sábado, 28 de enero de 2017

Keira y el Dr. O'Reilly - Capítulo 11 - La presentación

Ya todo estaba listo para su unión matrimonial. Sólo faltaban algunos pequeños detalles, como la presentación oficial a los padres de su primera mujer. Seguía en contacto con ellos después de la tragedia, y esos abuelos, disfrutaban de su nieta, aunque Keira nunca supo ese contacto.  Muchas veces le habían aconsejado lo que ahora estaba a punto de hacer

- La niña necesita a alguien que haga las veces de madre. Debes hacerlo, por ella. Ya, por desgracia, nada puede hacerse por volverla a la vida, pero tú eres muy joven y tu hija está bastante sola, aunque le dediques todo el tiempo que tienes libre.- Le había aconsejado su suegra, y por fin hoy les llevaría a la mujer que había elegido para que Stella tuviera la representación de una madre.

Les había hablado de ella, aunque en el plano de tutora, pero ahora la conocerían en otro papel, que por fuerza para ellos no sería algo fácil.  Aidan creyó que era justo que la conocieran antes de unirse a ella, ya que seguirían en contacto y la pequeña sguiría pasando algún fin de semana con ellos, sobretodo cuando O'Reilly se ausentara a la cabaña del bosque.



Se lo anunció la víspera de ocurrir, algo que ni siquiera Keira imaginaba. Iba a ser examinada con ,lupa por la madre de su anterior esposa, y esa situación la ponía nerviosa.  No les conocía de nada, ni siquiera sabía de su existencia ¿ cuántos secretos guardará este hombre?  Un hombre que en cuestión de días se iba a convertir en un sucedáneo de marido, con miles de  traumas en su vida y Keira usada como terapia de choque. Pero ¿ y ella ? ¿Podría soportar esa situación: convivir con él y seguir siendo como una empleada, pero sin otro derecho, ni a protestar,  puesto que ya sabía en qué condiciones se casaba.?  ¿Soportaría él la presencia de otra mujer en su vida, conviviendo a diario, durmiendo a diez metros uno de otro y no tener ningún encuentro romántico? ¿ Los tendría fuera del hogar ?, en ese caso ¿ qué hacía ella ahí esperando anhelante, al menos una caricia?

A medida que se acercaba la fecha, los nervios y la preocupación la invadían.  Su mejor amigo, James, la aconsejaba constantemente que lo pensara cuando aún tenía tiempo. Iba a atar su vida a alguien que no la quería, ¿ sólo por compasión ?  James, de sobra sabía que no era así, que ella había corrido ese riesgo con vistas en que en algún momento, él dejara su aislamiento y la correspondiera con su amor en la misma medida que ella.

Molly y Arthur les esperaban impacientes y nerviosos, no sólo porque iban a disfrutar de su nieta, sino porque iban a conocer a la mujer que debería ocupar el sitio de su hija.  Molly la observaría hasta el último detalle de su comportamiento; además de Stella, estaba Aidan,  que merecía organizar su vida  volver a recuperar la felicidad, o cuanto más,  vivir en paz consigo mismo.



Keira se puso su vestido más elegante y se arreglo un poco más de lo acostumbrado, pero tampoco en exceso.  Quería ser ella misma, como la verían en lo sucesivo.  Estaba muy nerviosa y preocupada, aguardando el momento en que Aidan de la mano de Stella, pasasen a recogerla para acudir a la cita en casa de sus suegros. Sabía que era un trámite que tenía que cumplir, pero estaba inquieta. Sabía que sufriría un examen a conciencia,  que nadie la diría si lo había aprobado y con qué nota.  Todo era muy confuso y extrañamente anormal.  Poca gente se casa en las condiciones que ella lo haría, dándolo todo y sin esperar nada de nada.

Al fin, Aidan detuvo el coche ante la fachada de una casa señorial, y eso ya la intimidó bastante.  Se trataba de gente adinerada, y pensó que no sabía nada del hombre al que iba a unirse para toda la vida. No habían hablado nunca de su familia ni de la de ella.  No sabía lo que le gustaba y lo que detestaba, ni siquiera sabía si era inglés, si tenía hermanos. No sabía absolutamente nada.  Dedujo que era huérfano, puesto que lo lógico hubiera sido presentarla a sus padres antes que a sus suegros.  Su cabeza era un carrusel que giraba, giraba sin cesar sin poder aclararse.

Alguien abrió la puerta que saludó efusivamene a Aidan, por lo que dedujo que le conocían bien.

- Al menos eso si me lo ha comentado, hace cinco minutos, es cierto, pero hay miles de cosas que deseo saber  e ignoro..

A su encuentro salió el matrimonio.  Pareja de unos sesenta años,  bien parecidos, con porte elegante y gestos refinados, lo que aún la inquietó más. No tenía porqué tener complejos, ella también tenía su estilo y educación.  Una carrera pequeña, pero carrera al fin y al cabo. No se iba a casar con una cualquiera.


