Ambos se quedaron mirándose sin saber qué decir. La mano de Keira reposaba en la cabeza de Stella. Ella pemanecía abrazada a sus piernas y su padre dirigía su mirada de una a otra, sin saber muy bien qué es lo que ella, hacía allí. Keira sabía que debía dar una explicación, pero todo lo que pudo decir es que la echaba de menos y tenía necesidad de verla., El tendió la mano a su hija. Tenía que regresar al hospital, pero dirigiéndose a Keira, dijo:
-¿ Quieres que te deje en algún sitio ?
- No es necesario, gracias. He de ver a Felicity; tiene que darme mis referencias. Las necesito para trabajar
- Vuelve a casa -, y por primera vez sus miradas fueron elocuentes.- Es todo lo que dijo. Ella le miró en silencio,¿ La estaba pidiendo disculpas , o simplemente estaba desbordado por la situación? prosiguió mientras se dirigían al coche:
- Tu recomendación no ha dado resultado.Es la segunda vez que me llaman para que venga a recogerla. No para de llorar. Te ruego reconsideres lo ocurrido
- ¿ Que reconsidere lo ocurrido ? ¿ Yo ?
- Si, tu.
- Yo no fui la que me despedí. Creo que merezco una disculpa y una explicación
- Te fuiste inmediatamente
- ¿ Qué querías que hiciera? No me diste opción a nada
- Está claro que la niña te echa de menos. Y no hay nada que no haga por ella. Por eso te pido que vuelvas, o mejor cásate conmigo
- ¿Que has dicho ? Verdaderamente has perdido el juicio
- ¿ Por qué ? ¿ Porque te he pedido que nos casemos?
- Porque vives entre dos mundos y en ninguno de ellos hay cabida para mi
- No sé a qué te refieres
- Déjalo. Necesito mis referencias. Sólo eso
- Por favor, por favor. Discúlpame. Si es eso lo que quieres, ea, ya lo he dicho. Lo siento
Ella se echó a reir. La situación era de lo más cómica. Estaban en medio de la calle. Él, vestido con un pijama verde. La niña les mantenía unidos, tomados de sus manos cada uno a un lado. Y ella pensando en la petición que acababa de hacerle, y entonces ocurrió, Antes de que lo pensara dtjo:
- Está bien, acepto. Casémonos
- ¿ Lo dices en serio ?
-¿ Tengo pinta de gastar una broma?
- Bien -. Y adelantándose hacia ella, tomó su cara entre las manos besándola de repente.
Su corazón latia a ritmo vertiginoso ¿ En serio había aceptado casarse con él ? Sabía que no la quería, es más, a veces la ignoraba. Y ahora estaba dispuesta a compartir su vida con alguien que añoraba a su esposa muerta, que difícilmente tendrían relaciones sexuales, que simplemente sería una tutora sin derecho a voz ni a voto. Debía rectificar y decir que era simplemente una broma, pero es que no lo era. Su corazón había hablado, pero era su cabeza la que ahora reaccionaba.
El la tomó de la mano y la condujo hasta el coche. En su rostro apareció una sonrisa que más parecía una mueca. Seguro que se retracta. Estas cosas no se deciden en cinco minutos como quién se compra unos zapatos. Aún suponiendo que todo fuera bien, estaba la niña y debían ir con pies de plomo para no causarle más daño. Se la veia contenta, pero ¿ y el padre ? No se mostraba muy alegre. Posiblemente pensara que no iba a aceptar. recordó los viajes que hacía a no se sabia donde en el aniversario de la muerte de su mujer. ¿Estaba dispuesta a compartir su vida con una difunta? Porque la imagen de ella era muy poderosa, y mientras Aidan O'Reilly pensara en ella, no tendría la más mínima oportunidad.
