La víspera de la partida hacia Japón, de Hiroto, éste organizó una fiesta en su embajada para sus amigos occidentales. Aunque la fiesta estaba dedicada especialmente para Laura, no se hubía anunciado así, era notorio que sentía especial predilección por aquella mujer que le había impresionado altamente desde su primer encuentro. Se sentía atraido hacia ella; y lo que más era su carácter rebelde y sincero, tan distinto a la sumisa y dulce mujer japonesa. Georges se había dado cuenta del juego del japonés y le expuso que era imposible acudir a la fiesta, pero los argumentos no convencieron Hiroto.
Georges advirtió a Laura que no le gustaba el juego que se traia , y que desde luego no permitiría que fuera más allá, por lo tanto ninguno de los dos asistiría a la fiesta de la embajada japonesa. Ella sabía perfectamente que Hiroto deseaba conquistarla, de que flaquease, y de esta manera seducirla. Estaba claro que no sabía de la firmeza de su carácter y que tampoco le agradaba que anduviera detrás de ella, de que le considerara una conquista fácil por muy atractivo que fuese el japonés. Al mismo tiempo le agradaba el asomo de celos de Georges y se dispuso a tensar un poco más, la cuerda...Se sentía mal por interpretar ese juego, porque sabía que hacía daño a su marido, pero en su interior sentía la necesidad de escarmentarle y que supiera, en sus propias carnes, lo que dolía una traición.
-¿No crees que esa decisión debo tomarla yo?
El tono de Georges era firme y seguro, sin opción a réplica.El sonido del teléfono retumbó en la estancia, que Laura había abandonado hacia unos instantes. Desde su habitación pudo oir las desacostumbradas voces que Georges daba a la persona que estaba al otro lado. Por el tono de la conversación dedujo que era Hiroto con quién hablaba y, entonces decidió que debía tomar una decisión y descolgando el teléfono supletorio pidió a su marido que la dejara hablar con el japonés.
-Señor. Hiroto, sin duda ha creido que los problemas que tuve con mi marido le iban a ser favorables para no se qué estratagema que está llevando conmigo, y he de decirle que entre Georges y yo nunca, oígame bien, nunca ha existido ni existirá algo que rompa definitivamente mi matrimonio. No tengo por qué darle explicaciones, pero si le ruego que me deje tranquila y no se meta en mis asuntos, que solamente pertenecen al interior de mi hogar. Váyase en paz a su pais y olvídese de nosotros, y cuanto antes lo haga será mejor para todos. Como le dije en una ocasión tenemos mentalidades distintas y actuamos de distinta forma en semejantes situaciones, pero eso no le debe confundir. Y ahora creo que debemos dejar zanjado este asunto tan desagradable. Coquetee con otra persona y le aconsejo que se haga una cura de humildad antes de creerse irresistible. Buenas noches y tenga buen viaje, señor Hiroto.
Laura colgó el teléfono y vióoque en el umbral de la puerta estaba Georges observándola:
-No creas que lo nuestro se termina con ésto. Me hiciste un daño que ni te imaginas, pero nunca te rebajaré ni en público ni en privado. Pero nuestra vida actual no ha cambiado, seguiremos igual. Si no puedes soportarlo es cuestión de pedir el divorcio. De hecho he pensado tomarme un respiro. Viajaré a mi pais y pasaré una temporada allí. Suspenderé mis clases en la universidad. Quiero dar un giro a mi vida. Dejar atrás todo ésto. Relajarme, evitar la situación tan molesta e incómoda que tenemos
- Incómoda porque tú lo quieres así. Entiendo tus motivos, pero creo que estás yendo demasiado lejos. Nos estamos haciendo daño. No quiero perderte. No soportaría tu ausencia, sabiendo que yo he sido el causante de ella. Luego está el niño. Nos necesita a los dos, necesita a sus padres, y la verdad no esta habiendo un ambiente muy propicio para él. Gracias que es pequeño aún, pero no es bueno, y no sé cómo convencerte de que fui torpe, te lo he repetido miles de veces, que no dejó huella más que la que tú misma estás creando entre nosotros. No me interesaba esa mujer, ni ella ni ninguna otra más que tú. Francamente, no sé qué hacer.
