sábado, 7 de noviembre de 2015

Celtic - Capítulo 5 - El motel

Al cabo de unos instantes se separaron sin dejar de mirarse. Había ocurrido algo especial, algo que ninguno de los dos había previsto, que surgió de improviso. Laura indecisa, le preguntó

-¿Por qué has hecho eso?




-¿Y tú?

Ella no supo que decir, no podía decirle que estaba tan sorprendida porque no esperaba que él tuviera esa reacción,  a no ser que sus sentimientos fueran coincidentes. George, mirando el paisaje comenzó a hablar:

-Verás. Todo este tiempo en el que no he ido por el pub, en algunas ocasiones ha sido por trabajo, pero en otras no he ido porque quería reflexionar, quería pensar mucho en lo que te voy a proponer. Quiero que sepas que no es un capricho de un día; mis sentimientos son muy profundos y sinceros. ¿Quieres casarte conmigo?

-¿Quéeee? Te estás riendo de mi, sin duda. Debes haber perdido el juicio. Creo que debo irme

-¿Por qué te extrañas? Tu has correspondido a mi beso, no te has retirado, al contrario has devuelto mi abrazo. Tú sientes lo mismo que yo, pero no quieres reconocerlo ¿por qué?

-No, no quiero escucharte. Es cierto,  te he querido desde hace mucho tiempo,  pero trato de borrarte de mi vida, no puede ser,  es imposible




-Pero dime ¿por que?

-Tu tienes novia, no pertenezco a tu clase social, dentro de seis meses debo regresar a mi pais, no me conoces. Ignoras si en España me aguarda alguien, si soy una ladrona, o...no sé. No sabes nada.   Es imposible, así de simple. No puede ser, y lo que no puede ser, es imposible.

-Te equivocas, si te conozco. Una mujer que se labra su porvenir a fuerza de trabajo y sacrificio, que renuncia a la diversión en plena juventud por sacar una carrera difícil y sin recursos, es suficiente certificado de honradez y responsabilidad. Referente a la clase social ¿a qué clase social pertenezco yo? La antigüedad de mi familia nada tiene que ver. Quizá si buscas en tu árbol genealógico puede que tus antepasados fueran más antiguos que los míos. El ser político es una circunstancia que cambia cada ocho años, y muy posiblemente no me vuelva a presentar.¿Suficiente? Yo te quiero, más de lo que te imaginas. Estamos a gusto juntos, nos reímos, nos divertimos y de momento no te puedo decir más-,  le dijo haciéndole un guiño con picardía.

-Pero ¿y tu novia?

-Te he dicho que he estado ausente para solucionar un noviazgo: anular el que tenía con  Lisa y tratar de tener otro contigo.

-  Pero tu familia ni siquiera me conoce.   Tu padre no sabe siquiera que existo

-Pues eso tiene fácil arreglo. ¿Has traído coche?

-Si, claro

-Pues bien, sígueme. Yo iré a caballo, tu me sigues con el coche hasta mi casa. Te presento a mi padre y ya le conoces.-  Laura soltó una carcajada.

-  ¡ Estás loco! Así tan fácil. Llegas a tu padre y le dices: papá con esta chica me voy a casar antes de seis meses...Estás rematadamente loco.  No, de ninguna manera. Así no se hacen las cosas. No yo, al menos.  Y tú lo has dicho antes.  Porque he tenido que vérmelas con la vida yo sola, es que medito muy bien lo que tengo que hacer, y aunque es cierto que me gustas, y porqué no decirlo, te quiero, no es la manera que yo había pensado en mi futuro.  He de acabar mi tesina, licenciarme y buscar un trabajo.  Te recuerdo que soy extranjera, vivo en otro país.  Tu tienes un compromiso con tu ciudad ¿ necesitas más ? Decididamente no, Georges

-Escúchame tu ahora , ¿que hay de malo? Si lo prefieres diremos a mi padre  que vendrás a coger datos de la biblioteca para tu tesina. Si eso te deja más tranquila...

