sábado, 23 de enero de 2016

¿ Existen las casualidades ? - Capítulo 3 - Partir de cero

Miró por la ventanilla y de nuevo ante su vista apareció la imponente vista de Nueva York.  De nuevo en casa.  Tendría que dar muchas explicaciones a sus padres del porqué había tardado tanto en regresar y esperaba que fueran compresivos con ella.


Tras recoger su maleta, tomo un taxi y dio la dirección de su apartamento. No le apetecía ir donde  sus padres, estaba cansada y deseosa de llegar a su casa.  Les llamaría por teléfono e iría a visitarles a la mañana siguiente. Almorzaría con ellos y después resignada se sometería al interrogatorio que seguramente le harían.  Trataría de obviar el tema "François", aunque tarde o temprano habría de abordarlo.



Subió en el ascensor y al abrir la puerta, tuvo la sensación que su larga ausencia había sido solamente de horas.  Su cabeza flotaba como en una nube; sin duda la falta de sueño hacía estragos en su organismo, por lo que decidió ducharse y acostarse un rato. No deshizo el equipaje, eso lo haría cuando se levantase de dormir.  Su sueño duró toda la noche y al despertar se encontró más reconfortada y contemplaba Paris como si hiciera una eternidad que lo hubiera visitado.

Después de prepararse un café,  fue al salón y conecto el televisor mientras daba pequeños sorbos en la taza.  Cambiaba de canal sin cesar.  Extrañaba la programación, era muy diferente a la europea. No había tantos canales y por lógica había menos programas de cocina

´- Cómo si las americanas cocináramos. . .  Vamos de un lado para otro corriendo todo el día. . . Lo más que podemos hacer es pedir una pizza o abrir una lata.  Por cierto he de ir a comprar comida, no tengo nada en el frigorífico ni siquiera leche.  Bueno ahora iré, no hay prisa.  ¡ Dios mio !  aún no he llamado a mamá ni a Philip.   Lo haré ahora mismo.
La conversación con sus padres fue muy cariñosa. Iba a vistarles en unas horas; comería con ellos, pero su madre notó en el timbre de voz de su hija, una entonación que no correspondía con la alegría que decía sentir por estar de nuevo en casa.

- Dime ¿ estás bien ?
-Si. Algo cansada, fue un viaje casi improvisado y largo. Bueno ya te contaré cuando vaya a casa. Estaré ahí en un par de horas. Hasta luego, mamá.
- Hasta luego, cariño. Tengo muchísimas ganas de darte un abrazo.

A continuación marcó el número de su mejor amigo:  Philip.  Fue respondida por el contestador automático avisando de que no había nadie en casa.

- Quizás esté de guardia en el hospital-  pensó.  Le llamaré dentro de unas horas porque igual está durmiendo.

Dejó su mensaje, no obstante, en el contestador. De esta manera cuando lo oyera posiblemente se pusiera en contacto con ella.  Había hablado poco con su amigo mientras estuvo en Francia, menos de lo que ella hubiera querido. Ahora lo comprendía. pero ya era tarde.
Elsa sabía que a su madre no se le escaparía su estado de ánimo, sabía que le iba a preguntar por lo que la ocurría y al final tendría que contarle todo., Quizá fuera una liberación para ella. No la gustaba tener a sus padres "engañados", por decirlo así.  Se arregló, sacó su coche del garaje del edificio y partió rumbo a la casa paterna



En cuanto aparcó el coche tocó el claxon avisando de que había llegado. La puerta de entrada se abrió inmediatamente al tiempo que su padre y su madre se acercaban a ella con los brazos extendidos para abrazarla
-- ¡ Hija !,
-- Mamá, papá ¡ qué ganas tenía de veros ! A ver dejad echaros un vistazo. Cada día estáis más guapos y jóvenes
-Tú si que vienes guapa y con unos aires . . . oh la, la. Rió el padre

Los tres abrazados entraron en la casa yendo hacia la sala.  Se sentó entre sus padres y comenzó a responder a las preguntas que le hacían sin cesar

