Inmediatamente después de llegar a Nueva York, Evelyn telefoneó a Gregory:
-- Greg, tenemos que salir inmediatamente para Haiti
--¿Pero qué mosca te ha picado? Según me dijiste ibas a pasar varios días en Staten Island visitando a Michael
--Si, pero ya estoy de vuelta y quiero irme cuanto antes
--¿Ha ocurrido algo, habéis salido regañando?
--No, todo lo contrario. Ha ocurrido algo inesperado. Quiero irme si puede ser hoy mismo. Arréglalo todo, por favor
-- Evel, Evel, cálmate. Ha debido ser muy grave para estar en el estado de nervios como estás. Te prometo que haré todo lo posible por cumplir tus deseos. Aunque no lo creas imagino lo que ha ocurrido y puedo asegurarte que todo es normal..
--Cállate y haz los trámites. Voy a colgar. Hasta luego, comunícame lo que sea.
El teléfono sonaba sin cesar una y otra vez. Evelyn miraba el origen de la llamada y cortaba. Decidió irse a casa de Greg hasta que pudieran marcharse. De esta manera sería ilocalizable.
Michael estaba desesperado; por fin había encontrado lo que siempre estuvo ahí sin percibirse de ello, y de nuevo lo perdía. No podía ser. No atendía el teléfono y el tiempo pasaba. Decidió partir a la capital. Podría localizarla o a Gregory. Alguien le daría alguna referencia:
--Seguro que ha huido porque se siente culpable, pero ¿de qué? Los dos somos libres, los dos nos amamos, aunque yo no me diera cuenta antes. No estoy dispuesto a perderla. Es la mujer de mi vida, siempre lo ha sido, aunque mis ensoñaciones lo disfrazaran de amor de hermano.
Iba a más velocidad de la permitida, se exponía a una multa de parte de la patrulla de tráfico, pero no podía perder ni un minuto. Seguro que saldría para Haiti, si podía en ese mismo día. Quizá no llegue a tiempo.
--¡ Dios mio ! ¿ Por qué es todo tan rebuscado?
Con lo imprescindible en su maleta, se fue a casa de Gregory, y al cabo de un rato supo que todo estaba arreglado y podrían salir esa misma tarde para Haiti. Michael no llegó a tiempo por poco. Cuando quiso llegar al aeropuerto, Evelyn junto con Gregory y el cámara hacía media hora que volaban rumbo a Puerto Príncipe.
El panorama encontrado fue desolador. A pesar del tiempo transcurrido, aún habia gente en los campamentos, destrucción, escombros y niños vagando por lo que fuera la ciudad. Todo lo plasmado en las imágenes reflejaba fielmente la situación de uno de los países más pobres del mundo y más castigado. El olvido de las naciones se hacía patente. Toda la ayuda prometida, aún estaba pendiente de recibirse y la que llegaba lo hacía con cuentagotas. Fue una denuncia social en toda regla. La publicarían en primera página para ver si las conciencias se removían.
Mientras tomaban una taza de café, después de una larga jornada y desesperante trabajo, los dos compañeros charlaron de infinidad de cosas intrascendentes. Ambos tenían miedo de abordar el tema principal. Por fin Gregory, lo abordó y a ella le pilló desprevenida, quizás por eso respondió sin dudarlo con toda sinceridad:
--¿Me contarás algún día lo ocurrido con Michael en Staten? Sabes que sé escuchar
--Greg, ocurrió lo que en otro momento me hubiera hecho la reina del mundo, y sin embargo me siento la más ruín y desaprensiva. Ocurrió lo que nunca debió suceder: él está comprometido y yo consentí...
--Bueno, bueno. No me digas más, me lo imagino. Pero escucha,¿el no te dijo que había roto? Mira las revistas de sociedad, En todas ellas se hicieron eco del hecho. Los dos sois libres y por lo que se , tu le amas desde hace mucho tiempo, y me parece que él también tiene esos sentimientos hacia ti.