-No,no. No puede ser. Es una locura.  Tu padre pensará, y no le faltará razón, que soy una trepa. Que te he conquistado por tu posición social. Ni hablar, nada de nombrarle la palabra noviazgo y menos matrimonio.  Sólo amistad.  Y habremos de esperar algún tiempo. El matrimonio es algo muy serio para tomarlo así a la ligera.  Tú dices conocerme, pero ¿ y yo ?  No se nada de ti, absolutamente nada.

-.  Entonces ..., vivamos juntos, como cualquier pareja. ¿No comprendes que somos nosotros los que vamos a vivir nuestra propia vida? . Ni mi padre ni nadie tiene que intervenir en lo nuestro. Para bien o para mal somos nosotros los que la tenemos que vivir, y yo quiero empezar pronto, ahora, si, si ahora. Ya hemos perdido demasiado tiempo . Yo te amo, ¿ es que no lo comprendes? 

 - Eres muy impulsivo.  Las cosas no se hacen así

-Vayamos a mi casa, conoces a mi padre, cogemos mi coche y nos perdemos estos dos días por cualquier pueblecito tranquilo. Si eso es lo que deseas, hagámoslo como dices. Seremos amigos a la vista de mi familia,  si es que podemos disimularlo cuando estemos juntos.  Él es muy sagaz, y va a notar que hay algo más que amistad.  Estoy seguro de ello, pero prefiero eso, a que te alejes de mi

- Tenemos que meditar muy bien lo que vayamos a hacer.  Y no quiero hacerlo , como si fuéramos dos delincuentes,  no. En mis sueños  siempre imaginaba que el hombre con quién me uniría  estaría  junto a mi , pero sin huidas, sin avergonzarnos. No hacemos daño a nadie con amarnos. Es lo que toda pareja hace desde tiempo inmemorial. Un hombre y una mujer se encuentran, se enamoran y unen sus vidas. Todo normal, claro que nosotros somos una pareja atípica- protestó ella- ¿ No te das cuenta de ello?

Georges se pasó la mano por el cabello impaciente, al ver que no lograba convencerla. No podía perderla, la amaba demasiado y quería hacerla su esposa ¿ qué de malo había? Era la cordura de ella contra la vehemencia de él, pero por eso se entendían: se compensaban.  El silencio reinó durante un instante. Laura se volvió,  que hasta entonces estaba pensativa y le dijo:

-Sea como tu quieres y yo deseo. Perdámonos en un pueblo tranquilo donde nadie nos conozca y podamos hablar con tranquilidad

- De acuerdo.  Me parece bien..., aunque con reservas.  Comprendo tu razonamiento, aunque no lo comparto

- Eres muy vehemente, y eso me asusta.  Porque pienso que si has obrado con tantas prisas conmigo, puedes hacerlo de la misma manera ...  

- ¿ Con otra ? ¿ Es eso lo que piensas, que es algo ocasional ?  Pues no tienes ni idea de lo que siento.  Voy a demostrarte cada día de lo que soy capaz de hacer por ti.  Me hechizaste, no me cabe la menor duda, porque..., voy a serte sincero, yo nunca habría actuado así  antes.  Sólo contigo.  Te seguiré amando siempre,   con todas mis fuerzas porque así lo siento. Y cuando me digas  buscaré a un cura,  o a un juez, me da igual y,  nos convertiremos en marido y mujer. Tu y yo solos, no necesitamos a nadie más. Somos nosotros los que vamos a formar nuestra familia, los que vamos a vivir la vida que tengamos destinada, buena o mala,  pero nadie la va a vivir por nosotros. Así que el cura, tu y yo.

-Georges, por favor.  tu tienes una posición social . Seguro que tu padre tiene otro programa y si lo hacemos como quieres seré yo la que recibiré las críticas por haberme entrometido en tu vida.

