Se escuchaban risas y comentarios. Por el ambiente que reinaba entre ellos supo que todo había ido bien. Aunque tan solo era la primera sesión, es decir la presentación del proyecto a debatir. Sea cual fuere el resultado, para ella había sido la prueba de fuego que necesitaba y de la que había salido airosa. Tenía que tranquilizarse; lo pero había pasado, pero debía estar alerta porque no sería tan sencillo. Vendrían otros días tempestuosos, pero ella también tendría más experiencia.
Unos toques a la puerta la saco de su ensimismamiento. Se trataba de su compañero más inmediato para preguntarla cómo había ido todo. Sabía de lo nerviosa que estaba en su debut y recordó el suyo propio de no hace tanto tiempo. Estaría bien darla ánimos.
— ¿ Se puede, o estás ocupada?
— No. ¡Adelante!
— Sólo quería saber cómo había ido todo
— Mejor de lo que esperaba. ¡ Hasta me ha felicitado !
— ¡Vaya. es una buena noticia! Me alegro
Agradeció a su compañero su interés y se despidieron hasta la noche. La segunda sesión comenzaba en unos momentos y de nuevo tenían que estar en sus puestos. Fué en busca de un café. Lo necesitaba y sería el único que pudiera tomar una vez comenzada la segunda sesión. No entendía cómo es que no pudieran tener una máquina en el habitáculo. Sería para no quitar ojo a lo que estaban traduciendo:
— ¡ Bah, tampoco es tan importante!- dijo en voz alta
Pero lo cierto es que, pese a su buen trabajo, no se mostraba contenta ni conforme con la visita que la hiciera su "jefe" en agradecimiento:
— ¡ Que agradecimiento...! Es mi trabajo y mi obligación de hacerlo bien
Pero todo su enfado aparente, era debido a ello precisamente. Al no reconocimiento de él ¿ Cómo había podido olvidarse de ella? No era muy sólido lo que la dijo al despedirse. No sólo no había tratado de verla. ni a ella ni a Carlo, sino que no la recordaba siquiera. Eso no había sido más que un amor juvenil , quizás impresionado porque tenían que separarse. De eso se trataba: El no recordarla era porque había volado de su memoria y, quizás estuviera casado, o prometido, o sencillamente la había olvidado. Su mundo era mucho más pequeño y ella si le recordó durante todo ese tiempo.
Y entonces, sin darse cuenta, echó la vista atrás hacia Carlo. Él si la había amado durante todo ese tiempo. Se había visto en pocas ocasiones, pero las suficientes como para "refrescar" su amor. Y recordó su forma de mirarla y el trato dado cuando se veían, +, que, eran en contadas ocasiones. Pero en los cuadros veía reflejada su imagen o, al menos, se lo parecía. Pero el sentimiento de él, seguía siendo de protección como cuando eran jóvenes al menos así se lo parecía, porque nunca la había insinuado nada. Sólo sus miradas le delataban o quizás ella lo interpretara mal. ?¿La gustaría que fuera su novio? Se sentía a gusto con él, segura. pero no estaba enamorada de él. Y el caso es que era un joven bastante guapo y atractivo, inteligente y estaba triunfando. Lo tenía todo lo que era un hombre de éxito , pero ella le quería como a un hermano. Se había acostumbrado a él.
— Carlo...Por qué no eres tú... — se dijo apenada.
Pero una cosa es lo que la vida nos da, que no suele coincidir con lo que nosotros queremos y deseamos y a ella le había ocurrido, Pensó en lo diferentes que eran ambos y lo que respondería si, cualquiera de ellos la pretendiera como novio. Imaginó a uno y a otro entrando en mayor confusión todavía. Un fuerte timbrazo la sacó de sus reflexiones, y estuvo a punto de volcar la taza de café que sostenía entre sus manos sin apercibirse de ello. Dió un respingo y se puso manos a la obra. Todo estaba bien y en orden, dispuesta a una segunda sesión.
Pero a Paolo no le tocó intervenir por lo que su cabeza no paraba. Iba de un tema al otro y, por mucho que se recriminara, no conseguía centrarse en ello. La sesión de aquél día se la hizo interminable y de vez en cuando se le escaba un bostezo de aburrimiento . Pero no podía abandonar su puesto por mucho aburrimiento que la produjera. Era su obligación y su trabajo. No lo echaría todo a perder por algo absurdo que sólo ella conocía. No merecía la pena. Si él no la recordaba, sus motivos tendrá.
—Posiblemente es que no soy lo suficientemente atractiva para sus gustos. Pero de adolescente bien que me miraba...No seas boba. Tú lo has dicho; los adolescentes miran a todas las chicas sean guapas o no. Será mejor que pienses en otra cosa y te olvides de Paolo. Tienes a Carlo que bebe los vientos por tí. No tienes más que mirarle con detenimiento. No seas mema.
Y así, dándole vueltas al tema se le pasó la sesión que no había sido trascendente para ella, salvo haber conseguido que se pusiera de mal humor porque sus pensamientos no coincidían con sus sentimientos. Pero tristemente, así es la vida. Decidieron ir a tomar algo antes de retirarse. Aun era temprano. Ella desistió de acompañarles, pero la convencieron en nombre de su debut, del éxito obtenido y de que habían terminado a una hora razonable. Las chicas casadas aceptaron en el actor. No tenían ninguna gana de llegar a casa y ponerse a hacer cenas. Sus maridos se encargarían de los niños . Y entre todos consiguieron convencerla a pesar de sus protestas. Pensó que, en definitiva la vendría bien. Era un tema que no tenía solución y en vano debiera preocuparse por él.
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Autora: rosaf9494quer
Edición< Junio 2024
Imagen< Charcoal Pencil < Pinterest
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