No habían hablado en toda la semana ni en persona ni por teléfono. Jeff se había marchado de la casa de Perla enfadado por la reacción de ella. No quería molestarla, no quería verla. Era orgullosa y muy terca. Ambas cosas exasperaban a Jeff. Pero al fin cedió a sus deseos, y la tarde-noche del jueves fue a esperarla al portal de su casa. La vio venir arrebujada en el abrigo, pues era una noche bastante fría, como si fuera a nevar de un momento a otro. Como siempre venía con la cabeza baja, a solas con sus pensamientos. Sintió pena por ella. Una mujer joven y bonita, dejando pasar la vida sin pena ni gloria.
- ¿ Por qué este empeño mío en protegerla ? Ya es mayorcita y a lo mejor lo que quiere es vivir así- reflexionaba mientras la veía venir. De un paso se plantó frente a ella
-¡ Dios mío, qué susto me has dado ¡
-Ja,ja,ja, ¿ Pensabas que iban a atracarte ?
-¡No ¡ , no sé…¿ Cómo estás ?
- Yo bien ¿ y tú, se te quitó el catarro?
-Si, ya estoy bien. ¿ Quieres subir o vas a algún sitio ?
-No venía a verte
-Bien, pues vamos a casa. Hace una noche muy desapacible
Ambos subieron. En el ascensor Jeff la miraba de soslayo sin hablar ni comentar nada. Una vez en el interior del piso. . .
-Dame tu abrigo, por favor. Sírvete algo mientas yo dejo el bolso
Desapareció por el pasillo y Jeff la vio marchar fijándose en su figura. Verdaderamente era una mujer muy atractiva…
-¿Te has servido?
-Si ¿te sirvo algo a ti?
- Un Jerez por favor. Cielo santo hace una noche muy fría
-¿ Te apetece salir a cenar? La última vez rechazaste mi invitación
-Te invito yo,. Te haré una cena especial
-¿Sabes guisar?
-¡Claro ¡ Igual te imaginas que por vivir sola, me alimento del aire. Hace tiempo que nos conocemos y aún no sé cuál es tu comida preferida
-Soy de gustos sencillos. Me encanta la tortilla de patata. Solamente puedo comerla cada vez que vengo a España. En ningún otro sitio la saben hacer. La verdad es que yo ignoro los ingredientes y por mucho que le he explicado a mi madre como es, nunca le sale..
Ambos jóvenes rieron y juntos en la cocina prepararon los ingredientes con los que confeccionar una suculenta tortilla. Mientras Perla daba los últimos toques, Jeff partía unas finas lonchas de jamón serrano y unos tacos de queso manchego. En la pequeña bodega eligió una botella de vino y se dispuso a preparar la mesa. Buscó una vela y la situó en el centro. La mesa quedó completa y a ella se sentaron para degustar la frugal cena que habían preparado.
- ¡ Hum ¡ No hay manjar más sencillo y exquisito : tortilla, jamón y queso. Todo ello regado con un buen vino de Rioja….Manjar de dioses. Sólo falta el café- comentó Jeff
Le dio todos los datos conseguidos y relató su entrevista con Dolores y su promesa de volver con el nieto del que pudo ser su yerno
-¿ Cuándo podrás ir ? - dijo Jeff
- El viernes a mediodía termino mi jornada laboral. Podrías ir a buscarme a la editorial. Comeríamos algo por el camino. Como llegaríamos ya de noche, podríamos hospedarnos en algún motel y al día siguiente por la mañana iríamos a Belchite viejo, al cementerio, y después acudiríamos a la residencia a saludar a Dolores ¿ te parece?
-Bien, me parece bien. Me gustaría detenerme un rato en el pueblo, caminar entre las ruinas. Transitar por donde ellos anduvieron e imaginar las sensaciones que ellos sintieron. Quién sabe si haré una continuación del libro….
- Entonces, ¿ seguimos adelante ?
- Naturalmente. Verás tendrá que ser sin falta en estos días: el martes regreso a Nueva York.
- Claro, llevas una semana. Bien pues entonces quedamos en eso.
Apuraron el café. Perla tuvo la impresión de que él quería decirla algo, pero como Jeff no abrió la boca, pensó que era una apreciación suya.
- Bueno pues me voy ¿ Quieres ir a algún sitio ?
- ¿ A estas horas ? ¡ Es muy tarde ¡
-¿ Me das el abrigo ?
-Voy por el
Como había quedado, el viernes a las dos en punto Perla recogió su bolso de viaje, su abrigo y salió de la oficina. Puntual, en la puerta, la esperaba Jeff con el neceser a sus pies.
