, cuando Melissa fue capaz de perdonarle.
Ahora, ambos, vivían felices con unos matrimonios que les habían dado paz y amor, y lo que pasó entre ellos, permanecerá en sus vidas, pero serán sólo vivencias.. Cuando llegó a casa, Aisling le preguntó por la comida, y el besando su frente la dijo:
- Sentémonos. Te lo explicaré todo - Y paso a paso narro a su mujer lo hablado entre ellos, y la preocupación que tenía referente a la situación de su padre-. Lamento que al final de sus días se vean en la ruina, pero por otro lado, creo que es en pago a lo mal enfocada que ha estado su vida, primando los intereses más que el cariño. Trataré de ayudarles en todo lo que pueda
-Haces bien, Patrick. El que hayan sido egoístas, no te hace dejar de ser su hijo. Pero habrás de tener tacto cuando hables con ellos, porque al ser tan orgullosos, es posible que te lo nieguen todo ¿Ha sido cosa del marido de Melissa?
- No me extrañaría nada que así fuera. Hablaré con él, a ver si puedo llegar a un acuerdo y que no trascienda nada-. Y así lo hizo. Llamó al número que le dio Melissa y solicitó una entrevista con el señor Perkins.
La entrevista le fue concedida por el marido de Melissa. Por ella sabía del comportamiento del escritor y el motivo por el que rompió, y por ello no tuvo ningún inconveniente en hablar abiertamente con él.
- Lamento que la situación nos halla puesto a los dos frente a frente, pero, la que hoy es mi mujer, sufrió mucho a cuenta del desprecio de su familia, y conozco perfectamente el motivo de ello. Me encargué personalmente de averiguarlo, y he sabido toda la verdad. Lamento que las cosas sean así, pero creo que debía un escarmiento a algo que parece ser habitual en su familia. Y me vino a la mano, comprando todas las acciones de su empresa, así que ahora soy el propietario, y lo primero que haré, será plantarle en la calle. Se que es duro y cruel, y que se lo estoy diciendo a su hijo, pero no se puede ir por la vida depreciando a las personas porque no hayan tenido las mismas posibilidades de una educación.
- Créame que lo comprendo, pero se trata de mis padres, y sé que el verse en esa situación les mataría. Yo no quiero cargar sobre mi conciencia ese peso. Vivo feliz con mi mujer y mi hija, y si no hiciera algo por ellos, no podría vivir tranquilo. No tengo el capital necesario para cubrir su deuda, pero al menos creo que podría comprarle la casa, si me da alguna facilidad para pagarla. Me empiezan a ir bien las cosas, pero carezco de esa cantidad de dinero.
- Está bien. En miramiento a usted y a su familia, le daré el plazo que me pide para comprar la casa en la que viven, pero lo hago por usted, porque a pesar de todo, es un buen hijo, aunque trataron de amargarle la vida.. No perderán su casa, si de mi depende. No busco dinero, señor Durham, sino escarmiento. Pero ni usted ni su familia, merecen pasar estrecheces por ellos. Quédese tranquilo y tenga, las escrituras de la casa. Yo no la quiero. Considérelo como pago de lo que hizo por mi mujer cuando estuvo enferma, sacrificándose por su curación. Es usted un buen hombre y merece vivir tranquilo.
-No señor Perkins, quiero pagárselo; lo único que pido son facilidades para amortizarlo.
- No se hable más Patrick. Es mi decisión. Y ahora sellemos nuestro acuerdo con un whisky
Cuando salió de la entrevista, no podía creérselo. Aún hay gente generosa y buena por el mundo.
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