Se paró en seco en mitad de la acera pensando en algo que justificase esa decisión tan repentina. El extrañado, también se paró y la interrogaba con la miada
- ¿ Qué pasa ? - la dijo
- No te habrás tomado en serio lo de casarnos
- Pues si. Me lo he tomado muy en serio
- Oye..., creo que mejor tomo un taxi Como puedes comprender no lo dije en serio
-¿ Te estás riendo de mi
-No se me ocurriría. Mira, creo que debemos dejar esta conversación. de lo contrario terminaremos discutiendo. Lo lamento; ha sido una broma pesada. Perdóname
- Te lo he dicho en serio. Sería la solución perfecta
- Sobretodo para ti ¿ verdad?. Porque yo sería el hazme reir de todos. "Se casa con una mujer sin dejar de pensar en otra"
-Eso no le importa a nadie. Tienes razón, era una broma. ¿ Vienes ?
- No. Otro día veré a Felicity
- Pues... que te vaya bien
Y eso fue todo, ni un apretón de manos, ni nada para mejorar la situación bastante tirante entre ellos. Pareciera que se había mejorado hasta que ella confesó que había sido una broma. No debió aceptar tan rápido, pero ya estaba dicho y hecho. De nuevo irían por distintos caminos. Les vio entrar en el coche del médico, mientras Stella lloraba y la tendía sus manos. No pudo ver más . Las lágrimas nublaron su vista
- Pero¿ qué demonios me pasa? Me he enamorado de alguien que ni me ve. Me he encariñado con su hija y además pretende que me case con él porque la niña tenga un sucedáneo de mamá. Céntrate , haz el favor. Es un disparate de principio a fin. Sigue tu camino, ya se te pasará.
Llegó a la parada de un autobús, que ni siquiera sabía si era el que debiera tomar para ir hasta su casa y se dio cuenta de que O'Reilly tenía la facultad de trastornar toda su vida, y que le iba a ser muy difícil borrar de su memoria la escena que acababa de presenciar. En el fondo sentía infinita tristeza por él; joven, en buena posición laboral y económica, con una hija adorable, pero totalmente desgraciado, atrapado en un recuerdo del que no intentaba pasar página.
No se volvieron a ver. Cada uno de ellos hacía su vida normal. Aidan seguía con sus ritos, con sus ausencias y veía crecer a su hija, que no terminaba ni de encajar en el colegio ni admitir A Moira como futura mamá.
-¿ Quieres que te deje en algún sitio ?
- No es necesario, gracias. He de ver a Felicity; tiene que darme mis referencias. Las necesito para trabajar
- Vuelve a casa -, y por primera vez sus miradas fueron elocuentes.- Es todo lo que dijo. Ella le miró en silencio,¿ La estaba pidiendo disculpas , o simplemente estaba desbordado por la situación? prosiguió mientras se dirigían al coche:
- Tu recomendación no ha dado resultado.Es la segunda vez que me llaman para que venga a recogerla. No para de llorar. Te ruego reconsideres lo ocurrido
- ¿ Que reconsidere lo ocurrido ? ¿ Yo ?
- Si, tu.
- Yo no fui la que me despedí. Creo que merezco una disculpa y una explicación
- Te fuiste inmediatamente
- ¿ Qué querías que hiciera? No me diste opción a nada
- Está claro que la niña te echa de menos. Y no hay nada que no haga por ella. Por eso te pido que vuelvas, o mejor cásate conmigo
- ¿Que has dicho ? Verdaderamente has perdido el juicio
- ¿ Por qué ? ¿ Porque te he pedido que nos casemos?
- Porque vives entre dos mundos y en ninguno de ellos hay cabida para mi
- No sé a qué te refieres
- Déjalo. Necesito mis referencias. Sólo eso
- Por favor, por favor. Discúlpame. Si es eso lo que quieres, ea, ya lo he dicho. Lo siento
Ella se echó a reir. La situación era de lo más cómica. Estaban en medio de la calle. Él, vestido con un pijama verde. La niña les mantenía unidos, tomados de sus manos cada uno a un lado. Y ella pensando en la petición que acababa de hacerle, y entonces ocurrió, Antes de que lo pensara dtjo:
- Está bien, acepto. Casémonos
- ¿ Lo dices en serio ?