--No, para él sigo siendo su Pequeña. Me ve como a una niña, como si todavía estuviera jugando con...muñecas. No se da cuenta de nada, de nada. He decidido desaparecer durante una larga temporada. Lo tengo todo arreglado me iré a Somalia: Veré a Tommy y haré un reportaje sobre los señores de la guerra y los secuestradores de barcos. Te sentirás orgulloso de mi. Será el mejor de toda mi carrera.
--Ni hablar, no irás de ninguna de las maneras. No te lo permitiré
--Si lo harás porque necesito alejarme de todo cuanto me rodea. Necesito encontrar la paz de una vez en mi vida. Deseo formar una familia, establecerme, y necesito encontrar al hombre adecuado, pero necesito tener mi cabeza y mi corazón libre de Michael ¿Me comprendes? Te ruego me perdones, no debía hablarte así, precisamente a tí, pero espero comprendas que no puedo, de momento, amar a otra persona y menos después de lo ocurrido entre él y yo.
Partió hacia Mogadiscio dos días después. Lo encontrado allí superó todo lo imaginado. El localizar a Tommy iba a ser difícil, más todavía establecer comunicación con él, pero no se iría sin verle. Después de múltiples gestiones en Médicos sin Fronteras, pudo localizar el poblado en donde se encontraba. Cargada con una mochila y su cámara, junto con un guía, pudo al fin abrazar a su antiguo novio . La amistad que ahora conservaban era fraternal, de verdaderos amigos y confidentes.
Con él habló francamente de todo lo acontecido con Michael. Ellos ya no estaban enamorados y la sinceridad no hería a su amigo como podía hacerlo a Gregory.
Conversaban tranquilos, sentados a la puerta del pequeño hospital que Tommy regentaba. La noche era clara, de una luna blanca y brillante y como fondo los cánticos de los nativos se confundían con los aullidos de algún perro en la distancia.
Ely la escuchó en silencio y le aconsejó que volviera y hablara con él francamente, como ella hacía . Seguro que llegarían a entenderse. Al día siguiente emprendería el camino de regreso, para después de hacer escala en la capital Rodar la otra parte del reportaje: los secuestradores de pesqueros, y después de pasarlo todo por el ordenador, volver a casa a enfrentarse con todo lo que había dejado atrás. Era necesario mandar el trabajo cuanto antes; corría el riesgo de que fueran confiscadas las imágenes por la guerrilla u otro señor de la guerra, y se perdiera todo lo grabado.
Habían repostado fuerzas en un poblado a pocos kilómetros de donde habían dejado a Tommy. Era un poblado de gentes sencillas que cultivaban unas patatas, maiz y poco más. Era la base de su pobre alimentación. Alguna cabra y alguna gallina se paseaban entre los pocos niños que jugaban en sus calles polvorientas, resecas y ardientes de calor.
Se habían protegido en una humilde choza y bebían un poco de leche de aquella cabra paseante. Todo se lo ofrecieron aquellas pobres gentes halagadas por la visita de aquella bonita mujer blanca. Era el poblado al que pertenecía el guía contratado, y eran huéspedes de honor..
Un revuelo inusitado de las gallinas y unos gritos de los niños, alertaron a los visitantes y anfitriones de que algo fuera de lo normal ocurría.
Unos hombres armados hasta los dientes y con una fiera mirada, entraron en la cabaña pidiendo a sus ocupantes les dieran todo cuanto de valor poseían. Evelyn en un descuido, ocultó la máquina de fotos y les mostró el contenido de su mochila. Uno de los asaltantes la registró tirando al suelo todo cuanto había en su inteior. Al no encontrar nada de valor, cogió la documentación y la hizo girones ante la mirada atónica de Evelyn que protestó inmediatamente, mostrando su acreditación de prensa.