-¿Y crees que me importa? Yo te necesito a ti. Quiero que cuando me despierte por las mañanas estés a mi lado y que sea tu cara lo primero que mis ojos vean.

-Te quiero Georges. No debería ser así, pero no puedo evitarlo. Acepto casarme contigo pero cuando vayamos a tu casa  explícale a tu padre nuestros proyectos, no me importa que me eche de su casa. Yo seré tu mujer, pero no ahora mismo, a escondidas.


Timoty Mortimer
Llegaron a casa de Georges, él en primer lugar y a caballo, Laura le siguió en el coche. Estaba muy nerviosa. Y,  además  peores pintas no podía tener para conocer a su suegro. ¿Cómo podía haberla convencido?

Porque en el fondo lo deseaba, por mucho que se empeñara en negarlo. Era el amor de su vida y le había pedido que fuera su esposa, pero tenían muchos frentes abiertos y uno de ellos tenían que librarlo en cinco minutos.

Timoty Mortimer estaba leyendo en la biblioteca. Georges entró dando la mano a Laura. Saludó efusivamente a su padre, y éste extrañado de verle tan contento, miró abiertamente a la chica creyendo conocer el secreto de su alegría.  Le presentó a  su novia,  y de golpe le dijo

-Venimos a comunicarte algunas cosas. Creo que debes saberlas por  mi, pero te ruego que me escuches sin pronunciar palabra, luego ya me preguntarás o me reñirás o harás lo que quieras, porque yo también tengo decisiones muy trascendentes que he tomado. Te presento a Laura, una futura doctora en historia que además de necesitar que le prestes tu biblioteca para terminar su tesina, si puedo,  la voy a hacer mi esposa mañana mismo, o pasado a más tardar, cuanto antes, en cuento ella desee.

El señor Mortimer y Laura se miraban fijamente, pero ninguno de los dos articuló palabra alguna. La  mano de Laura fuertemente sujeta por la de Georges, sudaba sin parar y los nervios le atenazaban el estómago.  El padre preguntó seriamente a su hijo

-¿Tienes necesidad urgente de cumplir con esta muchacha?

-Nooo... Naturalmente que no.  He querido decírtelo primero. Si tu lo aceptas y nos das tu bendición, me harás el hombre más feliz de la tierra, si por el contrario te niegas, has de saber que nos iremos a vivir juntos de todas maneras. Yo la amo, es parte de mi vida y ella me corresponde, es por eso que quiero contar con tu permiso, porque de todas formas me casaré con ella, aunque no cuente con tu consentimiento.




El padre miró a Laura, y pidió a Georges que saliera un momento de la habitación y les dejara solos.

-Señorita, no  tengo nada contra usted, pero debe comprender lo insólito de la situación. Solamente quiero y deseo la felicidad de mi hijo. Yo a usted no tengo derecho a juzgarla porque no la conozco, pero espero no sea una advenediza,  como otras tantas,  que se acercan a él por su posición social.

-Sr. Mortimer, su hijo es muy guapo, y créame, no sólo por su posición  una mujer se puede enamorar de él.Yo no tengo dinero, ni lo necesito, pero......

Y fué desgranando su vida, lo insólito e inesperado de la petición de Georges apenas unos momentos antes, y lo que ella le había argumentado. Mortimer después de escucharla le dijo:

-Aprobaré este alocado matrimonio si se vienen a vivir a mi casa una vez casados. Quiero tenerla cerca, y no se lo niego, voy a estudiarla detenidamente. De todas formas de paso aprovechará para usar la biblioteca, y créame encontrará cosas muy curiosas en ella.