- Creo que algo de distancia nos vendrá bien a los dos. Mañana mismo presentaré mi dimisión.
- No sólo vas a arruinar nuestra vida, también lo que más te gusta como es dar clases. Te ruego una vez más, y será la última, que pienses en ello.
Laura era una mujer tozuda y a pesar de que la sola idea de dejar Irlanda, le mortificara, llevó su plan adelante. Posiblemente estuviera siendo dura con él, pero era la única baza que tenía. Debía seguir adelante por mucho que le costara. Debía mostrar que estaba muy dolida y que no le perdonaría fácilmente.
Georges, les llevó al aeropuerto. Estaba más desmejorado desde que comenzara la enojosa situación con Laura. Llevaba a su hijo en brazos ¿ Cuánto tiempo tardaría en verles de nuevo? La sola idea de regresar a casa y no encontrarles, le sumía en una fuerte desesperación. Sabía que la había perdido.
Los altavoces avisaron de que era hora de embarcar. Ambos esposos se miraron largamente y en ambas miradas estaba reflejada su angustia. Laura tomó en brazos a su hijo, que permanecía con su padre, y Georges, por primera vez en mucho tiempo la besó largamente. No fué un beso de pasión, sino de desesperación ante la partida.
- ¿ Me llamarás cuando lleguéis ?- dijo él tristemente
- No inmediatamente. Tendré cosas que hacer
- Vas a vengarte ¿ verdad ? Lo haces a propósito
- No Georges. Para mi no es fácil tampoco. Pero el niño necesitará cosas que tendré que ir a comprar. Allí no tengo nada. Pero da igual si lo interpretas de esa forma
- ¿ Y de qué otra forma he de interpretarlo? Sólo cinco minutos es lo que necesitarías para decirme que habéis llegado, sólo eso. Después puedes ir a comprar o hacer lo que quieras
- Está bien. No es lugar ni ocasión para una discusión. Tómalo como quieras
Y Georges les vió perderse por el túnel rumbo al embarque.
No por haberse alejado, le iban mejor las cosas a ambos. El echaba de menos a su mujer y a su hijo. Cada vez que llegaba a casa, se le venía encima el silencio. Sólo quería trabajar y trabajar para no pensar en cómo se había roto su vida. Por su parte, ella sufría enormemente. Llevaban lejos de casa bastantes días. Pensaba que se estaba excediendo en el castigo, después de que él expresara su arrepentimiento. Y tomó la decisión de que ya era hora para el perdón, y dejar atrás esta dolorosa página que les estaba destrozando.
No avisó de su regreso, simplemente organizó el viaje. Cuando llegó a su casa, Georges estaba en el partido. Tenían que debatir unas leyes muy importantes y era preciso prepararlas. No quiso interrumpirle, y aguardó impaciente a que diera la hora de que llegase. . Y cuando lo hizo, percibió que algo había cambiado. Había el mismo silencio, pero distinto. Preguntó a su mayordomo si había habido alguna visita durante el día, y al responderle afirmativamente, le indicó con la cabeza en dirección a la biblioteca. Se dirigió hacia allí, sin sospechar que al otro lado estaba su mujer y su hijo, dormido en un sillón
- ¡ Oh Dios mio, habéis vuelto !
Sin poder remediarlo, corrió hacia ella y la estrechó entre sus brazos y la beso con ardor. Después se dirigió hacia el lugar en donde el niño descansaba, y suavemente acarició sus rizos con profunda emoción.
- ¿ Por qué no has avisado ? Hubiera ido a recogerte
- Lo pensé de golpe y organicé el viaje. No quise interrumpirte porque Joseph me dijo que tenías algo importante entre manos
- No hay nada más importante para mi que vosotros. ¿ cuándo vas a darte cuenta de ello?
- Está bien, está bien. Ya estoy aquí , y...
- Y significa que todo ¿ ha acabado ? ¿ que podemos seguir con nuestras vidas? ¿ Es eso ?