-¡ Hola ¡- dijo ella a modo de saludo
-¿ Cómo estás, bien?
- Perfectamente. El coche lo tengo en el aparcamiento, a la vuelta. ¿Vamos ?
-¿ Por qué no comemos antes? Yo tengo hambre.
- Cierto, perdona- sonrió Perla- Vayamos a la cafetería que hay al lado del aparcamiento. Se almuerza muy bien.
-Vayamos pues
Se instalaron en el coche y tomaron rumbo a Zaragoza. Llegaron de noche a la puerta de un motel de carretera y reservaron dos habitaciones. No eran lujosas, pero sí cómodas y limpias. Acudieron a la cafetería de la instalación y cenaron. No se prolongó mucho la sobremesa, pues ambos estaban cansados. Fijaron la hora para el día siguiente y dieron orden en recepción de la hora en que habrían de despertarles.
Como a las once de la mañana llegaron a Belchite. Antes había comprado unas flores que depositarían en la sepultura de Lolita y en la de su padre. Jeff deambulaba por las calles del pueblo mirando a un lado y otro de las fachadas de las derruidas casas. Se supone que estaba en la calle Mayor, en donde ocurrió todo. Lo sabía de memoria, pues tal era la cantidad de veces que su abuelo se lo había narrado. Miraba al suelo como buscando una huella inexistente de lo pasado. Perla le miraba en silencio unos pasos detrás .
Pero sabía de la emoción que estaba viviendo. También se dio cuenta, que era su propia historia, la de ellos. Lolita era el nexo de unión de su destino. De no haber sido por el libro ni siquiera se hubieran conocido. Como si le leyera el pensamiento, él se volvió hacia ella y la comentó
- ¿ Te das cuenta ? ¡ es nuestra historia ¡ Aquí empezó todo…. Es increíble
Perdieron la noción del tiempo. No quería interrumpirle, que agotara las vivencias que pudiera sentir y que ella sintió la primera vez que recorrió esas calles días atrás. Rodeó los hombros de Perla con su brazo, y le dijo
-Vámonos ya
La siguiente parada fue el cementerio. Caminaron entre las tumbas derruidas y se detuvieron en una en la que aún seguían las flores que Perla depositara en su primera visita. Apenas unos pocos metros de la de Lolita, estaba la de su padre, que señaló a Jeff. Sacó de su bolso la máquina fotográfica y se la tendió.
- ¿ Crees que es buena idea enseñarle al abuelo esta fotografía ?
- Él me lo pidió. De todas maneras si no le veo fuerte, si le veo muy emocionado, no se la enseñaré, pero sé que querrá verla. ¡Cielo santo ¡ era una niña, no habían empezado a vivir. Qué triste es todo. Odio las guerras que destruyen todo cuanto encuentran a su paso en beneficio de unos pocos. Y siguió reflexionando
- ¿ Te imaginas lo distinto que hubiera sido todo si ella no muere? Posiblemente yo no hubiera nacido, al menos en América. Quizá no hubiera sido escritor y no te hubiera conocido, y por lo tanto ahora no estaríamos aquí…¡ Es increíble ¡
- Con razón eres escritor. Puestos a fantasear no hay quién te gane…
Ella sonrió para que la tensión no fuera tan alta. Rezaron juntos ante la tumba de Lolita, y depositaron parte de las flores que llevaban. La otra parte la dejaron sobre la de su padre. Salieron del cementerio y se encaminaron hacia la residencia de Dolores
-¿ Quieres hablar con el sacerdote que les conoció ?
- Me encantaría. No lo creerás, pero siento una opresión muy profunda en el pecho. Todo esto es la historia de mi familia, mi propia historia. Mi abuelo la vivió y nunca pensé poder vivirla en el sitio donde ocurrió todo
Don Felipe estaba en el saloncito frente al calor de la chimenea tapado con una manta. La señora que le atendía les condujo hasta él, que como siempre estaba medio dormido.
- Don Felipe, estos señores preguntan por usted
El sacerdote volvió la cabeza y su rostro se iluminó cuando vio a Perla, y supuso en el acto que quién le acompañaba era el nieto de aquel muchacho novio de Lolita, tal como ella le había anunciado la vez anterior
La charla de don Felipe era amena e interesante. Jeff estaba encantado de la vida escuchando el relato de los hechos posteriores a lo acontecido, pues mientras ocurría todo, el abuelo ya había sido evacuado. Al anciano cura se le llenaban los ojos de lágrimas contagiando la emoción a la pareja que le escuchaba expectante. Jeff no paraba de hacerle preguntas. Había decidido que escribiría una segunda parte desde el final del primer libro hasta el momento actual. Su imaginación no paraba de asimilar datos, preguntas, hechos..., todo lo quería retener El tiempo había corrido veloz y eran casi las seis de la tarde. Aún tenían que visitar a Dolores, por lo que se despidieron
- Id con Dios, hijos
- Padre, le prometo que si escribo este libro, le traeré un ejemplar en mano. Volveré a visitarle. No puedo imaginar la emoción de mi abuelo cuando le narre todo esto.