-Gracias señor.  De cualquier forma, si es que nos casamos, no va a ser de forma inminente, al menos  es lo que trato de hacerle ver a su hijo, pero francamente no las tengo todas conmigo.  La naturaleza humana es débil. Ambos estamos enamorados. Quiere que vivamos juntos.  En definitiva: no sé lo que pueda ocurrir. , Le prometo que no se va a arrepentir y que el amor  que siento por Georges le hará ver que aunque parezca alocado, nuestro matrimonio será firme y crearemos una familia hermosa llena de amor, y le haremos abuelo y estará orgulloso de nosotros.   No tiene ni idea de la felicidad que proporcionaría  a su hijo si lo acepta. Su bendición es muy importante para él.

Georges se mostraba impaciente, mientras preparaba una bolsa con algo imprescindible para pasar el fin de semana. 


Cuando Laura salió de la biblioteca , al mirarla a la cara,  notó que todo había ido bien y,  ella con  la mirada, con el brillo de los ojos,  se lo confirmaba.  De pasada le dijo a su padre:

-No me esperes a dormir esta noche. Hasta mañana no regresaremos. Haremos noche en cualquier motel del camino.  Y tomando a Laura de la mano la dijo apresuradamente

-Corre, corre, entra en el coche rápidamente. Cuando reaccione no  va a dejar irnos. Ja,ja,ja,

Ya dentro del coche y ante la mirada del padre que había salido a la puerta una vez hubo reaccionado, a modo de saludo, sacó un brazo por la ventanilla,  al tiempo que gritaba:

-Soy feliz, padre. la amoooo, gracias.

El padre sonrió y se alegró de ver feliz a su hijo, pero también le preocupaba el no conocer a la muchacha.

-Bonita si lo es, y educada. Hará perfectamente de consorte del alcalde. Ahora sólo falta que el amor que ha confesado siente por mi hijo sea verdadero, que es lo que me preocupa. ¡Estoy tan escarmentado! El es inteligente y la verdad  es que nunca le he visto ni tan feliz ni tan seguro como ahora. Pero ¿ por qué no se han de casar como todo el mundo? Una boda como Dios manda, con invitados. ¡ Ay la juventud, lo que uno es capaz de hacer cuando se es jóven!


El motel al que llegaron era igual que en los cuentos de hadas. El paraje era precioso y mientras Georges hacía los trámites para el alquiler del bungalow, Laura en el exterior miraba el paisaje un poco confusa por todos los acontecimientos que estaba viviendo a velocidad de vértigo.  Le daba miedo ser débil, y al final ceder a las pretensiones de él.  Por otro lado, le quería. ¿ tendría suficientes fuerzas para resistirse a su atractivo?  Debiera tenerlas, pero se movía en un terreno movedizo en el que no sólo ella contaba.  Él estaba deseando tener intimidad con ella, eso saltaba a la vista.  De lo contrario no le habría planteado la descabellada idea de un matrimonio tan precipitado, y eso es lo que temía: a las consecuencias de estar solos en un lugar paradisíaco y con unos sentimientos a flor de piel

- ¿ En qué piensas ? - le sorprendió la voz de Georges


Ella se sobresaltó al escuchar su voz junto al  oído, y al sentir los labios de él que de paso la besaba en la mejilla.  Le miró a los ojos y con todo el amor del mundo le dijo:

-Estoy insegura..., preocupada. Me da miedo esta repentina intimidad

-No te preocupes mi amor.  He reservado dos bungalows, si es eso lo que te perturba.  Esperaré tu decisión, y si nuestro amor, las circunstancias o lo que sea, nos lleva a tener relaciones..., déjate llevar por los sentimientos... el resto vendrá después.

La beso en los labios con un beso largo y profundo acompañado de un abrazo fuerte,  posesivo. Y es que la felicidad inundaba sus corazones.  Lo que ocurriera un rato más tarde era decisión de Laura.  No había otra cosa que deseara más que poseerla, pero debía ser ella quién diera señales de que eso ocurriría.  No la presionaría, por mucho trabajo que le costara contener sus sentimientos. 

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