lunes, 5 de septiembre de 2016

La chica del tiempo - Capítulo 7 - Comida de trabajo

Cortésmente la condujo hasta la sala contigua al suntuoso comedor, y allí se sentaron en sendos sillones, uno frente al otro.  Spencer  sirvió los Martini acompañados de unos frutos secos y aceitunas. Él,  seguro y dominando la situación, Nelly pareció encogerse y no deseaba mirarle.  Le ponía nerviosa y se sentía ridícula con su vestimenta, en una sala a todo lujo, frente a un hombre bien vestido, atractivo y para colmo su  jefe con no muy buena sintonía.  ¿ De qué podían  hablar ?  ¿ De qué podía hablar ella ? Era de conversación fácil, y siempre encontraba tema para hacerlo, pero ante Aidan, todos las ideas se le habían borrado.  El sonreía de medio lado; se daba cuenta de que ella hubiera dado cualquier cosa por salir corriendo,  y sin embargo,  allí estaba, igual que una colegiala esperando una regañina del director del colegio.  Fue él, quién decidió desbloquear la absurda situación en la que estaban 

-¿ Le ha gustado mi casa?- la dijo mientras bebía su Martini
- Oh si.  Es preciosa, pero quizás algo ...- Se interrumpió y a prisa buscaba la palabra que le halagara , aunque se le ocurría otra muy distinta
- Pero ¿ qué ? Hable sin temor.  No le gusta
- Si, si me gusta.  Demasiado lujosa; Impone.  Es decir..., no te atreves a moverte por si acaso rozas a algún objeto de valor y lo descolocas o sin querer lo tiras al suelo y se rompe

  Él estalló en una carcajada; nunca se le había ocurrido que su casa  diera esa impresión

- Ya comprendo. Pero ¿ sabe que ? Me gusta rodearme de cosas bellas: No que sean costosas, eso me da igual. Si voy por un mercadillo y veo algo que me guste, bonito, lo compro y lo pongo en un lugar al lado de una obra de arte.  En definitiva vivo solo, y es a mi a quién ha de gustar la casa
- ¡ Desde luego ! Tiene razón. Es que no estoy acostumbrada a vivir rodeada de tanto lujo.  Eso es todo. Mis padres viven bien, pero tienen una casa funcional simplemente.  A eso es a lo que estoy acostumbrada.  Nunca había estado en una mansión como esta.

Aidan la escuchaba atentamente,   mientras hablaba.  Por fin, había roto su bloqueo y comenzaba a mostrarse tal cual era ella: directa, diciendo lo que piensa.  La escudriñaba cada gesto, cada forma  de moverse al hablar, y ella no se daba cuenta.

- Cuénteme cómo se convirtió en Chica del Tiempo
- Había terminado mi carrera de periodismo y fue el único trabajo que encontré para entrar en televisión. El director, señor Brenan, me ayudó mucho; me dio algunas claves para dar mejor en pantalla, y me pidió que fuera original, así que ideé ese atuendo, pero a pesar de todo se me veía novata y ridícula.  Hubiera tenido que verme en el primer programa
-La vi. Vi todos sus programas, hasta que ...
-Fui despedida. Para su tranquilidad he de decirle que lo entendí
- ¿ Por qué piensa que estaba intranquilo ?
- Es una forma de hablar. Claro que no le intranquilizaba que una novata como yo, en un programa ridículo, que no hacía caso del teleprompter ...    le fuera a quitar el sueño - dijo sonriendo
- Tiene razón, estaba de lo más tranquilo.  Llevo un negocio y he de actuar de acuerdo a la conveniencia del mismo, pero no fue por eso por lo que decidí que no formara parte de mi plantilla.  Había dado orden expresa de que no quería preguntas fuera del nuevo canal que iba a formar, y entonces , una novata, que además trabajaba para mi, decidió llevarme la contraria y preguntar algo que no le importaba, que a nadie le importa con quién entro o salgo.  Mi vida es sólo mía, téngalo siempre en cuenta.

Nelly no esperaba esa reacción y se quedó cortada sin saber qué decir. Depositó su copa sobre una de las mesas y decidió que ya era hora de largarse de allí. El había ido por la tangente de un asunto viejo y olvidado.  Saldría cuanto antes para no estropear más las cosas.

- Ha sido muy amable al invitarme al aperitivo, pero he de marcharme. Gracias señor McDowell. Si pueden avisar a un taxi, le estaría doblemente agradecida.
- ¿ Por qué quiere irse ? Aún no hemos hablado de lo que voy a proponerla.  La dije que yo la llevaría. Pasemos al comedor.  Charlaremos mientras almorzamos.  La tendió su mano y ella la aceptó.  La ayudó a acomodarse en la silla situada a la izquierda de la de Aidan, e hizo una seña a Spencer de que podía servir la comida. Sirvió sendas copas de vino, y observó que Nelly nerviosa, miraba fijamente los dedos de su mano.