Ella hizo un preámbulo y afirmó con la cabeza que si, que deseaba pasar página, olvidarlo, y retomar sus vidas donde quedaron interrumpidas.
- Incómoda porque tú lo quieres así. Entiendo tus motivos, pero creo que estás yendo demasiado lejos. Nos estamos haciendo daño. No quiero perderte. No soportaría tu ausencia, sabiendo que yo he sido el causante de ella. Luego está el niño. Nos necesita a los dos, necesita a sus padres, y la verdad no esta habiendo un ambiente muy propicio para él. Gracias que es pequeño aún, pero no es bueno, y no sé cómo convencerte de que fui torpe, te lo he repetido miles de veces, que no dejó huella más que la que tú misma estás creando entre nosotros. No me interesaba esa mujer, ni ella ni ninguna otra más que tú. Francamente, no sé qué hacer.
- Creo que algo de distancia nos vendrá bien a los dos. Mañana mismo presentaré mi dimisión.
- No sólo vas a arruinar nuestra vida, también lo que más te gusta como es dar clases. Te ruego una vez más, y será la última, que pienses en ello.
Laura era una mujer tozuda y a pesar de que la sola idea de dejar Irlanda, le mortificara, llevó su plan adelante. Posiblemente estuviera siendo dura con él, pero era la única baza que tenía. Debía seguir adelante por mucho que le costara. Debía mostrar que estaba muy dolida y que no le perdonaría fácilmente.
Georges, les llevó al aeropuerto. Estaba más desmejorado desde que comenzara la enojosa situación con Laura. Llevaba a su hijo en brazos ¿ Cuánto tiempo tardaría en verles de nuevo? La sola idea de regresar a casa y no encontrarles, le sumía en una fuerte desesperación. Sabía que la había perdido.
Los altavoces avisaron de que era hora de embarcar. Ambos esposos se miraron largamente y en ambas miradas estaba reflejada su angustia. Laura tomó en brazos a su hijo, que permanecía con su padre, y Georges, por primera vez en mucho tiempo la besó largamente. No fué un beso de pasión, sino de desesperación ante la partida.
- ¿ Me llamarás cuando lleguéis ?- dijo él tristemente
- No inmediatamente. Tendré cosas que hacer
- Vas a vengarte ¿ verdad ? Lo haces a propósito
- No Georges. Para mi no es fácil tampoco. Pero el niño necesitará cosas que tendré que ir a comprar. Allí no tengo nada. Pero da igual si lo interpretas de esa forma
- ¿ Y de qué otra forma he de interpretarlo? Sólo cinco minutos es lo que necesitarías para decirme que habéis llegado, sólo eso. Después puedes ir a comprar o hacer lo que quieras
- Está bien. No es lugar ni ocasión para una discusión. Tómalo como quieras
Y Georges les vió perderse por el túnel rumbo al embarque.
No por haberse alejado, le iban mejor las cosas a ambos. El echaba de menos a su mujer y a su hijo. Cada vez que llegaba a casa, se le venía encima el silencio. Sólo quería trabajar y trabajar para no pensar en cómo se había roto su vida. Por su parte, ella sufría enormemente. Llevaban lejos de casa bastantes días. Pensaba que se estaba excediendo en el castigo, después de que él expresara su arrepentimiento. Y tomó la decisión de que ya era hora para el perdón, y dejar atrás esta dolorosa página que les estaba destrozando.
No avisó de su regreso, simplemente organizó el viaje. Cuando llegó a su casa, Georges estaba en el partido. Tenían que debatir unas leyes muy importantes y era preciso prepararlas. No quiso interrumpirle, y aguardó impaciente a que diera la hora de que llegase. . Y cuando lo hizo, percibió que algo había cambiado. Había el mismo silencio, pero distinto. Preguntó a su mayordomo si había habido alguna visita durante el día, y al responderle afirmativamente, le indicó con la cabeza en dirección a la biblioteca. Se dirigió hacia allí, sin sospechar que al otro lado estaba su mujer y su hijo, dormido en un sillón
- ¡ Oh Dios mio, habéis vuelto !