Recibió un culatazao en plena mejilla, que la hizo derribarse de bruces sobre el suelo. El guía salió en su defensa pero un nuevo culatazo en la cabeza le hizo perder el conocimiento.Se disponía a darle un tiro, cuando Evelyn sin pensárselo dos veces, le empujó recibiendo el tiro que iba destinado a su guía.
Los asaltantes al ver que no habían conseguido el botín que buscaban, prendieron fuego a las cabañas. La mujer del guía arrastró a duras penas el cuerpo inerte de Evelyn del que brotaba abundante sangre. La herida se llenó de la tierra del suelo y las moscas acudieron prestas a disfrutar de su festín de sangre. Volvió al interior de la choza haciendo lo mismo con el esposo que comenzaba a recobrar el conocimiento.
Por suerte y pura casualidad, los guerrilleros no descubrieron el jeep que había utilizado Evelyn para su traslado hasta el hospital de Tommy. El guía después de limpiarle la herida con la poca agua limpia que había en el poblado, la taponó siguiendo la costumbre de su pueblo, es decir con unas plantas. La subió en el coche y tomó el camino de regreso al hospital. Debía ser vista por el doctor rápidamente.
Seguramente los asaltantes provenían de allí, por lo que esperaba ver el mismo desastre que provocaron en su poblado.
--Doctor, doctor. Rápido, rápido, venga la señorita está mal, muy mal-. Al oir los gritos, Un desaliñado Tommy con heridas en la cara salió al exterior
--¿Qué ocurre? ¿Qué es lo que ha pasado?
--Han asaltado mi poblado y han herido a la señorita por defenderme. Lo siento doctor, no tuve la culpa, Sálvela, por favor.
Tommy se dirigió al jeep y su sorpresa fue terrible al descubrir que Evelyn estaba inconsciente y con una herida grave en el pecho.
--Rápido, ayúdeme. Despacio sin moverla brúscamente. Es una herida muy fea. Dios mio si no tengo apenas nada. Esos canallas han roto todos los medicamentos y se han llevado la poca anestesia que teníamos. Llevemosla dentro
En el interior del hospital estaba todo derruido. Las pocas camas con las que contaban estaban en el suelo. Poco a poco iban acomodando a los enfermos como podían. Tommy contaba con dos nativos más para ayudarle en las curas y limpieza de las camas. Acomodaron a Evelyn sobre una, mientras Tommy organizaba lo mejor que podía un improvisado quirofano. Buscó rápidamente todo lo que pudiera necesitar: gasas, alcohól, guantes, instrumental,. todo lo que pudiera usar para extraerle la bala. Buscó incansablemente algo de anestesia, pero la habían derramado por el suelo. No había tiempo que perder. Los microbios de la zona se cebarían en su herida si no la desinfectaba rápidamente.
- Volveré a los orígenes de la medicina. ¿Cómo se llama?, preguntó al guia
--Guido, doctor
--Guido, un nombre italiano por estas latitudes
--Si, mi padre era siciliano y yo me llamo así por mi abuelo
--Bien Guido, necesito que me ayudes. Tendrás que sujetarle los brazos fuertemente. Le va a doler mucho pero no puede moverse. Voy a extraerle la bala y a desinfectarle la herida. No tengo anestesia, así que tratará de desasirse, por favor que no se mueva porque podría matarla: la herida está muy cerca de los pulmones
-.-Descuide doctor. Ella me salvó la vida, se lo debo
--Bueno vamos allá.Después te miraré la herida que tienes en la cabeza.¿Preparado?, bien pues adelante
Volcó sobre la herida parte de un frasco de alcohol. El grito que salió de la boca de Evelyn, les estremeció. Guido miró al doctor con ojos de susto- Al comprender Tom lo que el guia quería expresar con la mirada, le aclaró
--No tengo otra cosa, y es necesario desinfectar la herida lo primero. Prepárate porque lo que viene ahora va a ser peor.
