sábado, 12 de diciembre de 2015

Cuestión de letras - Capítulo 14 - Alta médica

La ambulancia llegó en unos momentos frente al hospital en donde sería ingresada. Estaba agotada, pero feliz. Tenía a su lado al hombre que amaba y que le había salvado la vida. No se podía creer que él también la amase. Lo habían pasado muy mal; creía que no saldría de aquel país y recordó a Tommy, que gracias a él y con infinidad de dificultades había obrado el milagro de que ella estuviera allí, en casa. Recordó también a Guido, el fiel guía que estuvo a punto de perder la vida.  Eran muchas las personas que habían intervenido en su recuperación.
Aún tendría que pasar mucho tiempo para que de nuevo volviera a su vida habitual. Habría de tener paciencia, lo peor ya había pasado.




Una enfermera ayudada por un celador la pasaron a su cama en la habitación. La instalaron lo más cómodamente . Pasado una media hora el médico la visitó y comprobó que todo estaba bien. Descubrió la herida que cicatrizaba debidamente y dirigió unas palabras a ambos.

--Si todo marcha así, en cuanto recupere fuerzas,se irá  a casa. Allí se terminará de reponer, el mejor lugar para hacerlo. No obstante, tendrá que venir a pasar revisiones durante un tiempo. Nos tenemos  que asegurar que todo está correcto y no hay peligro de regresión.  Ahora descanse; el viaje ha sido largo y penoso. Daré orden de que la pongan un calmante y así podrá conciliar el sueño.  Y usted, haga lo mismo. Relájese, el peligro ya ha pasado.

Salió de la habitación contento por el éxito alcanzado por la medicina en este caso.  Michael se duchó en el baño de la misma habitación. No quería dejarla sola ni por un momento, pero no tenía ropa para cambiarse por lo que decidió llamar a Gregory para que le hiciese el favor de comprarle algo para  poder cambiarse.

--Gregory, no te alteres. Todo está correcto; acaba de estar el médico y no tardando mucho la darán el alta. Te llamo para pedirte un favor: tenías razón huelo fatal. ¿Me comprarías algo de ropa para poder cambiarme?, no pienso irme de aquí.
--Por supuesto. Dime la talla, lo que quieres y en una hora estoy con vosotros.



Pasó una enfermera que siguiendo las instrucciones del médico, procedió a ponerla un calmante en el goteo.
Evelyn notaba al cabo de un rato que los ojos la pesaban tremendamente y se le cerraban sin poderlo evitar. Antes de perder la consciencia por el sueño,  pensó:

--Tengo a los tres hombres más importantes de mi vida, Michael mi amor de siempre, Tommy que aunque no esté presente es el que me ha salvado de morir,  y mi eterno galán enamorado Gregory. Mi maestro.  Soy muy afortunada....

Michael estaba fuera hablando por teléfono con Tommy, poniéndole al corriente de todo lo que había acontecido. Apareció Gregory con una bolsa portando la ropa y un jarrón con unas hermosas rosas.

--Se ha dormido, musitó Michael. La han puesto un calmante para que descansara mejor
--Estupendo, musitó Gregory, mientras depositaba el jarrón con las rosas en una mesita.
--¿Has hablado con Tommy?
--Si, ahora mismo he terminado de hacerlo. Por fin, podemos todos respirar tranquilos.

En un impulso, Michael abrazó a Gregory y ambos se fundieron en un emocionado abrazo. Las horas pasadas fueron de tremenda angustia por parte de los tres hombres de la vida de Evelyn, pero ya estaba en casa y a salvo. Ahora todo sería distinto.