Se despidieron del sacerdote y se encaminaron a ver a Dolores. La encontró muy decaída, como si en lugar de unos días hubiese pasado un año. Reconoció enseguida a Perla que emocionada la abrazó. Jeff estaba desbordado por todo lo que estaba viviendo. Nunca se lo hubiera imaginado. Nunca hubiera imaginado encontrar unas gentes tan entrañables y tan tristes. Nunca habían conseguido olvidar su tremenda tragedia.
Dolores enseño a Jeff la caja de sus tesoros, y él emocionado acariciaba aquellos diminutos zapatitos que pertenecieron al amor de su abuelo. Miró la fotografía desgastada de un hombre de aspecto bonachón y que Dolores con lágrimas en los ojos llevó hasta sus labios
- Es mi marido ¿sabes ?
Permanecieron un buen rato escuchando la narración de las vivencias de la mujer. Al cabo, se detuvo y mirando al rostro de Jeff, dijo
- ¿ Con que tú eres el nieto de quién pudo ser mi yerno? Vaya, vaya. Ahora que me fijo, te pareces mucho a él. Al menos como yo le recuerdo; tienes los mismos ojos azules que él tenia y que tanto enamoraron a mi niña.
- Dolores, mi abuelo estaba loco por los ojos negros de Lolita.- La anciana se dirigió a Perla y le formuló esta petición
- Hija, a mi me queda poco, lo presiento. Tengo que pedirte algo y es que cuando ocurra recojas estas cositas (dijo señalando sus pertenencias) y se las hagas llegar al abuelo del joven. Si se quedan aquí las tirarán a la basura y deseo que las tenga él. Es lo único que me queda de ellos. El día que él falte, haced lo que queráis. Dejaré instrucciones a Luisa para que te avisen.
-Dolores por favor, no hable así.
Perla se abrazó a ella sin poder reprimir el llanto que cegaban sus ojos. La despedida fue triste y Jeff tuvo que tomar a Perla por los hombros para separarlas, alegando que no era bueno para Dolores tanta emoción.
Salieron de allí cuando ya había anochecido. Ninguno de los dos hablaba. Estaban vencidos por tantas emociones. Perla gimoteaba despacito, mientras Jeff conducía de regreso a Madrid. Cuando ya iba a llegar al lugar del Motel, Perla le dijo:
-Jeff estoy agotada por la emoción. No tengo ganas de seguir hasta Madrid. Todavía queda mucho, hagamos noche aquí
- Creo que es acertado. Yo tampoco estoy bien. Iré a reservar las habitaciones. Si quieres ve a la cafetería, tomaremos algo antes de acostarnos.
Apenas si probaron la cena. No tenían apetito ni ganas de hablar. Cada uno reflexionaba sobre lo vivido aquel intenso día. Estaba deprimida. Se agolpaban mil ideas en su cabeza que levantaba y miraba a Jeff, que a su vez no dejaba de escarbar con el tenedor en su plato. Mil ideas encontradas la confundían ¿ qué la estaba ocurriendo? Abonaron la cuenta y se dirigieron al bungalow que les habían asignado. Frente a la puerta Jeff abrazó a Perla y la besó en la frente
- Hasta mañana, trata de descansar
- Igualmente Jeff. Buenas noches
A solas, Perla daba vueltas por la habitación tratando de averiguar qué es lo que la ocurría . Pensaba en Lolita y en el abuelo constantemente, no sabía muy bien porqué, o acaso sí. ¿Hubiera sido tan valiente como Lolita en aquella última noche?. Era una época tan distinta, tan opresora con las mujeres. ¿Habría medido las consecuencias? ¿ Y si no hubiera ocurrido la desgracia , y aquella noche hubiera tenido otro final, otro hecho? . Estaba muy nerviosa, pero algo en su interior se revelaba contra su propio sentido común, con lo que hasta entonces había creído su deber para con Carlos. Respiró profundo y cogió las llaves de la habitación. Estaba ya preparada para dormir, se puso una bata y decidida salió de la habitación. Golpeó en la puerta contigua, en la de Jeff, que la abrió con sorpresa
- ¿ Qué ocurre, estás bien, necesitas algo ?