La ataron los brazos y las piernas para que no se moviera, al tiempo que con unas tijeras cortaba la camisa dejando al descubierto el pecho y la herida de Evelyn. Con cara de preocupación miró Tommy a su paciente, estaba muy pálida semi inconsciente y exhalaba de vez en cuando algún quejido. A Tommy le temblaban las manos. Nunca se había visto en la situación de atender a una persona tan allegada a él. De improviso recordó la herida que se produjo con la bicicleta, y sonrió al acordarse.
--Bueno Guido, dame todo lo que te pida con la mayor rapidez que puedas. No tengas miedo ni estés nervioso. Vamos a salvarla, vive Dios que lo haremos.
Y con mano firme, hizo una incisión en la herida que le permitiera extraer la bala. De nuevo un estremecimiento salió de la pálida boca de Evelyn. No dejaba de sangrar y el color de su rostro cada vez era más lívido. No podría precisar lo que duró la operación. Extrajo la bala, limpió la herida llena de tierra y hojas, y por fin la cosió. Ya no hubo quejas, y eso preocupó a Tommy. La vendó con las pocas vendas que le habían dejado útiles y le acostaron en una cama rodeada por un mosquitero. Tommy y Guido, salieron al exterior a respirar el aire fresco de la noche y descargar la enorme tensión acumulada.
--Guido, por favor, ¿quieres mirar si al menos han dejado algo de café? La noche va a ser muy larga. Yo voy a hacer algunas llamadas a Nueva York.
--¿Quién llama?, respondió alguien
--Por favor, avisen a Gregory, el reportero de National
--Ah si, un momento por favor
--Si ¿eres tú Evel?
--No, soy Tommy
--¿Ocurre algo?
--Por desgracia si. Evel ha sido herida por unos guerrilleros y está muy mal herida, está muy grave. Se que tu eres buen amigo y creia que deberías saberlo
Gregory, se quedó callado por unos instantes. Al cabo de un rato contestó
--Me lo temía, lo sabía. Tenía el presentimiento de que algo había de ocurrir
--Se que es difícil, pero haced todo lo posible para venir a buscarla, cuanto antes. No creo que sobreviva más de una semana. Destruyeron mi hospital y no tengo absolutamente de nada: ni alcohol, ni antibióticos, ni nada. Dios mio.... y rompió en un sollozo debido a toda la tensión acumulada.
--Tommy iremos a por ella. Ahora mismo me pongo en contacto con Michael. Yo estoy en Haití, pero el podrá pasar sin demasiados trámites como corresponsal de prensa, y además es el amor de su vida. Deberá saberlo cuanto antes. Estoy seguro que lo conseguirá. Yo me incorporaré cuanto antes. Deberé esperar a un avión que me lleve fuera de Haiti y luego me buscaré la vida. No estaréis solos. Ahora mismo llamo a Michael.
Estaba escribiendo su último capítulo. Cogió el teléfono
--Diga
--Michael, soy Gregory
--¿Le ha ocurrido algo a Evelyn, dónde está?
--Ten calma y si, a Evelyn le han herido y está en el hospital de Tommy. Me acaba de llamar. Está muy grave y necesita que vayamos a por ella cuanto antes. Le han destruido el hospital los muy....No tiene ni medicamentos ni nada con que poderla curar, y la herida es muy grave.
--Te dejo Gregory
--Espera no cuelgues ni siqiera tienes el número para contactar con Tommy
--Bien dámelo. Ahora mismo contacto con él y me pongo en marcha. Recurriré al que iba a ser mi cuñado y le pediré el favor de que me facilite un avión para ir y otro pa volver con ella, medicalizado, por supuesto.
--Yo en cuanto pueda me incorporo a la expedición
--No Gregory, te necesito aquí. No sé cómo se desenvolverán las cosas allí y probablemente necesitaremos hacer gestiones con Washington.
--¿ Me llamarás con lo que sea?
- Por supuesto, pero me la traeré a casa cueste lo que cueste, te lo prometo
--Lo se, lo se. Oye, no olvides tu acreditación de prensa, por si acaso.
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