-¿ Tengo pinta de gastar una broma?
- Bien -. Y adelantándose hacia ella, tomó su cara entre las manos besándola de repente.
Su corazón latia a ritmo vertiginoso ¿ En serio había aceptado casarse con él ? Sabía que no la quería, es más, a veces la ignoraba. Y ahora estaba dispuesta a compartir su vida con alguien que añoraba a su esposa muerta, que difícilmente tendrían relaciones sexuales, que simplemente sería una tutora sin derecho a voz ni a voto. Debía rectificar y decir que era simplemente una broma, pero es que no lo era. Su corazón había hablado, pero era su cabeza la que ahora reaccionaba.
El la tomó de la mano y la condujo hasta el coche. En su rostro apareció una sonrisa que más parecía una mueca. Seguro que se retracta. Estas cosas no se deciden en cinco minutos como quién se compra unos zapatos. Aún suponiendo que todo fuera bien, estaba la niña y debían ir con pies de plomo para no causarle más daño. Se la veia contenta, pero ¿ y el padre ? No se mostraba muy alegre. Posiblemente pensara que no iba a aceptar. recordó los viajes que hacía a no se sabia donde en el aniversario de la muerte de su mujer. ¿Estaba dispuesta a compartir su vida con una difunta? Porque la imagen de ella era muy poderosa, y mientras Aidan O'Reilly pensara en ella, no tendría la más mínima oportunidad.
Se paró en seco en mitad de la acera pensando en algo que justificase esa decisión tan repentina. El extrañado, también se paró y la interrogaba con la miada
- ¿ Qué pasa ? - la dijo
- No te habrás tomado en serio lo de casarnos
- Pues si. Me lo he tomado muy en serio
- Oye..., creo que mejor tomo un taxi Como puedes comprender no lo dije en serio
-¿ Te estás riendo de mi
-No se me ocurriría. Mira, creo que debemos dejar esta conversación. de lo contrario terminaremos discutiendo. Lo lamento; ha sido una broma pesada. Perdóname
- Te lo he dicho en serio. Sería la solución perfecta
- Sobretodo para ti ¿ verdad?. Porque yo sería el hazme reir de todos. "Se casa con una mujer sin dejar de pensar en otra"
-Eso no le importa a nadie. Tienes razón, era una broma. ¿ Vienes ?
- No. Otro día veré a Felicity
- Pues... que te vaya bien
Y eso fue todo, ni un apretón de manos, ni nada para mejorar la situación bastante tirante entre ellos. Pareciera que se había mejorado hasta que ella confesó que había sido una broma. No debió aceptar tan rápido, pero ya estaba dicho y hecho. De nuevo irían por distintos caminos. Les vio entrar en el coche del médico, mientras Stella lloraba y la tendía sus manos. No pudo ver más . Las lágrimas nublaron su vista
- Pero¿ qué demonios me pasa? Me he enamorado de alguien que ni me ve. Me he encariñado con su hija y además pretende que me case con él porque la niña tenga un sucedáneo de mamá. Céntrate , haz el favor. Es un disparate de principio a fin. Sigue tu camino, ya se te pasará.
Llegó a la parada de un autobús, que ni siquiera sabía si era el que debiera tomar para ir hasta su casa y se dio cuenta de que O'Reilly tenía la facultad de trastornar toda su vida, y que le iba a ser muy difícil borrar de su memoria la escena que acababa de presenciar. En el fondo sentía infinita tristeza por él; joven, en buena posición laboral y económica, con una hija adorable, pero totalmente desgraciado, atrapado en un recuerdo del que no intentaba pasar página.
No se volvieron a ver. Cada uno de ellos hacía su vida normal. Aidan seguía con sus ritos, con sus ausencias y veía crecer a su hija, que no terminaba ni de encajar en el colegio ni admitir A Moira como futura mamá.
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