-¿ Puedo pasar ?
- Claro, adelante
Jeff se había recostado en la cama. Se suponía que veía la televisión, aunque en realidad estaba inmerso en sus propios pensamientos.
- Bien dime ¿Qué ocurre ?
Ella tomó su rostro entre las manos besándole en los labios apasionadamente. Él sorprendido no rechazó su caricia, pero la extrañeza se reflejó en su cara
-¿ Qué haces ?
- No me preguntes, no digas nada. Ni yo misma lo entiendo. No sé que me ocurre, pero necesito…
No pudo terminar Jeff la abrazó fuertemente devolviéndola el beso. Se besaban una y otra vez abrazados. Él la besaba en los ojos en el cuello en los hombros, en los labios…De repente se paró, y preguntó:
-¿ Sabes lo que esto significa ?
-Si- dijo una voz temblorosa
- Sabes lo que viene después. ¿ me entiendes ?
- Si
- ¿ Aceptas ?
-Si, acepto, lo quiero…
Nuevamente se besaron y Jeff, suavemente la llevó hasta la cama y la ayudó a desprenderse de la ropa. Él también lo hizo. Levantó la barbilla de ella, que había bajado la cabeza avergonzada
- No pasa nada. No tienes de qué avergonzarte. Mírame - Y volvió a besarla y ella rodeó con sus brazos el cuerpo de él. Y se acariciaron, y se besaron repetidamente, y con mucha dulzura, Jeff la reclinó en la cama y él a su lado. Se miraban sin a penas hablar.
Jeff recorría su cuerpo con la mirada y con sus manos, suavemente, con inmensa ternura. Era como una muñeca de porcelana que al menor movimiento brusco pudiera quebrarse. No quería dañarla ni que ella se sintiera mal; sólo que recibiera al amor que esquivaba desde hace mucho tiempo. Deseaba que se sintiera nuevamente mujer; una preciosa mujer capaz de enamorar a cualquier hombre. Era dulce y tierna y con una increíble capacidad de amor y sensibilidad. Volvió a besarla y suavemente tomó posesión de aquel cuerpo necesitado de la ternura de un hombre, y él estaba allí para cuidarla y protegerla, para saciar y anular cualquier reproche que pudiera hacerse. Para borrar a Carlos, al menos en aquel momento, de su vida y que volviera a ser la mujer atractiva y deseada que correspondía por edad.
Fue una noche plena de amor, abrazados uno al otro, hasta que el nuevo día apuntaba radiante de sol, por la ventana. Jeff volvió a besarla y acariciar su rostro, que ahora le miraba tranquila, pero que al mismo tiempo, algo en sus ojos le decían que estaba desasosegada, quizá reprochándose el haber hecho algo a lo que tenía derecho, y que su cuerpo reclamaba.
- No pasa nada. No tienes de qué avergonzarte. Mírame - Y volvió a besarla y ella rodeó con sus brazos el cuerpo de él. Y se acariciaron, y se besaron repetidamente, y con mucha dulzura, Jeff la reclinó en la cama y él a su lado. Se miraban sin a penas hablar.
Jeff recorría su cuerpo con la mirada y con sus manos, suavemente, con inmensa ternura. Era como una muñeca de porcelana que al menor movimiento brusco pudiera quebrarse. No quería dañarla ni que ella se sintiera mal; sólo que recibiera al amor que esquivaba desde hace mucho tiempo. Deseaba que se sintiera nuevamente mujer; una preciosa mujer capaz de enamorar a cualquier hombre. Era dulce y tierna y con una increíble capacidad de amor y sensibilidad. Volvió a besarla y suavemente tomó posesión de aquel cuerpo necesitado de la ternura de un hombre, y él estaba allí para cuidarla y protegerla, para saciar y anular cualquier reproche que pudiera hacerse. Para borrar a Carlos, al menos en aquel momento, de su vida y que volviera a ser la mujer atractiva y deseada que correspondía por edad.
Fue una noche plena de amor, abrazados uno al otro, hasta que el nuevo día apuntaba radiante de sol, por la ventana. Jeff volvió a besarla y acariciar su rostro, que ahora le miraba tranquila, pero que al mismo tiempo, algo en sus ojos le decían que estaba desasosegada, quizá reprochándose el haber hecho algo a lo que tenía derecho, y que su cuerpo reclamaba.
RESERVADO DERECHOS DE AUTOR / COPYRIGHT
Autora< Rosaf9494quer
Edición < Agosto 2016
Ilustraciones< Internet < Imágenes de La Nueve desfilando por Paris
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