Sin poder remediarlo, corrió hacia ella y la estrechó entre sus brazos y la beso con ardor. Después se dirigió hacia el lugar en donde el niño descansaba, y suavemente acarició sus rizos con profunda emoción.
- ¿ Por qué no has avisado ? Hubiera ido a recogerte
- Lo pensé de golpe y organicé el viaje. No quise interrumpirte porque Joseph me dijo que tenías algo importante entre manos
- No hay nada más importante para mi que vosotros. ¿ cuándo vas a darte cuenta de ello?
- Está bien, está bien. Ya estoy aquí , y...
- Y significa que todo ¿ ha acabado ? ¿ que podemos seguir con nuestras vidas? ¿ Es eso ?
Ella hizo un preámbulo y afirmó con la cabeza que si, que deseaba pasar página, olvidarlo, y retomar sus vidas donde quedaron interrumpidas.
-Tú eres lo único que me importa. Siempre has sido lo único importante. No quiero volver a pasar por todo lo vivido durante éste último tiempo. Sería capaz de abandonarlo todo :carrera, pais, todo, con tal de que nuestra vida vuelva a ser como antes. Haré lo que quieras he aprendido la lección. Se lo cerca que he estado de perderte y no estoy dispuesto a que ocurra. Dime qué es lo que tengo que hacer para que todo vuelva a ser normal. No se puede borrar todo lo vivido que ha sido muy feliz y que el error y la torpeza de una noche echó por la borda los años que vivimos juntos. No se puede olvidar unas noches de pasión, una pasión sincera incomparable a cualquier otra. Eres tú la que permanentemente está en mi cabeza y cada vez que miro a nuestro hijo te veo a tí, veo los momentos importantes de nuestra vida juntos y que yo tiré a la basura por una trampa que me tendió ese personaje. Estoy convencido que fue una trampa, pero no le culpo, la culpa fué mía. Debí negarme a su juego y no lo hice, pero creo que ya es hora de que perdones ese error, e intentemos iniciar nuestra vida de antes. Por favor. Ahora te amo más que nunca porque he aprendido a valorar lo que tengo y he estado a punto de perder, por favor basta ya.
El se acercó a ella y dejó un beso sobre su frente. Hacía tiempo que no recibía ninguna caricia de su marido, y no era porque él no quisiera, sino por la barrera que le había impuesto. . Georges había recibido un buen escarmiento
Estaba nerviosa y no sabía qué hacer. Si seguír sus impulsos. Correr en ese instante hacia Georges, Le abrazaría, le besaría y todo volvería a ser como siempre. Y decidió seguir sus instintos. Era hora de olvidarlo todo, y se abrazó a su marido, y éste respondió a su abrazo y sus besos la hicieron olvidarse del mundo y de todo. Estaba allí, junto a él, y era ella la que seguía reinando en su corazón,. No había ninguna otra, sólo ella.
Laura le miró fijamente. Sus azules ojos estaban brillantes y a punto de que las lágrimas salieran. Ella acarició sus mejillas y enjugó el llanto que su marido vertía. Le besó en los labios. No hablaron, no se dijeron nada, solamente se miraban y entonces empezaron a sonreir mutuamente. La pesadilla empezaba a desvanecerse
-Te prometo que no volverá a ocurrir, nunca más. Tu eres lo que más me importas y por tí no hay cosa que yo no hiciera. Dejaré mi trabajo, dejare la política y empezaremos de cero, si quieres en otro lugar. En algún sitio que no nos recuerde los malos momentos.
-Ya, basta. Esta noche no es tiempo de hacer proyecciones de futuro, eso será mañana más calmados, más serenos. Pero ahora vivamos la noche y no pensemos en nada más. Hagamos que la mala experiencia sufrida haya sido un mal sueño y retomemos la vida en donde se paró: en el viaje que íbamos hacer por Semana Santa. Partamos de ahí, empecemos de nuevo
- De acuerdo. Haremos un viaje a donde tu quieras, un lugar solitario lejos del mundo y de todos. Solos los tres y entonces proyectaremos nuestra futura vida. Mañana mismo lo organizaré
-Pero tienes un cargo oficial que no puedes dejar de un día para otro. No puede ser; hay que pensar las cosas con detenimiento. Da igual un par de días más.