- ¿ Por qué estoy tan nerviosa ? No lo entiendo, nunca me había pasado.  Es este comedor, la casa...,  él... me abruma, me perturba y se de qué va la cosa. Aprovecha cualquier oportunidad para reprocharme mi intromisión.  Pero al mismo tiempo, se muestra amable y educado.  Este hombre es todo un enigma.
- ¿ Le gustan los espárragos? - Tenía que decir algo; se daba cuenta que la había violentado con su comentario referente a la causa del despido.  Justo cuando ella cogía confianza- "Metiste la pata, y eso no es lo que buscabas"- se repitió mientras desdoblaba la servilleta.
- Si me gustan los espárragos, con mahonesa.  Bueno siempre los como así- dijo ella tímidamente
- A mi también me gustan de ese modo.  Discúlpeme señorita Jackman; no debí responderla de esa forma. No estoy enfadado, aunque quizá se lo haya parecido.  Es un asunto anecdótico ya olvidado. De lo que quiero hablarle es  ¿ qué le parecería si redactase el artículo del reportaje de mi casa?
—¿Cómo dice?
—Deme una descripción de esta habitación.  ¿Cómo la describiría en el artículo? Porque  creo que es una de las elegidas por ella
-Si, eso creo. Pues..., así de pronto... Déjeme pensar un momento
(¿ Me está ofreciendo un trabajo ?  ¿ Me está examinando? Este hombre me pone de los nervios) Pensaba mientras recorría con la mirada la estancia en la que estaban

- Exacto. En redacción.  Creo que usted vale más que para ser ayudante de cámara, además, si llegara a ser cámara oficial,  no creo que sus frágiles hombros soporten por mucho tiempo ese peso.
 -Soy fuerte. Además es lo único que he encontrado
- Por eso mismo. Dígame qué impresión le causa este comedor -. Se fijaba en cada detalle buscando en su mente la palabra exacta.  Se trataba de conseguir un buen trabajo; sería cuidadosa para no ofender al todopoderosos Sheriff que la estaba examinando, y esa era la realidad.  Tragando saliva, comenzó a hablar.
-¿ Puedo decirle algo ?
-¡ Claro ! Para eso estamos aquí
-Pues yo haría algo diferente. El mostrar los comedores, las cocinas, las salas de estar o los dormitorios de las viviendas de los famosos, es algo que está muy visto
-Entonces... ¿ Qué haría ?
- Yo retrataría la entrada. Esa vereda impresionante de tilos, frente a la fachada, imponente; y el prado, con el cenador..., en fin tal y como lo tiene montado
-¿ Incluida una bella durmiente? - Nelly sabía a qué se refería y aunque sonrió ante la ocurrencia, se sonrojó un poco.
-Creo que ni soy bella ni durmiente.  Simplemente una mala noche y la paz absoluta de ese ambiente
- ¿ Estuvo de juerga ?
- No, en absoluto. En realidad, no se qué me pasó, pero me dormí muy tarde.  Hace poco que he llegado, y aún no tengo amigos más que los compañeros de trabajo, ni tampoco conozco los lugares turísticos.  Creo que poco a poco me iré ambientando
- Desde luego que si.  Me ofrezco a servirle de guía turístico ¿ Qué le apetecería conocer ?
- ¡ Oh, no, por Dios !.  Creo que me ha malinterpretado
- ¿ Por qué se corta cada vez que la digo algo ? No me como a nadie . Soy joven como usted, y me gusta divertirme, como usted, sólo que no tengo mucho tiempo.  Pero en este fin de semana, no tengo ningún compromiso ¿ Le gusta la ópera ?
- Pues la verdad, no mucho. Alguna que otra italiana, las más conocidas, que creo tarareamos todos. Alguna francesa, pero ninguna alemana. Wagner es un gran músico, pero es tan... tan... potente que me abruma, y además son muy largas.

A él, le hizo gracia la sinceridad de la chica.  Por el contrario, él si era un entusiasta de la ópera, aunque no tanto de Wagner.  Ya no sabía de lo que hablar; estaba  siendo él quién llevaba la iniciativa, pero ella no terminaba de relajarse.  Insistió en salir el viernes después del trabajo, quizás al cine y una cena en algún restaurante romántico, y así se lo propuso

- ¿ De verdad me está pidiendo una cita ?
- No. La estoy invitando al cine y a cenar. Claro si le apetece.  No deseo ponerla en un compromiso
- Está bien.  Acepto. Dígame a qué hora y dónde
-Pasaré a recogerla si me dice donde vive-.  Ella no salía de su asombro. ¿ Era este hombre al que odiaba con toda su alma, y va a salir con él ? Terminó dándole la dirección.
- Y ahora voy a llevarla a casa-.  Se levantó ofreciendo la mano nuevamente a Nelly, que nuevamente la aceptó con una tímida sonrisa.

La dejó a la puerta de su casa, y cortésmente abrió  la entrada.  Se miraron durante unos segundos sonriendo, sin que ninguno de los dos dijera nada  Sólo al despedirse, él, besó la mano de Nelly, al tiempo que la decía

- Si..., muy bella.

RESERVADOS DERECHOS DE AUTOR /  COPRIGHT
Autora< rosaf9494quer
Edición< Septiembre 2016
Ilustraciones: Internet

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