Un sonriente Gregory recomendó a Michael:

--Ahora ve, dúchate y cambiate de ropa. Yo me quedo aquí cuidando su sueño. Ponte algo más presentable pareces un pordiosero. ¡ Ah! te he comprado también un perfume, no sé cuál usas, pero el caso es que ella te vea atildado.  Rieron felices los dos hombres que se comprendían perfectamente; aquello les había unido  y habían forjado una entrañable y buena amistad. Aún había de pasar un mes para que la diesen el alta definitiva. Fué entonces cuando Michael le planteó lo que había ideado:

--Te vendrás a vivir conmigo así podré cuidarte noche y día. Contrataré a una enfermera que te atenderá y vigilará la medicación que tengas que tomar, pero no nos quedaremos aquí. Si no te importa viviremos en Staten Island. He comprado una casa más grande y bonita para que estés más cómoda. De esta manera te cuidaré y al mismo tiempo podré escribir algo.¿Te parece bien?


--Por supuesto que me parece bien, pero ¿no te distraeré?. Mira que yo ya no necesito que estés tan pendiente de mi.  Mi mayor deseo es que cuanto antes recuperemos nuestras vidas.

Llevaba varios dias que daba unos paseos cortos por el jardín del hospital y cada día se encontraba más fuerte y el color de sus mejillas asomaba tenue y el brillo de sus ojos delataban que estaba mejor y era feliz.  Se volvieron a besar contentos.

--Vamos, vamos, jovencitos. Dejen eso para cuando estén en casa. Sonrió el médico en tono de broma
--¿Y cuando será eso, doctor?
--Pues ya, ale vamos que necesito esta cama y tu aquí ya no haces nada
--¿De verdad, me voy?
--¡ Claro ! los médicos no mentimos. Todavía tendrás que esperar un momento. Te daré unas instrucciones y un tratamiento para que la enfermera te lo controle. No hagas excesos, no te fatigues, aún estás algo débil. Come, come... que tienes poco apetito. En cuanto te sientas más fuerte ve a dar paseos cortos por el campo; cada día un poquito más largos hasta que poco a poco de nuevo vuelvas a la vida normal. Anda dame un beso. Has dado mucho trabajo a la gente y a este hombre le has tenido muy preocupado y no ha salido de aquí en todo este tiempo, así que...cuidaros y quereros mucho. Anda vete. Cuando pases a revisión sube por aquí y no dejes de verme. Y ahora hasta que vuelvas . Haz todo lo que te he mandado, todo exactamente.



Nuevamente volvieron a besarse locos de alegría y se dispusieron a recoger sus pertenencias. Mientras Michael lo hacía, Evelyn llamó a Gregory para comunicarle que salían en ese momento, y posteriormente comunicó con Tommy para decirle lo mismo.
La voz de Tommy se escuchaba emocionada; ambos jóvenes terminaron por unirse en un ligero llanto de alegría.

En la ambulancia fue trasladada a casa de Michael, a la que desde ahora sería su hogar. Estaba situada más cerca de la ciudad que la antigua, pero tenía el suficiente aislamiento para que nada les perturbarse

--¡¡¡Micky, es preciosa !!! Dios mio es una maravilla
-Tampoco exageres, tan sólo es un poco mayor que la otra. Mira, y tomándola de un brazo suavemente le introdujo en el interior mostrándola todas las habitaciones.
La puerta se abrió y un rostro amable y una sonrisa cariñosa, les recibió con un :

--Bienvenida, señorita.Espero que se encuentre bien. Quiero que seamos muy amigas, vamos a pasar muchas horas juntas. Pasen, pasen. Si me necesitan llámenme. Ahora les dejo para que disfruten de esta maravillosa casa.



Moira, la enfermera



Delante de uno de los ventanales, había instalado su mesa de despacho con el ordenador para escribir.Puso cerca un sillón para que Evelyn estuviera  junto a él, pero a la vez cómoda y relajada. La habitación era lo suficientemente grande para que todo estuviera en su lugar holgadamente.
Le mostró la cocina, el cuarto de invitados, otro dormitorio contiguo al de Michael.  Evelyn extrañada le dijo:

--Pero...¿cada uno en un dormitorio?
--De momento si, mi amor. Dormiremos separados hasta que estés recuperada del todo. No hay discusión sobre eso: prescripción médica. No hay más que hablar.

Ambos rieron felices . De esta manera empezarían una nueva vida, pero....

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