-Presentaré mi dimisión y me dedicaré a vivir la vida junto a mi familia. Me dedicaré a ser un terrateniente más
-No. Te arrepentirías al cabo de un tiempo y sería peor. Sigue como hasta ahora, haciendo nuestra vida , queriéndonos. Asistiendo a los actos que debemos asistir y cuidando de nuestro hijo.
Los dos rieron y abrazados acudieron al lado de su hijo que había interrumpido su tranquilo sueño, despertándose sin duda por las carcajadas de sus padres.
El amanecer les sorprendió despiertos y Laura recordaba cómo empezó todo: con una bebida de chocolate que Georges limpió de sus labios con sus manos.Volvió a vivir aquellos instantes, su primer beso. ¡ Cuántas cosas habían pasado desde que llegara, ¡cómo había cambiado su vida!. Se rebulló feliz entre las sábanas sonriendo ante los recuerdos y posando su brazo sobre el pecho de su marido , feliz le dijo
-No tenía ni idea de que el chocolate fuese el que organizara nuestra vida.
- ¿ Qué dices? no te entiendo ¿ qué tiene que ver el chocolate? ¿En qué piensas?
Ella sonrió y dijo
-Pienso en todas las consecuencias que nos ha traído un sorbo de chocolate...
Al día siguiente, mientras Georges atendía su trabajo, ella tomó a su hijo y se dirigió al lugar mágico que un día visitara con los alumnos del instituto. Quería dar las gracias, a no sabá quién, pero estaba segura que el viento llevaría sus palabras hacia donde debían ir
- ¿ Me estaré volviendo loca? - musitó riendo, una vez hubieron llegado
Y alzando a su hijo en brazos, se situó junto al dólmem y allí dijo
- Druidas, elfos y hadas celtas, os he traído a mi hijo que es lo más preciado de mi vida. Os ruego que nunca dejéis de protegerle así como a mi esposo, al que amo desesperadamente. Y por último aceptadme como a uno de vosotros, aunque no siendo celta pura, mis raíces las he echado aquí.
Y dando media vuelta, besó a su hijo y fué hasta el coche para volver a casa, cuando un rayo de sol les iluminó de nuevo. Ella se paró en seco observándolo y recordó que cuando estaba embarazada ocurrió lo mismo y Moira predijo la bendición de los druidas. En el viento oyó, como un susurro, y que una lejana vocecilla la dijo: " eres celtic ". Y sonriendo, emprendió el regreso a casa.
¿ Leyenda o realidad ? Eso nunca se sabrá, porque quizá fuera una percepción influenciada por la magia de los lugares mágicos de Irlanda.
Al día siguiente, mientras Georges atendía su trabajo, ella tomó a su hijo y se dirigió al lugar mágico que un día visitara con los alumnos del instituto. Quería dar las gracias, a no sabá quién, pero estaba segura que el viento llevaría sus palabras hacia donde debían ir
- ¿ Me estaré volviendo loca? - musitó riendo, una vez hubieron llegado
Y alzando a su hijo en brazos, se situó junto al dólmem y allí dijo
- Druidas, elfos y hadas celtas, os he traído a mi hijo que es lo más preciado de mi vida. Os ruego que nunca dejéis de protegerle así como a mi esposo, al que amo desesperadamente. Y por último aceptadme como a uno de vosotros, aunque no siendo celta pura, mis raíces las he echado aquí.
Y dando media vuelta, besó a su hijo y fué hasta el coche para volver a casa, cuando un rayo de sol les iluminó de nuevo. Ella se paró en seco observándolo y recordó que cuando estaba embarazada ocurrió lo mismo y Moira predijo la bendición de los druidas. En el viento oyó, como un susurro, y que una lejana vocecilla la dijo: " eres celtic ". Y sonriendo, emprendió el regreso a casa.
¿ Leyenda o realidad ? Eso nunca se sabrá, porque quizá fuera una percepción influenciada por la magia de los lugares mágicos de Irlanda.
F I N ( Aut. 1996rosafermu )
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