Mientras Stella jugueteaba con el gatito de la abuela, ésta observaba con detenimiento a Keira, Arthur charlaba animadamente con Aidan de sus respectivos trabajos y Keira, no intervenía en nada, sólo tomaba su té para aliviar un poco la tensión que sentía.  Tras un largo silencio entre las dos mujeres, Molly, dirigiéndose a ella, dijo:

- Ven, querida, voy a enseñarte mi jardín. Estoy muy orgullosa de él. Me inicié en la floricultura no hace mucho, pero una amiga me descubrió sus secretos y paso largas horas cuidando el invernadero.

Salieron juntas y Keira sabía que era una excusa para quedarse a solas con ella. Estaba deseando  que terminara la visita.  Se ponía muy nerviosa en presencia de aquellas personas y con esa situación. Escudriñaban cualquier gesto, cualquier mirada, todo era examinado.  Y por fín ya en el jardín Molly comenzó a hablar.

- Me alegro que Aidan nos haya presentado.  Se que vuestro matrimonio no es muy usual, pero debe orgnizar la vida y dejar atrás el pasado que por desgracia no tiene vuelta atrás. No sé si él está enamorado de ti, ni si os queréis, o si os impulsa cualquier otro motivo. Pero he visto la carita de mi nieta cuando te mira y la sonrisa de Aidan cundo se dirige a ti.  Y ahora te ruego seas sincera conmigo  ¿tú le amas?

Keira dudaba un momento en responder, pero pensó,  que aunque a ella no debería importarle, conocía los motivos por los que la preguntaba y decidio que lo mejor sería hablar abiertamente con la verdad por delante

- Señora...
- Llámame Molly, por favor
- Bien Molly, si,   le amo desde hace mucho tiempo, creo que desde que le conocí, pero esa pregunta debía hacérsela a él.  Aidan venera el recuerdo de su mujer y en repetidas ocasiones ha dicho que no hay cabida para otra mujer en su corazón, así que debería preguntárselo a él y no a mi


-- Entonces ¿ por qué os casáis ? No lo entiendo.  El matrimonio no es un juego y hay personas a vuestro alrededor que pueden sufrir si lo vuestro fracasa
- Por ella es Molly, por la niña. Se desvive por Stella y yo adoro a esa criatura.  Así que me lo propuso y yo acepté conociendo mis limitaciones. No voy al matrimonio engañada; él ha sido muy sincero conmigo
 -¿ A qué te refieres con limitaciones
- Seré su mujer ante la sociedad, pero en privado seguiré siendo la tutora de Stella.  Y espero que me entienda lo que quiero decir
- Me estoy volviendo loca con este descabellado asunto ¿ quieres decir que no habrá...?
- Exacto eso quiero decir
- Y aún así ¿ has aceptado ?
- Si, he aceptado porque tengo la remota esperanza de que alguna vez cambie, aunque la verdad es un porcentaje muy bajo el que tengo para acertar.
- ¿ Sirve de algo que hable con él ?
- No Molly, por favor, no lo haga.  Sería contraproducente y no quiero un amor fingido o impuesto.

Molly no salía de su asombro, pero Keira le había  hablado con tanta sinceridad y tanto sentimiento, que en su concepto de aceptación, le dio sobresaliente en el examen hecho. Entraron nuevamente para reunirse con los hombres, y pasada una media hora, Aidan dijo que debían marcharse.

- Os llamaré mañana - fue lo que dijo como despedida.

Arthur palmoteó su espalda complacido por la visita, y Molly abrazó cariñosamente a Keira con una sonrisa de complicidad.  Ya a solas en el coche, iban en silencio, cada uno inmerso en sus pensamientos. Pero fue él quién  lo rompió , tomando la mano de Keira y dándole un cariñoso apretón


- Les has conquistado
-¿ Cómo dices ?- respondió Keira que distraida no entendía a que se refería
- Me refiero que les has gustado, y esa opinión es muy importante para mi. No estaban muy tranquilos hasta no verte.  Pensaban que a lo peor no eras apropiada,  no para mi, sino para su nieta, para Stella. Según me ha dicho Arthur al quedarnos a solas, le ha complacido la forma en que la niña  se dirige a tí. Así que te los has ganado.  Son muy buenas personas y sufrieron mucho cuando... bueno ya sabes cuando.  Era su única hija. Fue terrible para todos.
- Es lógico, algo así nadie lo espera.  ¡ Ojalá y todos fueran tan razonables como ellos !
- ¿ A qué te refieres ?
- A nada en concreto. Creo que son personas muy equilibradas. - él la miró de reojo sabiendo perfectamente lo que quería decir.  Sonrió y siguieron adelante hasta llegar a casa de Keira.  Allí se despidieron hasta el día siguiente.


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