- ¿ Has dejado algún novio allí ?-  la preguntó su madre
- Bueno, tuve uno, pero . . . lo dejamos al cabo de un tiempo. No nos terminábamos de acoplar. El era un bohemio al que no le gustaban las ataduras. Así que decidimos que mejor cada uno por su lado. Bueno vosotros contadme cosas. ¿Sabéis algo de Philip? Cuando le he llamado ha saltado el contestador. Supongo que estaría en el hospital o durmiendo.
- No querida, Philip está en Nicaragua con Médicos sin Fronteras. Le reclamó un amigo suyo y no lo dudó ni un minuto. Pero, ¿ es que no teníais contacto?
-Hablábamos por teléfono, pero hace bastante tiempo que llamé la última vez.No me comentó nada de sus proyectos. ¡ Vaya ha sido toda una sorpresa! ¿ Sabéis cómo puedo contactar con él?
- No, pero llamaré a su madre para que me diga
- Me gustaría mucho.  Mamá hazme ese favor.

La conversación se prolongó durante largo rato. El padre salió de la estancia y la madre aprovechó que estaban solas para preguntar por ese novio francés. Elsa  detalló todo lo ocurrido

- Presentía algo. Ahora cuando ha salido la conversación tu rostro ha cambiado. No te preocupes, le olvidarás. Y bien ¿ cuáles son tus proyectos de futuro?
-Pues, cuando me organice haré algunas llamadas a mi antiguo trabajo. Si tienen plaza me incorporaré y sino, pues me buscaré otra cosa. Ya veré; todavía estoy algo confundida. El viaje fue algo inesperado y todavía no he pensado nada concreto
- Por tu propio bien, haz algo rápido. Sal de casa, ocupa tu cabeza en algo que no sea tu decepción. Cuando quieras recordar, todo habrá pasado ya. Búscate un chico sal con él, enamorate, cásate, o lo que quieras hacer con tu vida, pero que tus ilusiones no se trunquen por una persona que no te merece. La abrazó y besó en la frente. Ella  no lloró, pero se sintió muy reconfortada.

Transcurridos algunos días desde su llegada, se personó en las oficinas en donde había trabajado hasta su marcha a Francia. En su puesto había otra joven, y alguna otra cara nueva, pero el director y su compañera de siempre aún permanecían en sus puestos

- Lo siento Elsa, ya ves que estamos completos y de momento no tenemos en perspectiva ninguna baja. A no ser que quieras viajar, y en ese caso . . .
- En ese caso ¿ tendría algo para mi ? Tim, estoy pasando una mala racha y necesito trabajar. No es por problemas económicos, pero necesito distraerme
-¿ Te ocurre algo?
- En Europa no salieron las cosas como yo pensaba, pero bueno ya se pasará
- Sería para ir alguna delegación en centro américa. Realizarías un trabajo diferente al que aquí desarrollabas. Allí sería de coordinación en las ayudas y viajarías por distintos países
- Me parece bien. cualquier cosa antes que permanecer en casa de brazos o cruzados
- Bien, pues si es así, ven conmigo, por favor, y te presentaré al responsable de las misiones en el extranjero

Entraron en el despacho y después de que Tim pusiera al corriente a su compañero del trabajo que anteriormente realizó , analizaron lo que podía hacer en aquellas tierras. La perspectiva agradó a la muchacha, aunque no sabía muy bien a lo que se enfrentaba, puesto que su trabajo iba a ser "de campo" y el que había realizado anteriormente era de despacho. Era una nueva experiencia y para ello había de entrenarse durante unos días antes de partir. Había de vacunarse. El papeleo de los permisos pertinentes los tramitarían desde la oficina, de manera que no tardó en tener todo listo para partir rumbo a Guatemala, su primer país a visitar.

Y llegó a su nuevo destino. Desde el avión pudo contemplar los verdes y maravillosos paisajes guatemaltecos.  Se podía contemplar una capital con edificios modernos, pero ella ansiaba ver la hermosa arquitectura maya, la cultura que para ella era desconocida. Fue a recogerla Tomás, un nativo amable y educado que trabajaba en las oficinas haciendo de guía, cartero, recepcionista, en fin un poco de todo. La destinaron una casa, no muy grande, que sería su vivienda mientras estuviera en la ciudad. Luego al viajar a algún pueblo del interior se debería acomodar a lo que hubiera. Lejos de encontrarse extraña por no estar acostumbrada a las incomodidades que pudiera encontrar, estaba contenta. Iba a ser útil, a trabajar en algo que merecía la pena, y por primera vez en mucho tiempo, se olvidó de sus problemas para centrarse en los de la gente a la que había venido a ayudar.

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